Traducciones Antiguas del Antiguo Testamento – Parte 5
Traducciones Antiguas del Antiguo Testamento – Parte 5
Traducciones Antiguas del Antiguo Testamento – Parte 5
F. Versiones latinas.
1. Vetus Latina (Latina Antigua).
La traducción de la Biblia al latín quizá se produjo
en el norte de Africa c 150 d.C.; incluso, es posible que los cristianos de
esa región adoptaran una traducción del AT al latín,
producida por judíos que hablaban ese idioma. Tertuliano (c 160-c 230
d.C.) conoció esta Biblia, a lo menos en parte, y Cipriano (c 200-258),
obispo de Cartago, citó con frecuencia diversos pasajes de los 2 testamentos
provenientes de esta Biblia. Sólo nos han llegado algunos fragmentos
de esta versión latina del AT. Unos cuantos libros apócrifos
provenientes de esta versión fueron incorporados después en
la Vulgata, sin revisión alguna. En cuanto al resto de la Biblia, los
eruditos pudieron reunir fragmentos de manuscritos que abarcan una considerable
porción del AT. Estos fragmentos, junto con las citas que encontrarnos
en los escritos de los primitivos padres latinos, son las fuentes de información
para la reconstrucción del antiguo texto latino del AT. Los eruditos
distinguen 2 clases de estos textos: el africano y el europeo. La versión
Latina Antigua se hizo sobre la base del griego de la LXX, y su principal
valor en la actualidad consiste en que sirve de ayuda para la recuperación
del texto de la LXX tal como era antes que Orígenes lo revisara.
2. Vulgata. Esta versión
latina, que es el texto oficial de la Iglesia Católica, la produjo
Jerónimo (c 347-420 d.C.) como respuesta a la solicitud del papa Dámaso
(382 d.C.) para que revisara la Latina Antigua. Hizo 3 revisiones de los salmos.
La de ellas, basada en la LXX, se conoce como Salterio Romano (384 d.C.),
porque Dámaso la adoptó oficialmente para que se la usara en
las iglesias de Roma e Italia. Sigue en uso oficial en la basílica
de San Pedro (en Roma) y en Milán. Le siguió una 2ª revisión,
más minuciosa (c 387), que se basó en la Hexapla. Esta, que
fue adoptada lo en Galia (Francia), se conoció como Salterio Galicano
y todavía forma parte de la Vulgata. La 3ª versión, que
se conoce como Salterio Hebreo, porque fue una nueva traducción hecha
a partir del hebreo original, nunca se usó ni popularizó, aunque
se encuentra en algunos manuscritos de la Vulgata, mayormente en columnas
paralelas con la Galicana. Jerónimo dedicó después varios
años a producir una nueva traducción del resto de los libros
del AT directamente del hebreo. Esta versión, conocida como la Vulgata,
o versión «vulgar, común», llegó a ser la Biblia
de la cristiandad europea de Occidente por espacio de 1.000 años, sigue
siendo la oficial de la Iglesia Católica Romana (reconocida así
por el Concilio de Trento, celebrado en el 1546 d.C.) y constituyó
la base de las primeras traducciones de las Escrituras al español.
Cuando se trata del estudio del texto del AT su valor es proporcional a la
exactitud o falta de ella en la traducción, y a lo tardío de
su fecha de producción, puesto que ocurrió después que
el texto hebreo fuera sustancialmente normalizado, tal como lo conocemos hoy.
Hoy existen en Europa unos 8.000 manuscritos
de la Vulgata. Tal vez el más apreciado de todos sea el Códice
Amiantino, copiado en Inglaterra a comienzos del s VIII d.C. y llevado como
regalo al papa; en la actualidad se encuentra en Florencia. La 1ª edición
impresa de la Vulgata fue la de Gutenberg (fig 87: facsímil de la 1ª
página del Gn. de la copia que se encuentra en la Biblioteca del Congreso,
en Washington, Estados Unidos). La Biblia oficial de la Iglesia Católica
es una revisión de la Biblia Sixtina del papa Sixto V, que se conoce
como la Biblia Clementina, porque fue revisada y puesta en circulación
durante el reinado eclesiástico de Clemente VIII. Pero más recientemente,
algunos eruditos de la orden de los benedictinos prepararon una nueva edición
crítica: la Nova Vulgata, editada en 1979 por la Librería Editrice
Vaticana.
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