La psicología, la hipnosis y los escritos cristianos
Los riesgos de la hipnosis para quien entiende que la mente es guiada por Dios.
Por Karyne Correia
Cuando decidí estudiar psicología escuché algunos consejos amenazadores acerca de cuan diabólico era lo que decidí cursar. Actualmente sé que muchos cristianos comprenden la psicología de manera menos temerosa, posiblemente porque tuvieron contacto con algún buen profesional por medio de una atención clínica o charla, o hasta conocen a alguien que tuvo un beneficio para su salud y su calidad de vida por haberse sometido a un proceso terapéutico con un profesional psicólogo. Sin embargo, algunas temas todavía parecen oscuros para el laico, y trataré de manera breve aquí uno de ellos: la hipnosis.
Durante el curso de grado, mi contacto con la hipnosis fue pequeño. Ahora recuerdo haber leído algunas cosas en las obras de Freud, de haber asistido a una sesión demostrativa de hipnosis y participado de (y hasta conducido) sesiones en que la hipnosis fue utilizada como instrumento para generar relajamiento y tratar la ansiedad y el estrés. Durante la maestría, mi contacto fue solo por medio de un libro excelente sobre administración del estrés, que contiene un capítulo sobre auto hipnosis. No soy especialista en hipnosis, hasta porque entendí que no debería involucrarme de manera tan profunda con esa práctica. Respeto a los profesionales que utilizan la hipnosis, y creo que ellos lo hacen exactamente porque su uso resulta eficaz en el tratamiento de sus clientes.
Sí, existe eficacia en el uso de la hipnosis. Y aquí está algo que precisamos desmitificar de la mente de algunos. Tal vez usted ya haya visto en algún video usar la hipnosis de tal forma que la pone en ridículo. Esto ocurre porque hay quien la usa de manera equivocada (considerando su utilidad), hasta para atraer la atención para sí. Podría hacerlo colgando una sandía en el cuello, pero ese día eligió hacer una demostración de hipnosis. Las personas hacen lo mismo con el evangelio lo distorsionan para ganar dinero, por ejemplo. Entonces, la primera cosa que me gustaría resaltar aquí es que la técnica tiene eficacia y utilidad más allá de las demostraciones arrogantes que algunos charlatanes puedan hacer. Además, si no fuera por las convicciones religiosas que poseo acerca del asunto, considerando solo la eficacia terapéutica, ciertamente yo utilizaría alguna forma de hipnosis en la práctica clínica, como usé en el pasado cuando todavía no tenía tanta claridad en cuanto a los problemas religiosos.
Tradicionalmente, como adventistas, hablamos de la hipnosis solo como elemento terapéutico y no consideramos su presencia en nuestra vida diaria. Aquí está el segundo punto que me gustaría considerar: la hipnosis no es algo tan lejano de nuestra realidad. Usted no necesita ir a un consultorio de un profesional que usa la hipnosis para entrar en trance o experimentar un estado hipnótico. Puede experimentarlo espontáneamente, por ejemplo, mientras mira televisión o conduce durante un viaje largo. Si usted cree que este asunto no tiene relación alguna con usted, entonces, quiero decirle que sí lo tiene, y que usted ya debe haber experimentado un poco de ese estado a lo largo de su vida.
Pero, si la hipnosis es parte de nuestra vida cotidiana, ¿por qué entre los adventistas del séptimo día, a veces, se la trata como algo de lo cual debemos mantener distancia? La razón principal es porque tenemos orientaciones proféticas sobre ese asunto. Me gustaría detenerme por algunos instantes en esas orientaciones.
Le sugiero que lea todo el capítulo 44 del libro Mensajes selectos, tomo 2, de Elena G. de White. El título de este capítulo es El peligro de la hipnosis. A continuación cito solo algunas porciones para tratar dos puntos que considero centrales en el abordaje que la profetisa del Señor hace sobre el asunto:
- Una mente no debe controlar a otra. Este es uno de los puntos más importantes acerca de ese asunto. Ella escribe: “Es peligroso para cualquier persona, no importa cuán buena sea, tratar de influir en otra mente humana para colocarla bajo el control de su propia mente” (página 400). Note que el peligro está no solo en someter nuestra mente al control de otra persona, (en el libro El ministerio de curación, capítulo La cura mental, Elena de White habla sobre esto) sino también en intentar controlar la mente de otro. Y, según leemos en esta cita no importa cuán buena sea la persona. A propósito, no son solo las personas de mala índole las que usan esos recursos, sino mucha gente buena, llena de buenas intenciones.
- Satanás obra por medio del hipnotismo. Sobre esto ella hace una declaración muy clara: “Separaos de todo lo que se parezca al hipnotismo, que es la ciencia utilizada en su trabajo por los instrumentos satánicos” (p. 401). Crea, Satanás tiene algunos milenios más de conocimiento que usted sobre el funcionamiento de la mente humana y de cómo puede influenciar su mente, y en consecuencia, su vida. Entiendo aquí también que “todo lo que se parezca al hipnotismo” es realmente todo, y no solo las terapias con hipnosis. Hablaremos más sobre esto en los párrafos siguientes.
- Necesitamos hombres con discernimiento para identificar la presencia de elementos inadecuados en nuestras publicadoras. “¿Consentirán sus gerentes en ser instrumentos de Satanás al permitir la publicación de libros que tratan acerca del hipnotismo? ¿Se introducirá esta lepra en la redacción?… Satanás y sus instrumentos han estado trabajando diligentemente, y siguen haciéndolo ahora. ¿Bendecirá Dios las casas editoras si éstas aceptan los engaños del enemigo? […] Los hombres que se desempeñan en el corazón de la obra, ¿no son capaces de discernir entre la verdad y el error? ¿Son acaso hombres incapaces de captar las terribles consecuencias que se presentarían si se permitiera que el error ejerciese su influencia? (p. 401). Actualmente se diseminan fácilmente por diversos medios contenidos que tienen relación con el hipnotismo, además de los libros. Y yo creo que es sin la intención de hacer el mal que muchos los utilizan y promueven entre los cristianos. Creo que es por la falta de conocimiento sobre el asunto. Por eso, comprendo que una de las cosas importantes que Elena de White nos dejó sobre ese tema fue esta interrogación seria acerca de si entre nosotros hay personas que sean capaces de distinguir correctamente la presencia de errores como ese. Confieso que en este punto yo creo que estamos lejos de lo que deberíamos estar, hasta porque el conocimiento acerca de la psicología y la hipnosis no es grande en nuestro medio. Pero, podemos corregir esta falla buscando conocimiento al respecto.
- La influencia que una mente puede tener sobre otra es tremenda y muchas veces puede no ser percibida por quien está siendo influenciado. “Satanás con frecuencia encuentra un instrumento poderoso para el mal en el poder que una mente es capaz de ejercer sobre otra mente. Esta influencia es tan seductora, que la persona que está siendo moldeada por ella a menudo no tiene conciencia de su poder. Dios me ha pedido que pronuncie advertencias contra este mal, para que sus siervos no caigan bajo el poder engañoso de Satanás. El enemigo es un obrero maestro, y si el pueblo de Dios no es guiado constantemente por el Espíritu de Dios, será entrampado y llevado cautivo. Satanás ha estado experimentando durante miles de años con las propiedades de la mente humana, y ha aprendido a conocerla bien. Mediante su obra sutil, en estos últimos días está vinculando la mente humana con la suya propia y está introduciendo en ella sus propios pensamientos; está llevando a cabo su obra en una forma tan engañosa, que los que aceptan su dirección no saben que están siendo guiados por él según su voluntad. El gran engañador espera confundir de tal modo las mentes de los seres humanos, que éstos no escuchen ninguna otra voz fuera de la suya” (p. 404).
¿Usted recuerda lo que está escrito en 1 Corintios 10:12 y Mateo 26:41? Debemos vigilar. Nunca estaremos en condiciones de decir que estamos seguros y no podemos caer. Cuanto más seguros nos sentimos en relación a las trampas que Satanás usa, más eficiente es la forma como él actúa sobre nosotros. Así es con el tema de la hipnosis. No crea que porque usted nunca fue a una sesión terapéutica utilizando la hipnosis que usted está protegido de lo que Satanás puede hacer a través de ella. “Satanás no se posesiona de la mente humana por la fuerza. Mientras los hombres duermen, el enemigo siembra la cizaña en la iglesia. Mientras los hombres duermen espiritualmente, el espíritu lleva a cabo su obra de iniquidad” (p. 405).
Sugestionable
En la medida que fui comprendiendo algunas cosas sobre la mente humana, entendí que también era necesario tomar algunos cuidados cada día. Como dije al inicio, existen formas de experimentar la hipnosis fuera de una sesión terapéutica. Claro que experimentar un estado hipnótico mientras se conduce en un viaje largo, no es lo mismo que someter la mente al control de otra persona. Pero cuando usted experimenta el trance al escuchar una disertación o un sermón, mientras escucha música, al mirar películas o programas de TV, no solo está experimentando el estado, sino asimilando una ideología. En esos casos sí, usted está sometiendo su mente a la de algún otro.
Uno de los elementos del trance hipnótico es la sugestión aumentada. Lo que significa que en el estado de trance usted queda más sugestionable, o sea, acepta más fácilmente sugestiones, se deja influenciar más por ideas y opiniones ajenas. Y uno de los recursos utilizados para inducir el trance es la repetición de frases. ¿Usted logra recordar alguna música que repite varias veces la misma frase? Generalmente se da casi como una mantra. Existen músicas seculares así y músicas cristianas también. Escuchar y cantar esas canciones es una forma eficiente de experimentar un estado hipnótico sin saber que se lo está experimentando. Y no importa si el contenido es sacro o profano, no debemos permitir que el otro nos sugestione. No debemos permitir, por ejemplo, que en los próximos 30 minutos que siguen a la música, durante el sermón, nuestra condición de analizar críticamente lo que se está diciendo esté reducida. Otra forma de someter la mente a la de otra persona es mirar películas (ya sea en el cine o en casa), series y hasta otros tipos de programas de TV. Las grandes empresas responsables de esos medios saben muy bien el poder que poseen de aumentar la sugestión, sometiendo la mente del espectador a su control. Sobre ese punto específico, indico que mire el testimonio del Dr. Luigi Braga (https://www.youtube.com/watch?v=EGeQphzB7Jw).
Sugiero también que en el caso que usted tenga el hábito de mirar novelas y películas bíblicas, comience a reflexionar sobre cómo Satanás puede utilizar esos medios para deformar la verdad en su mente sin que usted se dé cuenta.
No se sienta seguro querido amigo o amiga solo porque usted nunca fue a una sesión de hipnosis. Vivimos en los últimos capítulos de la historia de este mundo. Cuanto más nos acercamos al fin, más refinada será la estrategia de Satanás de engañarnos. Cuidar de las entradas del alma no es solo una opción que tenemos, sino una necesidad. En nuestra mente se produce el gran conflicto. Es por el control de nuestra mente que Satanás trabaja día y noche. Y para controlarla, solo necesita que estemos desatentos en nuestra jornada espiritual.
[Para entender mejor lo que Elena de White escribió sobre las terapias de salud mental, lea este artículo publicado por el Centro White:
http://centrowhite.org.br/pesquisa/artigos/ellen-white-e-as-terapias-de-saude-mental/]
Cuándo y cómo buscar atención psicológica
No hay vergüenza alguna en ir a un psicólogo cuando algo afecta nuestra salud mental
Por Karyne Correia
Buscar ayuda psicológica no es signo de debilidad.
Hace algún tiempo estaba leyendo un libro con el objeto de obtener buenas ideas sobre cómo ayudar a mi hijo a desarrollar buenos hábitos de sueño. Él cumplió 7 meses de vida hace algunos días. Usted se podrá imaginar que, desde hace 7 meses, mis noches ya no son lo mismo.
De repente, interrumpí la lectura con una mezcla de sorpresa y risas. Allí estaba yo, leyendo las palabras de una autora que había escrito algo que yo ya he dicho centenas de veces al orientar a muchos padres en el consultorio o en conferencias. Había muchas cosas nuevas en el libro. Son cosas que no se aprenden en la carrera de psicología y no forman parte del área profesional. Sin embargo, también había detalles esenciales que yo conocía y dominaba hacía años, tanto en la teoría como en la práctica.
El hecho es que esta vez era yo la madre cansada, con noches de sueño perdidas, atareada todo el día, responsable no solo de inculcar buenos hábitos de sueño, sino también de atender cualquier otra necesidad del bebé (que no son pocas), cuidar el hogar, etc. Y leer aquellas palabras fue como estar frente a un colega de profesión y escucharlo presentarme una perspectiva diferente acerca de mi contexto– la perspectiva de quien está fuera de la situación. Fue en ese momento que decidí escribir sobre cómo y cuándo buscar un psicólogo.
Comenzaré dejando claro que toda y cualquier persona (incluso los psicólogos) puede resultar beneficiada por los servicios de un profesional de la psicología. Al contrario de lo que algunos piensan, estas personas no se dedican a atender solamente las demandas de pacientes con trastornos mentales.
Cuándo buscar ayuda
Es ley que las personas recién agendan una consulta con el profesional cuando la situación ya es crítica. Pueden ser cónyuges al borde del divorcio, alumnos que corren riesgo de perder el año por mal desempeño académico, pacientes que toman media docena de medicamentos para el control de la ansiedad y la depresión, gente que haya sobrevivido a un intento de suicidio, etc. Sin embargo, se podría evitar mucho sufrimiento si la ayuda se buscara antes.
Una vez atendí un paciente que había gastado miles dólares en un tratamiento médico invasivo e incómodo para perder peso. Comenzamos la orientación psicológica con ese mismo objetivo. Después de tres semanas, frente a los resultados que estábamos obteniendo, aquel paciente me dijo, cuando se despedía al final de una de las sesiones, que si hubiera sabido que obtendría tan buenos resultados con la atención psicológica, no habría gastado tanto dinero en tratamientos invasivos.
He escuchado a muchos pacientes que dicen que si hubieran sabido de los beneficios que traería buscar un psicólogo, lo hubieran hecho antes. Sin duda, hubieran ahorrado tiempo, dinero, dolor, lágrimas, conflictos. ¡Y no estoy exagerando!
Claro que los profesionales están habilitados para actuar en momento de crisis, pero si el paciente busca ayuda cuando el problema recién está comenzando, la solución del problema llega en menos tiempo, el costo es mejor y también lo es el sufrimiento. Por eso, mi recomendación es que la búsqueda de atención psicológica se dé, siempre que sea posible, de manera preventiva (por ejemplo, quienes se están por casar o para tener hijos pueden buscar la orientación psicológica cuando aún están en la fase de planificación) o ni bien noten la presencia de un problema o dificultad.
Cómo buscar ayuda
En la búsqueda de atención psicológica es importante considerar algunos detalles. A continuación, mencionaré tres.
- En primer lugar, debemos recordar que los psicólogos trabajan con diferentes líneas o referenciales. Están quienes ejercen el psicoanálisis, otros la terapia conductual, cognitiva, Gestalt… Y cada paciente se adapta mejor a una u otra línea. Si la búsqueda se da por recomendación médica, el médico a veces puede informar qué línea será la más apropiada. La persona que está en búsqueda de atención puede investigar por sí misma también. Lo importante es sentirse cómodo con la filosofía que fundamenta la actividad del profesional que lo atiende.
- Como adventista, considero importante buscar atención, siempre que sea posible, con un profesional del mismo sexo. Eso puede sonar raro o retrógrado para algunos, pero es un aspecto que yo considero realmente importante. Elena de White escribió las siguientes líneas acerca de la obra médico misionera: » Debemos tener más mujeres médicas de lo que ahora tenemos. Cuando las mujeres enfermas son tratadas y cuidadas por mujeres, se cierra una puerta por la cual Satanás trata de entrar. Se me han presentado muchos casos en los que Satanás ha entrado por esta puerta para arruinar a las familias. No permitamos que él obtenga ninguna ventaja en punto alguno » (El ministerio médico, p. 183). La Palabra de Dios dice: «Absteneos de toda especie de mal» (1 Tesalonicenses 5:22). Es cierto que hay situaciones donde una mujer profesional podrá atender a un hombre y viceversa, pero existen situaciones en las que esa atención no es conveniente, por lo menos para los cristianos.
- Otro aspecto que puede generar algún problema es sobre la cercanía entre profesional y paciente en el día a día. Si el profesional asiste a la misma iglesia que usted, tal vez no sea el profesional más indicado para atenderlo. No es que vaya a dejar de ser ético por eso, pero puede tener dificultad en tratar con algunas situaciones. Por ejemplo, en el momento en el que ese profesional da una conferencia o sermón, usted puede sentirse tentado a interpretar que las palabras son indirectas para usted, y eso puede ser incómodo. Hoy en día, con la facilidad de la atención online es posible ser atendido por un profesional con un perfil que le agrade y que viva en otra ciudad, lo que ayuda a evitar situaciones como las mencionadas.
En Romanos 12:2 somos invitados a experimentar una transformación a partir de la renovación de nuestra mente. No es solo en el aspecto espiritual que necesitamos esa experiencia. Todos los cambios que necesitamos en nuestra vida (profesional, afectiva, financiera, etc.) deben comenzar con un cambio en nuestra mente. Y para ayudarlo en esos cambios están los profesionales que llamados psicólogos.
De la misma manera como vamos al médico cuando nos rompemos un brazo, o vamos al dentista cuando se inflama un diente, no hay ninguna razón para sentir vergüenza cuando vamos al psicólogo porque algo afecta nuestra salud mental. Cómo lo conté al principio de este artículo, tener a alguien que mira nuestra situación a partir de otra perspectiva es muy útil, en especial si esa persona es especialista en esa tarea.
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