El Sanedrín – Parte 1
Sanedrín es la transcripción usada en
el Talmud para el gr. synedrion (del que el heb. sanhedrin es un préstamo).
Tanto antes de la época de Cristo como durante la misma, fue el nombre
del tribunal más alto de los judíos, que se reunía en Jerusalén,
y también de diversos tribunales menores. En algunas vss. este término
se traduce con frecuencia como “concilio”. Hay paralelos en escritos
clásicos que se refieren a tribunales similares en Grecia y Roma. Josefo
usó la palabra para el consejo que gobernaba los cinco distritos en que
el romano Gabinio, procónsul de Siria en 57–55 a.C., dividió
Judea (Ant. 14.90; GJ 1.170). Josefo lo usa por primera vez para los judíos
cuando se refiere a la citación del Herodes joven ante ella por supuestos
delitos (Ant. 14.163–184). En el NT el término se refiere ya sea
a la suprema corte judaica (Mt. 26.59; Mr. 14.55; Lc. 22.66; Jn. 11.47; Hch.
4.15; 5.21ss; 6.12ss; 22.30; 23.1ss; 24.20) o simplemente a cualquier tribunal
de justicia (Mt. 5.22). En unos cuantos casos se usan otras palabras en lugar
de synedrion, p. ej. presbyterion, ‘cuerpo de ancianos’ (Lc. 22.66;
Hch. 22.5), y gerousia, ‘senado’ (Hch. 5.21, °vm).
I. Historia
La historia del sanedrín no está clara en todos sus puntos. Tradicionalmente
se originó con los setenta ancianos que ayudaban a Moisés (Nm.
11.16–24). Se supone que Esdras reorganizó dicho cuerpo después
del exilio. Los persas concedieron autoridad a los judíos en asuntos
locales (Esd. 7.25–26; 10.14), y es posible que los “ancianos”
de Esd. 5.5, 9; 6.7, 14; 10.8, y los “oficiales” de Neh. 2.16; 4.14,
19; 5.7; 7.5, constituyesen un cuerpo que se asemejaba al sanedrín de
épocas posteriores. Más tarde, los griegos permitieron un cuerpo
conocido como la gerousia (‘senado’; °vrv2 “concilio”)
que estaba formado por ancianos y representaba a la nación (Jos., Ant.
12.142; 1 Mac. 12.3, 6; 14.20). En los días de los Seléucidas
esta gerousia tuvo trato con gobernantes tales como Antíoco el Grande
en 208 a.C. y con Antíoco V (Jos., Ant. 12.128), y estaba entonces compuesto,
al parecer, por ancianos provenientes de la aristocracia (1 Mac. 12.6; 2 Mac.
1.10; 4.44; 11.27). En los días de la rebelión macabea fue este
concilio el que se unió con Jonatán, sumo sacerdote y líder
del pueblo, para hacer una alianza con Esparta (1 Mac. 12.5ss), y fueron ellos
los que le aconsejaron acerca de la edificación de fortalezas en Judea
(1 Mac. 12.35; cf. 13.36; 14.20, 28, 47). Parecería que el sumo sacerdote
presidía este cuerpo.
Bajo los romanos, excepto un breve período bajo Gabinio, este cuerpo
tuvo amplios poderes. El término empleado para los consejos de distrito
fue posteriormente adoptado para la más poderosa gerousia de Jerusalén,
y hacia fines del ss. I a.C. este consejo se conocía como el synedrion,
aunque otros términos tales como gerousia y bouleµ (‘concilio’)
también se usaron en ciertas épocas. Fue Julio César el
que invirtió el plan de Gabinio y extendió el poder del sanedrín
una vez más sobre toda la Judea, si bien durante el reinado de *Herodes
(37–4 a.C.) sus poderes fueron drásticamente limitados. Bajo los
procuradores (6–66 d.C.) los poderes del sanedrín fueron amplios,
y el gobierno interno del país estaba en sus manos (Jos., Ant. 20.200),
y se reconocía incluso entre los de la diaspora (Hch. 9.2; 22.5; 26.12)
en algunos sentidos. A partir de los días de Arquelao, hijo de *Herodes
el Grande, sus poderes directos fueron, sin embargo, limitados a Judea, ya que
no tuvo ningún poder sobre Jesús mientras estuvo en Galilea. En
Judea estaban, desde luego, las autoridades locales que escuchaban casos localmente
pero daban cuenta de ciertos casos a la autoridad central. Los concilios (synedria)
de Mt. 5.22; 10.17; Mr. 13.9, y la boalui de Jos., Ant. 4.214, etc. eran tribunales
locales de por lo menos siete ancianos, y en ciudades grandes hasta de 23 ancianos.
Después del 70 d.C. el sanedrín fue abolido y remplazado por el bet din (tribunal de justicia) que según se afirma se reunía en Jabnia (68–80 d.C.), Usah (80–116), Safran (140–163), Séforis (163–193), y Tiberias (193–220). Aunque el Talmud lo considera como continuidad del sanedrín, era esencialmente diferente, ya que se componía de escribas cuyas decisiones sólo tenían autoridad moral y religiosa.
II. Constitución y
composición
La constitución del sanedrín se fue modificando en el transcurso
de los años. Formado en su origen básicamente por la aristocracia
sacerdotal predominantemente saducea, su composición cambió a
partir de la época de la reina Alejandra (76–67 a.C.) cuando entraron
*fariseos, como también *escribas. El método de designación
no está claro, pero el origen aristocrático del cuerpo sugiere
la designación directa de miembros de las familias antiguas, a los que
se agregaban gobernantes seculares. Bajo Herodes, que favoreció a los
fariseos y deseaba restringir a los *saduceos y la influencia de la vieja nobleza,
el elemento saduceo se hizo menos prominente, y el elemento farisaico, que venía
aumentando en fuerza desde los días de la reina Alejandra, se volvió
más influyente. En la época del NT el gran sanedrín de
Jerusalén comprendía a los sumos sacerdotes (e. d. el sumo sacerdote
en actividad y los que habían sido sumos sacerdotes), miembros de las
familias privilegiadas de donde surgían los sumos sacerdotes, los ancianos
(jefes tribales y de familia, del pueblo del sacerdocio), y los escribas, e.
d. los expertos legales. Comprendía tanto saduceos como fariseos. (Mt.
26.3, 57, 59; Mr. 14.53; 15.1; Lc. 22.66; Hch. 4.1, 5ss; 5.17, 21, 34; 22.30;
23.6). Los miembros eran consejeros (bouleuteµs, Mr. 15.43; Lc. 23.50),
como, por ejemplo, José de Arimatea.
Según Josefo y el NT, a veces el sumo sacerdote era presidente (Jos., Ant. 4.224; 20.224ss; Mt. 26.57; Hch. 5.17ss; 7.1; 9.1ss; 22.5; 24.1). Así, Caifás presidió durante el juicio a Jesús, y Ananías en el juicio a Pablo (Hch. 23.2). Parecería que en épocas más antiguas el sumo sacerdote tenía autoridad suprema, pero este aspecto fue restringido más tarde en alguna medida. La designación ya no fue hereditaria, sino política, y los ex sumos sacerdotes con sus asociados más cercanos (tales como el jefe del templo) constituían los “gobernantes” (Jn. 7.26; Hch. 4.5–8, etc.).
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