Los Juegos en el Nuevo Testamento

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Aparte de una oscura referencia a juegos de muchachos (Mt. 11.16–17), y de una posible alusión a una carrera de carros (Fil. 3.13s), los juegos mencionados en el NT son las competiciones atléticas de los griegos. Las menciones en 1 Mac. 1.10–14; 2 Mac. 4.13–14 ponen de manifiesto la perspectiva helénica de los escritores que encontraban metáforas en este digno tema. Los festivales eran religiosos tanto en su origen como en su atmósfera, promovían la disciplina, el arte, la salud, la honestidad y la justicia, y no carecían de utilidad diplomática (véase Lisias, 33). Las odas de Píndaro que se han conservado revelan el honor que se tributaba al vencedor en los juegos pitios, nemeos, ístmicos y, especialmente, los olímpicos.
En las epístolas neotestamentarias aparecen metáforas tomadas de los juegos en general, y de las carreras pedestres y de carros, en particular.

En 1 Co. 9.24–27 Pablo llama la atención sobre el vigoroso entrenamiento del atleta (metáfora que también emplea Epicteto). El atleta no sepreocupa por el premio simbólico inmediato consistente en la corona de olivo silvestre, perejil, pino o laurel, sino por la recompensa ulterior. De la misma manera, se exhorta al cristiano a “luchar”, porque su premio es, por contraste, una corona “incorruptible” (cf. 2 Ti. 2.5; 4.8; 1 P. 1.4; 5.4). 1 Co. 9.26 describe un encuentro pugilístico. Para esto, las manos y los brazos se envolvían con cuero, que tenía incrustaciones metálicas que provocaban graves lesiones, y el combatiente buscaba más bien evitar que parar los golpes: de aquí la expresión “golpear el aire”. Pablo comienza con una escena de victoria y termina con una derrota. Se ve a sí mismo como el heraldo que llama a otros a la competición, pero que está él mismo descalificado para competir. “Haber predicado” y “reprobado” (1 Co. 9.27 °vrv1) son traducciones poco felices (véase vrv2, ba, nbe). Las metáforas relacionadas con los juegos producirían un impacto particular en los lectores de esa epístola, ya que los juegos ístmicos se realizaban en Corinto.

Gá. 2.2; 5.7; Fil. 2.16; He. 12.1–2, se refieren a carreras pedestres, para las cuales se llevaba un mínimo de ropa. “Todo peso” probablemente se refiera al peso que se eliminaba en el entrenamiento preparatorio, con el fin de poner al corredor en condiciones óptimas para la carrera. “El pecado que nos asedia” es más claramente una referencia a la ropa. La “nube” es una metáfora común para las multitudes. Sugiere la visión borrosa de los espectadores que tiene el corredor, al tener los ojos fijos en la meta.

Es probable que la referencia en Fil. 3.13–14 esté vinculada con las carreras de carros. Las carreras de caballos con carros ligeros eran muy conocidas por los griegos; las referencias al respecto vienen de la época de Homero y Sófocles. También formaban parte de los elementos espectaculares de los festivales. En la época en que escribía Pablo estaban particularmente de moda entre los romanos, y filipos era una colonia romana. Podríamos traducir así estos vv.: “No considero haberlo hecho yo mismo, pero esto hago, olvidando todas aquellas cosas que quedan atrás, estirándome hacia lo que está por delante, sigo hacia la meta, hacia el galardón del llamado supremo de Dios en Jesús su Ungido.” Pablo se ve a sí mismo en el carro, inclinado sobre la baranda contra la cual apretaban sus rodillas los conductores, con las riendas alrededor del cuerpo, extendiéndose sobre los lomos de los caballos y apoyando el cuerpo sobre las riendas. Con una preocupación tan intensa, una mirada a “las cosas que quedaban atrás” resultaba fatal.

Categorías: Historia

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