El Quinto Libro de Moisés Llamado DEUTERONOMIO
El Quinto Libro de Moisés Llamado DEUTERONOMIO
INTRODUCCIÓN
  1. Título.
  El libro de  Deuteronomio es el quinto y último libro del Pentateuco.  Los judíos generalmente se refieren a él con  la expresión «Estas palabras», que son las primeras dos palabras del  libro en hebreo.  El título castellano  del libro se deriva de la Septuaginta y significa «La segunda [o repetida]  legislación», en relación con el libro del Exodo, que a veces recibe el  nombre de «La primera legislación».
  
2. Autor.
  Todo el  peso del testimonio tradicional es abrumador en favor de Moisés como autor del  libro de Deuteronomio.  Por más que nos  remontemos en el tiempo no encontramos que se sugiera otro nombre.  Sólo algunos eruditos modernos lo han puesto  en duda.  Se añade a este testimonio  tradicional la autoridad de Jesucristo y los apóstoles (Mat. 19: 7, 8, cf.  Deut. 24: 1; Mar. 12: 19, cf.  Deut. 25: 5; Juan 1: 17 y 7: 19, cf. Deut. 4:  44; Juan 1: 45 y Hech. 3: 22, cf.  Deut.  18: 15; Heb. 10: 28, cf.  Deut. 17:  2-7).  La edad del libro se confirma por  el tipo de expresiones hebreas usadas y por los hechos y marcos históricos  presentados.  Estos y otros hechos  testifican en favor de Moisés como el autor (véase PP 536).
3. Marco  histórico.
  Hacia el  primer día del 11º mes del 40º año del éxodo, Israel había acampado en Sitim,  frente a Jericó, en las llanuras de Moab al oriente del Jordán (Núm. 25: 1;  Deut.1: 1-3).  Durante los dos meses que  permanecieron allí (Deut. 1: 3; cf. Jos. 3: 1, 2, 5, 7; 4: 19), se hicieron los  preparativos para ocupar Canaán, y tal vez, lo que es más importante de todo,  Moisés pronunció los discursos que constituyen la mayor parte del libro de  Deuteronomio.
4. Tema.
  El libro es  histórico, legislativo y exhortatorio.   Está formado principalmente por cuatro discursos (o tres, según algunos  especialistas), con notas que los unen.   El primer discurso anuncia la destitución de Moisés de su puesto  directivo.  Comienza con un resumen  histórico y termina con una exhortación a guardar la ley.  El segundo discurso repasa el Decálogo como  base del pacto entre Dios e Israel y amonesta a Israel a obedecer; el cuerpo  del discurso está formado por una relación de los requerimientos de la  legislación civil, social y religiosa.   El tercer discurso concierne al ritual de la bendición y la maldición.  Aquí Moisés se eleva a alturas de  conminación oratoria que no han sido  superadas en la literatura.  El cuarto  discurso nuevamente presenta, con un breve resumen histórico, una exhortación a  guardar la ley, y explica el pacto en el corazón.
  En la  oratoria de Deuteronomio, Moisés hace un llamamiento a su pueblo a ordenar sus  vidas de acuerdo con la voluntad revelada de Dios.  Obediencia significa vida; desobediencia  significa muerte.  Moisés emplea hechos  históricos como base de su exhortación, y refuerza su mensaje apelando al amor  y gratitud de Israel hacia Dios y su dignidad como pueblo escogido.  Consciente de los peligros de la idolatría y  de la sustitución del espíritu esencial de la religión por las formas, Moisés  pone énfasis en la supremacía de Jehová y de su ley, la naturaleza espiritual  de su culto y servicio, y la fidelidad divina en cumplir el pacto con Israel y  con todas las naciones.
  Como pieza  de gran oratoria, única en su género, Deuteronomio es la despedida de un hombre  que amó tan profundamente a su pueblo, que rogó ser borrado del libro de la  vida si el pecado de ellos no podía ser perdonado (Exo. 32: 32).
  La  influencia de Deuteronomio, y su lugar en la vida religiosa de los hebreos, y  del cristianismo, es grande.  El  redescubrimiento del «libro de la ley» en tiempos del rey Josías  produjo una de las mayores reformas religiosas de la historia (ver 2 Rey. 22,  23; 2 Crón. 34, 35; PR 289-298).   Deuteronomio llegó a ser la piedra angular de la devoción religiosa  hebrea; todo verdadero hebreo recitaba uno de sus capítulos diariamente. Jesús  hizo frente a las tentaciones del maligno con tres citas de Deuteronomio (Mat.  4: 1-11; ver Deut. 8: 3; 6: 16; 6: 13), y al contestar la pregunta del  intérprete de la ley, dio como primer y gran mandamiento la sentencia central  de Deuteronomio (Mat. 22: 35-38; ver Deut. 6: 5; 10: 12; 30: 6).  Pablo empleó la fraseología de Deuteronomio  (cap. 30: 11-14) para ilustrar la idea de la justicia por la fe (Rom. 10: 6-8).
5.  Bosquejo.
  I. Título e  introducción, 1: 1-5.
  II. Primer  discurso: Moisés anuncia su destitución, 1: 6 a 4: 43.
                A. Sucesos desde el Sinaí hasta  Canaán, 1: 6 a 3: 29.
                B. Admoniciones y exhortaciones  a guardar la ley, 4: 1-40.
                C. Designación de ciudades de  refugio, 4: 41-43.
  III.  Segundo discurso: Un repaso de la ley, 4: 44 a 26: 19.
                A. Introducción, 4: 44-49.
                B. El Decálogo, base del pacto,  5: 1-33.
                C. Exhortaciones a la  obediencia, 6: 1 a 11: 32.
                D. El libro del pacto, 12: 1 a  26: 19.
IV. Tercer  discurso: La bendición y la maldición, 27: 1 a 28: 68.
                A. Introducción, 27: 1-13.
                B. Las maldiciones, 27: 14-26.
                C. Bendiciones y maldiciones,  28: 1-68.
  V. Cuarto  discurso: El pacto en Moab, 29: 1 a 30: 20.
                A. Breve repaso de  acontecimientos desde Egipto hasta Canaán, 29: 1-9.
                B. Exhortación a guardar la ley,  29: 10-29.
                C. Promesa de misericordia, 30:  1-10.
                D. El pacto en el corazón, 30:  11-20.
VI.  Terminan las responsabilidades de la dirección, 31: 1 a 34: 12.
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