Como tratar con las peleas

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Casa Publicadora Brasilera
Comentarios de la Lección de Escuela Sabática

I Trimestre de 2015
Proverbios

Lección 7
(7 al 14 de febrero de 2015)

Cómo tratar con las peleas

Raildes do Nascimento

Introducción

Entre los historiadores norteamericanos hay muchos informes que muestran el desprecio que Stanton demostraba por Abraham Lincoln. Uno de ellos, incluso menciona que el primero llamaba al segundo “payaso bajo y sagaz”, apodándolo “gorila original”, argumentando que el explorador Du Chailu había estado perdiendo el tiempo procurando hallar gorilas en el continente africano, cuando en Springfield, Illinois, podía encontrar fácilmente uno, en clara alusión a Lincoln, que hasta el momento no se había manifestado. Cuando ejercía el cargo de presidente de los Estados Unidos, Lincoln nombró a Stanton como ministro de guerra, debido al hecho de que “era el más capaz para ese trabajo”. Lincoln lo trató con cortesía. Los años transcurrieron, hasta que llegó el fatídico momento cuando el presidente fue asesinado en un teatro. En la pequeña habitación a donde fue llevado el cuerpo de Lincoln, Stanton miró silenciosamente su rostro y, en llantos, pronunció las siguientes palabras: “Aquí yace el mayor estadista que el mundo ha visto”. La manera en cómo Lincoln trató a su “adversario” fue suficiente para que éste entendiera su valía y lo respetara, aunque después de su muerte.

Promover relaciones armoniosas contribuye para la formación de vínculos sólidos y contribuye a resolver las eventuales contiendas que puedan surgir. Lincoln demostró eso de manera práctica y eficiente.

El libro de Proverbios presenta soluciones para superar las contiendas en todos los ámbitos, mostrando la necesidad de reconocer prioridades, dejando de lado las engañosas apariencias y concentrándose en lo que verdaderamente importa: buscar el amor y la paz familiar, de acuerdo con el modelo bíblico, para nuestro bienestar. Hoy, las personas necesitan valorar a su prójimo por lo que él es, no meramente por lo que posee, lo que contribuirá para que las situaciones conflictivas sean resueltas o ni siquiera lleguen a producirse.

El pecado y los amigos

Ningún cambio de las circunstancias externas debe destruir el afecto por los que nos rodean, especialmente de los más cercanos, la familia. No obstante, es bueno recordar que ningún amigo, excepto Cristo, merece una confianza ilimitada. Al escribirle a los corintios, el apóstol Pablo mencionó que el amor debe ser paciente. El vocablo griego utilizado es makrothumein, el cual describe la paciencia hacia las personas y no hacia las circunstancias. Crisóstomo declaró que esa es la palabra que describe a un hombre que sufre una afrenta y que, teniendo la potestad de vengarse fácilmente, no lo hace, y es lento para la ira. Se usa también para referirse a Dios en relación con los hombres. Al lidiar con los seres humanos, por más rebeldes, inhumanos y crueles que puedan ser, debemos ejercer la misma paciencia que Dios tiene hacia nosotros, y amarlos como a nosotros mismos (Lucas 10:27).

La raíz del vocablo hebreo kasah, es utilizado tanto en Proverbios 17:9 como en Salmo 85:2, demostrando que las palabras “cubrir”, “esconder”, “encubrir” y “enterrar” se relacionan con el perdón, el fruto de una expiación que tiene lugar en el corazón, ofreciendo amor y buscando amor de parte del prójimo. En este sentido, hay esperanza de que otras personas se muestren caritativas.

Proverbios 10:12 dice: “el amor cubre todas las faltas”. El hombre que sale a decir por todos lados que ha sido ofendido, separa amigos, y arruina la vida de la comunidad. Esta clase de difamación se condena, pues se limita únicamente a esparcir quejas antiguas, repitiendo alguna transgresión que ya debió haber sido perdonada, como demostración de amor fraternal que nos une y brinda la certeza de que el Padre celestial también nos perdona y no nos difama.

¡Sé justo!

La palabra hebrea tsedeq, es traducida como “justicia”, “derecho”, “honra”, e “inocencia”. Revela las características de comportamiento que deberían existir entre los hombres, incluyendo a un rey en relación con sus súbditos, y un amo en relación a sus siervos. Esta expresión exalta de manera evidente determinados comportamientos humanos y divinos, y también representa el poder que un hombre honrado adquiere por sus actos, y que pueden evidenciarse, incluso, en la calidad de lo que él ofrece (productos, relaciones, entre otras cosas). Koch menciona que la preocupación del autor del libre es presentar la relación individual entre las buenas acciones y la salvación, y su correspondencia entre el pecado y la ruina.

Donde hay verdadera justicia también hay amor, con el objetivo de promover la reconciliación entre las personas. Es en este sentido que una simple reprimenda tiene mayor efecto en el prudente y el sabio, pues logra alcanzar su “mente y corazón”; mientras que en el insensato ni siquiera un castigo físico lo haría reconocer sus errores y abandonarlos.

Es interesante percibir que en Deuteronomio 25:2, 3 se estipulan cuarenta azotes para el infractor y no más que eso. En Proverbios 17:10 se utilizan cien azotes. Los eruditos entienden esto como una hipérbole (una exageración) típicamente oriental, de lo contrario sería una contradicción al precepto divino anterior.

No debe olvidarse el hecho de que una reprensión amable logra producir excelentes resultados en las personas entendidas, y contribuye a la construcción de relaciones sólidas y armónicas, terminando con las dificultades que provocan conflictos. Un ejemplo muy especial de alguien reprendido con amor, y que fue por ello transformada, es el de la mujer adúltera de Juan 8:1-11. Jesús podría haber tirado la piedra, pues Él no tenía pecado, pero estaba más preocupado con la restauración del pecador que en considerar la satisfacción meticulosa de la ley. Aquél que sondea los corazones vio que había arrepentimiento en el corazón de la mujer. Todo lo que era necesario era una advertencia para el futuro. Podemos extraer algunas lecciones de este acontecimiento:

  1. Jesús, el Justo, muestra que sólo el hombre libre de faltas tiene el derecho de manifestar juicios acerca de las faltas de los demás. La propia realidad de la situación humana significa que Dios es el único que tiene el derecho de juzgar por la simple razón de que ningún hombre es suficientemente bueno para juzgar a otro hombre.
  2. Jesús, el Justo, sostiene que el primer sentimiento para con el pecador debe ser el de misericordia. Debemos ofrecerle a otros la misma compasión que nos gustaría que nos brindaran si nos encontráramos en una situación similar.
  3. Jesús, el Justo, ofrece perdón y reconciliación. Seguir su ejemplo debe ser una constante en la vida de sus seguidores.

 

Otra vez las palabras

“Palabras, palabras, no son sino palabras”. “Es sólo un hablador”. Declaraciones como éstas desprecian la importancia del habla. ¿Hay acaso alguna cosa en el mundo más poderosa, para bien o para mal, que las palabras? El habla es un indicio de la personalidad. La percepción de uno mismo se manifiesta únicamente en el habla. El pensamiento se expresa en palabras, las cuales representan ideas. Las acciones son precedidas de pensamientos, así como los relámpagos anteceden a los truenos.

Las palabras, o la ausencia de ellas, pueden ejercer un rol especial en la solución, o en el origen, de los conflictos, pues reflejan el discernimiento de alguien en relación a las situaciones involucradas. A través de las palabras, las personas buscan inspiración para cada circunstancia, los líderes motivan a sus liderados para obtener mayores logres, los gobernantes fundamentan sus audaces proyectos, los enfermos reciben apoyo psicológico para vencer las enfermedades, y muchos edifican relaciones sólidas.

El que responde antes de haber escuchado pasa por un estúpido y queda en ridículo” (Proverbios 18:13, versión La Biblia en lenguaje actual).

Se enfatiza el acto de escuchar, pues de ese acto derivan las respuestas a través de las palabras pronunciadas. Escuchar, en este contexto, está relacionado a la comprensión, o sea, a una comunicación en la que las partes se entiendan y logren dirigirse en la misma dirección. Sin embargo, hay personas que, egoístamente, no les interesa escuchar a los demás, pues sólo quieren que los otros escuchen sus palabras vanas e insensatas. Sus discursos sirven apenas para aumentar la confusión, y no aportan ninguna luz ni discernimiento acerca de los temas en cuestión. Hay aproximadamente unos cien proverbios que describen específicamente el uso propio o impropio del lenguaje.

La ansiedad y el engaño nos impiden escuchar. Como consecuencia, la persona queda expuesta al ridículo, pues las palabras de alguien son el fruto de su pensamiento. Los conflictos se generan y las relaciones no demuestran el plan de Dios para la vida humana. Siempre habrá una “cosecha” del uso apropiado o inapropiado del habla. Puede haber una buena cosecha cuando las palabras producen el bien para aquél que habla, así como para el oyente, o puede haber una cosecha amarga y ponzoñosa. En este caso, tales palabras producen el mal tanto para el que habla como para el que escucha.

La lengua puede ser usada tanto para bendecir como para maldecir; puede dar vida y puede matar; puede sanar o puede herir. Hablar de más es una transgresión. En Proverbios 10:19, hablar precipitadamente puede causar daño. El silencio es elogiable, especialmente el silencio de un hombre insensato, que se vuelve temporariamente sabio por mantener su boca cerrada (Proverbios 17:28). Una respuesta blanda puede aquietar las aguas agitadas (Proverbios 15:1).

Los dos lados de una historia

El insensato no es discípulo de Cristo y no usa las declaraciones de sabiduría que promueven e interpretan la Ley de Dios. El insensato no sigue las reglas de la escuela de la sabiduría, como un loco no se deleita en el discernimiento. Presenta las propias comprensiones, el propio conjunto de placeres (mentales o físicos), los cuales componen su vida, y no la ley. Parte de su placer es exhibir su ignorancia. Al insensato le gusta brindar espectáculos, siendo que de su boca procede la insensatez (Proverbios 15:2). En caso de que callara, los demás lo confundirían con un sabio (comparar con Proverbios 17:28). Esta clase de persona se interesa sólo por la clase de sabiduría que promueve los propios deseos, o si tiene algo que decir, lo hace únicamente con propósitos de exhibición y ostentación, conforme Proverbios 26:1, 3-12.

En cualquier tipo de argumentación, aquél que tiene la primera oportunidad de declarar su plante es el que queda en ventaja. Sin embargo, cualquier argumento debe ser examinado con profundidad. Las personas siempre presentan argumentos del mejor modo posible que sirva a sus propios intereses, o a los intereses de sus grupos. Los modernos sistemas jurídicos proveen abogados de acusación y defensa, para garantizar juicios más justos. En las cortes de la Antigüedad, los hebreos intentaban obtener un equilibrio idéntico mediante el empleo de testigos a favor y en contra. Pero todos los sistemas son imperfectos, pues en algunas ocasiones un hombre culpable sale libre, mientras que un inocente es condenado. Erasmo de Rotterdam insistía en la libre investigación de todas las cuestiones. Debe escucharse e investigarse a fin de considerar otros puntos de vista, y no simplemente acumular evidencias para aquello que consideremos sea la verdad.

Una persona sensata escucha a los que opinan diferente para formular un mejor juicio sobre sí mismo y la causa que se debate. En ámbitos modernos y extremadamente competitivos como los actuales, muchos actúan como lo hace el insensato.

Sé veraz

La justicia podía ser fácilmente distorsionada en los antiguos tribunales hebreos. De acuerdo con Deuteronomio 17:6, con la sola presentación de solo dos testigos, una persona podía ser condenada a muerte. Debe considerarse además que tanto los jueces, como los testigos, podían ser sobornados. Así, los testigos veraces eran fundamentales en la justicia hebrea, así como sucede en la actualidad en cualquier tribunal.

Cuando un testigo falso era atrapado, inmediatamente era considerado como criminal, a causa de su atrevimiento a intentar desviar la justicia. El testigo falso recibía el castigo del crimen para el que había acusado al individuo inocente (Proverbios 12:19; 21:28). Todo fiel cristiano necesita comprender que la mentira es pecado, y trae como consecuencia condenación y destrucción.

En el Pentateuco, específicamente en Deuteronomio, se encuentra una serie de enseñanzas que contribuían a la existencia de una sociedad más justa. El capítulo 24:16-18 trata de las leyes de justicia y explica de manera didáctica que la justicia debía ser concedida a todo israelita de acuerdo con la verdad.

Consideraciones finales

En este mundo de pecado hay dificultades para todos. Muchos han procurado encontrar en la muerte una “respuesta”, pues no han logrado resolver sus conflictos. Pero la Palabra de Dios motiva a cada uno a tener buen ánimo, pues la solución para las contiendas es posible. Basta con pedir la dirección del Espíritu Santo, que ayudará a hacer del amor la respuesta, aplicar la justicia como auxilio, utilizar palabras edificantes, mostrar sensatez como virtud, y hacer de la verdad un principio, todo para honra y gloria del Señor Jesús.

Todo cristiano debe producir relaciones armoniosas, pues es mandato del Maestro. Pablo le escribió a los corintios: “Con todo, si alguno quiere discutir, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios” (1 Corintios 11:16).

 

Dr. Raildes do Nascimento
Profesor

Facultad Adventista de Amazonia

Se desempeñó como pastor distrital, y Director de los Departamentos de Salud, Evangelismo y Misión Global. Es doctor en Misiología, profesor de Teología Aplicada en la Facultad Adventista de Amazonia.

 


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