Consejos Acerca de Juegos y Recreaciones
En sus escritos publicados, ella sugiere algunos principios para guiar al cristiano en su comprensión de lo que constituye una vida victoriosa. Y ya que la vida incluye recreación tanto como trabajo, es de esperar y desear que se sugieran principios saludables y sabios para guiarnos en la elección del más alto nivel de trabajo y juego. Escribió:
«Algo mejor» es el santo y seña de la educación, la ley de toda vida verdadera. Al pedirnos Cristo que abandonemos alguna cosa, nos ofrece en su lugar otra mejor. A menudo los jóvenes albergan propósitos y anhelan ocupaciones y placeres que no parecen malos, pero que distan mucho de ser buenos. Desvían la vida de su más noble propósito. Las medidas arbitrarias o la acusación directa pueden no servir para inducir a esos jóvenes a renunciar a lo que desean. Diríjaselos en contacto con una belleza más verdadera, con principios más elevados y con vidas más nobles. Permítaseles ver a Aquel que es «del todo amable». Una vez que la mirada se fija en él, la vida halla su centro. El entusiasmo, la devoción generosa, el ardor apasionado de la juventud hallan en esto su verdadero objetivo. El deber llega a ser un deleite y el sacrificio un placer. Honrar a Cristo, asemejarse a él, es la ambición superior de la vida, y su mayor gozo.
«El amor de Cristo nos constriñe» 2 Cor. 5:14. La Educación, p. 296-297.
Ese «algo mejor», en lo que al campo de la recreación concierne, incluirá un llamado a la vida al aire libre, al estudio de la naturaleza, a escalar, a cabalgar, a nadar, a remar, y cuando se trata de lograrlo bajo techo, a la buena lectura, a cantar en grupos, a la vida social e invitación de amigos para almorzar o cenar, hobbies, etc.
Como diríamos hoy, los juegos y las competencias deportivas siempre dejaron a la autora inspirada «fría», esto es, nunca la entusiasmaron. Muchas personas que realmente han dado estudio a este asunto de los juegos, sienten de la misma manera. Pero esa frialdad que reflejan sus escritos hacia los juegos, representa una sabiduría a la cual miles de devotos al juego y a las competencias deportivas, si pensaran y meditaran seriamente en ella, aprobarían.
Cuando el Espíritu de Profecía aconseja a los cristianos que se aparten de cosas tales como las damas y el ajedrez que son aparentemente tan inocentes, observamos que ella simplemente se estremece ante los resultados a los que estos juegos generalmente conducen. Es en la estela de estos así llamados entretenimientos inocentes como se desarrolla el apetito por entretenimientos más excitantes y se pierde el gusto por las realidades de la vida tales como el trabajo útil, los negocios, los estudios escolares, etc.
Hay una filosofía de la historia que trata acerca del juego de la vida y de cómo los hombres y las mujeres lo han jugado a través de los siglos. También hay una filosofía del juego como tal. Y son estos juegos los que frecuentemente hacen que el juego de la vida — el juego más grande e importante — sea más difícil de jugar y más dificultoso de ganar.
Una filosofía básica y reveladora, aplicada a todos los juegos, aparece claramente establecida en la cita a la que acabamos de referirnos.Ella escribió de «objetivos, prácticas, y placeres que no parecen malos, pero que distan mucho de ser buenos. Desvían la vida de su más noble propósito». Nótese la palabra «desvían». En el juego de la vida, Satanás juega de un lado y usa diversas tácticas para distraer y desviar. Estas diversiones distraen la atención de los verdaderos propósitos y objetivos de la vida y así sirven para apartar de su curso al barco de la vida, llevándolo a aguas peligrosas.
En el libro La Educación, p. 210, ella establece principios que tienen que ver con ciertos deportes populares.
“Algunas de las diversiones más populares, como el fútbol, y el boxeo, se han transformado en escuelas de brutalidad. Tienen las mismas características que tenían los juegos de la antigua Roma. El amor al dominio, el orgullo por la mera fuerza bruta, el temerario desprecio manifestado hacia la vida, están ejerciendo sobre los jóvenes una influencia desmoralizadora que espanta. Otros juegos atléticos, aunque no sean tan brutales, son apenas menos objetables, a causa de que se los practica en exceso. Estimulan el amor al placer y a la excitación, fomentan la antipatía hacia el trabajo útil, y desarrollan una disposición a evitar las responsabilidades y los deberes prácticos. Tienden a destruir el gusto por las realidades serias de la vida y sus apacibles satisfacciones. Así se abre la puerta a la disipación y la ilegalidad, con sus terribles resultados. “La Educación, p. 210.
La declaración anterior es una declaración inspirada. Si la leemos cuidadosamente y sin prejuicios, nos contestará muchas preguntas. El principio establecido aquí se aplica por supuesto a juegos atléticos, desde el fútbol y el boxeo hasta los juegos atléticos menos objetables. Pero en un grado menor, el principio establecido aquí se aplica a juegos de mesa tales como el ajedrez, etc. Nótense los puntos mencionados: 1) «Se los practica con exceso». 2) «Estimulan el amor al placer y a la excitación». 3) «Fomentan la antipatía hacia el trabajo útil». 4) «Desarrollan una disposición a evitar las responsabilidades y los deberes prácticos». 5) «Tienden a destruir el gusto por las realidades serias de la vida y sus apacibles satisfacciones». 6) «Así se abre la puerta a la disipación y la ilegalidad, con sus terribles resultados.»
En su pregunta Ud. menciona a un joven que jugaba ajedrez desde la puesta del sol, el sábado de noche, hasta las dos o tres de la mañana siguiente. En esto Ud. puede ver un cumplimiento de la declaración de ella, «el exceso al cual son llevados». Esto nos recuerda que puede no haber algún mal inherente en mover figuras en el tablero de ajedrez, o en jugar a las cartas con un grupo de amigos. Pero una vez que las semillas de idolatría están sembradas, la planta comienza a crecer. Y en algunas personas se transforma en un gran árbol, destruyendo toda otra planta saludable y buena que lo rodea. Esto no sucede con todos, por supuesto.
Dios trata de prevenir eventualidades desafortunadas. A la sierva del Señor se le pidió que desalentara el afecto a los entretenimientos y placeres que provocan la aversión por el trabajo útil y la disposición a rehuir el trabajo práctico.
Si nosotros entendiéramos, tal como es nuestro privilegio hacerlo, el blanco que debemos alcanzar — la santidad, la semejanza a Dios en carácter — rehuiríamos las diversiones debilitantes y empobrecedores, en favor de la mejor educación, cultura, y pasatiempos.
No estamos diciendo que un hombre se transforma en pecador porque juegue al ajedrez o las damas. Simplemente decimos que Dios busca lo mejor para nosotros. El sabe que nosotros necesitamos recreación, y nos invita a buscarla en las áreas donde podemos edificar en nuestras vidas la mayor felicidad y riqueza de conocimiento. «¿Qué es la paja en comparación del trigo?» Esta es una pregunta de la Biblia, y si podemos conseguir algo mejor que las cosas comunes y baratas, ¿por qué no elegirlas? Seremos enriquecidos por ello y agradaremos a Dios.
«Counsel Clinic». Youth’s Instructor,
0 comentarios