Cronología del Exilio y de la Restauración
1. Introducción
LA CRONOLOGÍA de los libros históricos comprendidos en este tomo (sin la cronología de Crónicas, que se estudia en el t. II ), abarca el exilio babilónico y la restauración, es decir desde el reinado de Nabucodonosor, en tiempos del Imperio Neobabilónico, hasta el reinado de Darío II, del Imperio Persa que le siguió. Durante este período, más que en cualquier otro, el relato bíblico puede hacerse corresponder con la secuencia de los acontecimientos históricos y los altibajos de las fuerzas políticas, religiosas y sociales en el Cercano Oriente. Esto es posible gracias a que los arqueólogos modernos han descubierto muchas inscripciones conmemorativas y miles de documentos públicos y privados. Estos últimos fueron escritos mayormente en tablillas de arcilla en Mesopotamia, y en menor número en papiros en Egipto, algunos de los cuales se hallaron cerrados y sellados.
Entre estos antiguos documentos originales hay contratos, títulos de propiedad y otros documentos legales, cartas, recibos, textos literarios o religiosos, decretos y correspondencia diplomática. Todos ellos escritos por escribas profesionales, pero relacionados mayormente con individuos. Proporcionan importantes detalles referentes a la propiedad, las deudas, los salarios, los impuestos y el costo de la vida. Aclaran ciertas costumbres sociales: la esclavitud, el matrimonio, el divorcio, y ocasionalmente revelan datos inesperados de interés humano. Un simple inventario de propiedad personal presenta un cuadro gráfico del ajuar de una novia -sus vestidos nuevos, uno fruncido, otro rayado, etc.- ,su baúl de mimbre, su espejo de bronce, fuentes y envases para cosméticos. Una serie de recibos fechados relata una historia de fraude en la capital. Y las fechas de estos documentos, que llevan el número del año de reinado de muchos reyes sucesivos, son de gran importancia para fechar esos reinados.
Estos antiguos documentos se han acumulado en los archivos de los museos porque lleva mucho tiempo traducirlos y publicarlos. Por ejemplo, los papiros del museo de Brooklyn (Nueva York), adquiridos más de 50 años antes que se los publicara en 1953, constituyen un eslabón importante en la cadena de pruebas acerca del calendario judío postexílico y, en consecuencia, aclaran las fechas de Esdras y Nehemías y del decreto de Artajerjes de «restaurar y edificar a Jerusalén», fecha de la cual dependen dos importantes profecías cronológicas.
En Esdras y Nehemías, Jeremías y Daniel, Hageo y Zacarías, se encuentran muchas fechas relacionadas con los años de ciertos reyes de los imperios Neobabilónico y Persa. Esas fechas pueden ubicarse con mayor grado de certeza que las de cualquier período anterior o posterior de la historia bíblica. Algunas de ellas están relacionadas con acontecimientos tan importantes como la caída de Jerusalén, o con profecías como la del cautiverio de los 70 años o la de las 70 semanas.
Muchos acontecimientos del cautiverio y de la restauración de los judíos pueden fecharse con seguridad en determinado año, y a menudo aun en el día preciso. Sin embargo, siempre debe admitirse la posibilidad de la variación de un día en el cálculo de la fecha según el calendario lunar, o algunas veces de un mes, cuando no existe seguridad en cuanto a si un determinado año tuvo 13 meses o no (ver t. II, págs. 122-124). Por lo tanto, en el t. III se dan algunas fechas exactas siendo muy probable que no haya en ellas ni siquiera un día de variación. Las fechas de los meses babilónicos se han tomado de la obra Babylonian Chronology de Parker y Dubberstein. Las fechas judías del siglo V han sido tomadas de la tabulación de Horn y Wood que se reproduce en las págs. 112, 113. En algunos casos puede admitirse una diferencia de opinión. Por eso es conveniente estudiar la manera de cómo se llega a estas fechas y examinar si son fidedignas. Esta monografía tiene el propósito de explicar el sistema cronológico que se emplea en el t. III. En la segunda sección de esta monografía se muestra cómo los documentos arqueológicos proporcionan la base de un sistema cronológico relativamente completo, cuyo uso posibilita determinar las fechas AC de estos reinados. Luego, en la tercera sección, se estudiarán los problemas específicos de la cronología bíblica de este período.
II. Se establece el marco cronológico del período
El Canon de Tolomeo.-
Numerosos documentos establecen sin lugar a dudas los reinados de los reyes babilonios y persas durante el período del cautiverio y de la restauración. La mayoría de ellos se han conocido en las últimas décadas. Antiguamente, los eruditos dependían del canon o lista de los reyes recopilado por el astrónomo egipcio Tolomeo en el siglo II DC (ver el t. II, pág. 156-158 donde aparece el canon completo junto con un estudio del mismo). En el Canon de Tolomeo se da la duración de los reinados sucesivos de monarcas babilónicos, persas, macedonio-egipcios y romanos, desde el 26 de febrero de 747 AC hasta el tiempo de Tolomeo, computados según el calendario egipcio. Estas fechas computadas con el calendario egipcio son exactas, pues se las comprueba mediante una serie de eclipses que Tolomeo menciona en El Almagesto, su obra de astronomía. Estos eclipses tienen fecha y hora en el cómputo del calendario egipcio que han sido identificadas con precisión por los astrónomos modernos. (Nota: * Podrá alguno preguntarse por qué es posible fijar con tanta confianza las fechas para los eclipses registrados por Tolomeo, ya que el eclipse del cual dependen las fechas de la lista limmu asiria podría tener más de una posible fecha (ver t. II, pág. 161). Esto ocurre porque el registro asirio sólo da el mes lunar, mientras que Tolomeo registra 19 eclipses con mención de día y hora, y da el intervalo exacto entre los elipses, según la era del calendario egipcio. Según nuestro calendario, la luna llena (único momento cuando puede ocurrir un eclipse lunar) cae en la misma fecha sólo una vez cada 19 años. En el calendario egipcio de Tolomeo, con su retroceso gradual (ver nota 3), una fecha de luna llena no podría repetirse sino después de 25 años. Puesto que no es posible que haya más de dos elipses lunares en las 12 ó 13 fechas en que hay luna llena en el año, se reduce aún más la posibilidad de que se produzca una duplicación. Por eso no puede haber duda en cuanto a las fechas de los eclipses mencionados por Tolomeo. )
El Canon de Tolomeo se basaba en registros antiguos y fue recopiado muchas veces antes que lo conocieran los eruditos modernos. Por eso algunos especialistas en cronología de hace uno o dos siglos se sintieron libres de alterar las fechas del canon para hacerlas concordar con sus teorías. Pero en tiempos recientes han aparecido documentos mucho más antiguos que el canon, sin los pequeños errores acumulados 89 de que tantas veces adolecen los manuscritos que se vuelven a copiar, y su contenido ha confirmado más y más la exactitud de Tolomeo.
Las tablillas babilónicas bosquejan los reinados.-
Desde el surgimiento de la arqueología moderna, la información acumulada de las tablillas de arcilla de Babilonia ha ido formando un cuadro, no sólo del marco histórico sino también de la cronología del período. No importa cuán trivial sea el contenido de esas tablillas, las fechas de una serie de ellas, colocadas en orden cronológico, muestran aproximadamente el momento del año cuando comenzó a reinar cada rey.
Por ejemplo, si se ponen en orden cronológico todas las tablillas conocidas, escritas durante una serie de reinados, se nota que la última fechada en un reinado y la primera fechada en un reinado y la primera fechada en el reinado siguiente llevan fechas muy próximas, algunas veces la del mismo día. Se podría construir así una serie de tablillas:
Año Mes Día
Nabucodonosor (43 años) 43 6 14
» 43 6 26
Amel-Marduk (2 años) «comienzo del reinado» 6 26
» » » » 7 19
» 1 2 1
» 1 11 18
» 2 3 15
» 2 5 17
Nergal-sar-usur «Comienzo del reinado» 5 23
» » » » 6 12 etc.
Las fechas que aparecen en bastardilla muestran, por ejemplo, que la primera tablilla del reinado de Amel-Marduk (Evil-merodac en la Biblia) lleva la fecha del día 26 del mes 6.º, la misma fecha de la última tablilla fechada en el reinado de Nabucodonosor. También se ve que a continuación de la última tablilla fechada en el reinado de Amel-Marduk, del día 17 del mes 5.º de su 2.º año, a menos de una semana viene una tablilla fechada el día 23 del mes 5.º, que corresponde con el reinado de su sucesor. Así puede conocerse con mucha exactitud la duración de su reinado. La serie se repite en otros reinados. Las primeras tablillas del «comienzo del reinado» aparecen en la parte final del año que había comenzado como último año del rey anterior. Algunas veces se superponen las fechas de las tablillas, porque los documentos escritos en aldeas distantes se fechaban según el antiguo reinado hasta que se recibía la noticia de la muerte del rey, tal vez muchos días después de que los escribas en la capital ya usaban el nombre del nuevo rey.
Todas las series de últimas y primeras tablillas que se conocen, confirman la duración de los reinados babilónicos y persas tal como aparecen en el Canon de Tolomeo, y señalan aproximadamente el mes y el día de la entronización del nuevo rey. (Dos tablillas de los anales de Babilonia dan las fechas exactas del comienzo de los reinados de Nabopolasar y Nabucodonosor; véase la obra de Wiseman en la bibliografía de la pág. 86.) Las tablillas fechadas también muestran que la parte final del último año calendario del antiguo rey, entre el cambio de mando y el siguiente día de año nuevo (primero de Nisán, en primavera ), se llamaba «comienzo del reinado», o lo que hoy se da en llamar «año de ascensión», mientras que el «año 1» era el primer año calendario completo (en cuanto a la forma de computar «con año de 90 ascensión» y «sin año de ascensión» ver t. II, pág. 150). (Nota: N. del T. **)
Serie de tablillas de cronología relativa.-
Las tablillas de este tipo (o los papiros similares provenientes de Egipto) proporcionan tan sólo una cronología relativa . Toda la serie de años de reinado de los reyes babilónicos necesita un punto fijo para afirmar el sistema cronológico AC. El Canon de Tolomeo y sus registros de los eclipses fijan las fechas AC de los años del calendario egipcio, pero no del babilónico. Aunque la serie incompleta de tablillas babilónicas con sus fechas relativas, parece concordar con Tolomeo, no constituye una prueba definitiva, porque las tablillas están fechadas según un calendario diferente, y en algunos casos pueden estar sujetas a diversas interpretaciones. Las tablillas de los saros (del período de los seléucidas) contienen una lista de reinados con intervalos de 18 años en el siclo de los saros. Estos años de reinado armonizan con lo que dice Tolomeo y con las tablillas fechadas, en lo que se refiere a la duración de los reinados, pero no fijan en forma independiente ninguna fecha AC. Pero dos tablillas han proporcionado un control para el Canon de Tolomeo, y ofrecen una prueba definitiva y contemporánea de los años AC equivalentes a los años babilónicos. Se las estudiará a continuación.
Dos tablillas astronómicas fijan la cronología babilónica.-
Dos tablillas independientes y escritas en la época cuando se observaron los fenómenos, dan por separado datos astronómicos de todo un año que nos resultan de un valor inestimable. La primera de ellas, del año 37 de Nabucodonosor, contiene una serie de observaciones que van desde el 1.º de Nisán (día de año nuevo en Babilonia) del año 37, hasta el 1.º de Nisán del año 38 (véase el t. II, pág. 156). Podría haber algún error si no existiera más que la fecha de una sola observación astronómica, pero los astrónomos modernos nos dicen que una combinación de observaciones como las que aparecen en esta tablilla, con referencia a las posiciones del sol, de la luna y de los planetas, todos los cuales se mueven en diferentes ciclos, puede ubicarse con precisión sólo en un año determinado. El año 37 de Nabucodonosor fue, sin lugar a duda, el año babilónico de calendario lunar que comenzó el 23 de abril de 568 AC (con mayor precisión, 22/23 abril, de puesta de sol a puesta de sol) hasta el 12 de abril de 567 AC. De este modo, se puede ubicar el primer año completo, o sea el primer año oficial del reinado de Nabucodonosor en 604/03 AC, de primavera a primavera. Esto permite fijar todos los años de su reinado.
El segundo documento de esta clase contiene una serie parecida de datos astronómicos calculados que fijan el 7.º año de Cambises como el año babilónico que va del 7 de abril de 523 al 26 de marzo de 522 AC. Los cómputos modernos confirman la corrección de este cálculo. Los reyes persas, siendo también reyes de Babilonia, adoptaron el calendario babilónico. Esta tablilla del reinado de Cambises es especialmente interesante porque entre otros datos consigna un eclipse (que se calcula que ocurrió el 16 de julio de 523 AC) que es idéntico al que Tolomeo ubica en el mismo 7.º año. Así los dos antiguos sistemas cronológicos -el de años solares egipcios, usado por Tolomeo, y el de años lunares, de los persas y babilonios- convergen en un punto fijo en la escala AC, y el uno en relación con el otro.
Coordinación de años egipcios y babilónicos.-
El eclipse mencionado establece la coordinación de los años egipcios de Tolomeo con los años babilónicos correspondientes. Tolomeo hace comenzar el año 1.º de Cambises, según el calendario egipcio, en el 1.º de Tot, o sea el 3 de enero de 529 AC, aproximadamente unos tres meses antes que comenzara el año 1.º de Cambises según el calendario babilónico. Otras comprobaciones indican que así también en todo este período, un año determinado de un reinado comenzaba de tres a cuatro meses antes en el calendario egipcio que el mismo año en el cómputo babilónico-persa. Ese intervalo se tornó más y más largo puesto que el año babilónico siempre comenzaba después de una luna nueva en marzo o abril (véase el t. II, pág. 119), mientras que el comienzo del año egipcio iba retrocediendo gradualmente, lo que puede verse en la última columna de la pág. 157 del t. II. (Véase la razón de este retroceso en la nota 3 al pie de esta página; también en el t. I, págs. 185, 186; t. II, pág. 107.)
Los papiros egipcios de doble fecha proporcionan fechas exactas.-
Numerosos documentos escritos en papiro, en idioma arameo, hallados en la colonia judía de Elefantina, en el sur de Egipto (ver las págs. 81, 82, 106-111, t. II, págs. 120-122), proporcionan una comprobación de esa época, aplicable a la cronología AC de los reyes persas durante la mayor parte del siglo V AC. De aproximadamente cien papiros encontrados, catorce tienen doble fecha: la fecha del mes solar egipcio y la fecha del mes lunar judío. En algunos casos llevan dos diferentes años de reinado, si este número era diferente, según el cómputo de los dos sistemas. Estas fechas dobles pueden ubicarse con la precisión de un día en la escala AC. (Nota: Año AC 8 de Farmuthi 8 de Tammuz 42212/13 de julio(de salida de sol a salida de sol)4/5 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) 42111/12 de julio(de salida de sol a salida de sol)22/23 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) 42011/l2 de julio(de salida de sol a salida de sol)11/12 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) 41911/l2 de julio(de salida de sol a salida de sol) l/2 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) 41811/12 de julio(de salida de sol a salida de sol)20/21 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) 41710/11 de julio(de salida de sol a salida de sol)8/9 de julio(de puesta de sol a puesta de sol) Puesto que el 8 de Farmuti y el 8 de Tammuz sólo pueden hacerse coincidir en el año 420 AC, es evidente que fue en este año cuando se escribió el papiro mencionado. Este era el 3er. año según el calendario de otoño a otoño. Por lo general, en los papiros se daba el año según el calendario egipcio, pero en este caso la fecha no coincide ni con el 3er. año egipcio, ni con el año persa que a su vez abarca hasta el verano [julio] del año 421. (En cuanto a la importancia de este papiro, ver pág. 107.) Del mismo modo, en otros papiros de doble fecha, la fecha del mes egipcio puede ubicarse en cuatro años consecutivos, pero la fecha lunar no puede coincidir con la fecha egipcia sino en uno de esos años. Así puede determinarse la fecha AC de estos papiros.*)
Estos papiros armonizan plenamente con lo que nos indican otras informaciones cronológicas en cuanto a estos reinados. La fecha egipcia que llevan, que concuerda con los años de reinado según los computa Tolomeo, muestra que el Canon de Tolomeo se basaba en el cómputo egipcio de la época. Las fechas judías, computadas según el sistema del año de ascensión, armonizan con los números de los años en el sistema babilónico-persa, pero el comienzo de los años no concuerda, porque uno de los papiros muestra con claridad que estos judíos usaban su propio año civil, de otoño a otoño [septiembre-octubre] y no el babilónico, de primavera a primavera [marzo-abril] (véase la pág. 107).
De este modo, los dos años fijados por las tablillas astronómicas (el año 37 de Nabucodonosor y el 7.º de Cambises) y los papiros de doble fecha provenientes de Egipto, según una comprobación de esa época, establecen las fechas de reinado de seis reyes babilonios y persas. Por los eclipses registrados por Tolomeo se conoce la duración de dos reinados mas cuya duración indudablemente armoniza con esos seis reinados. Si la duración conocida de los otros reinados fuera correcta (y parece concordar la evidencia que en cuanto a esto ofrecen el Canon de Tolomeo, las tablillas de los saros y la serie de tablillas fechadas en Babilonia), podría tenerse certeza del equivalente AC de cada año de reinado de los reyes babilonios y persas comprendidos en el período que abarca este tomo, computados según el calendario solar egipcio y el calendario lunar babilónico.
Cómo ubicar la fecha AC de un determinado año de reinado.-
El lector que desee ubicar determinado año de un rey babilonio o persa, podrá hacerlo en la tabla del Canon de Tolomeo (t. II, pág. 157). Las fechas AC que aparecen en las dos columnas suplementarias a la derecha indican el comienzo del primer año oficial de cada reinado, según el calendario egipcio (Tolomeo omite los reyes cuyo reinado fue menor de un año, como Labasi-Marduk, quien siguió a Nergal-sar-usur). Desde el año uno, puede calcularse cualquier otro año del reinado con precisión exacta si se computan años de exactamente 365 días cada uno, sin año bisiesto. En todo este período, cada uno de los años de reinado de los leyes babilonios y persas (según el calendario babilónico) comenzó en el siguiente 1.º de Nisán después del correspondiente año nuevo egipcio. Siempre comenzaba después de una luna nueva a fines de marzo o en abril. De modo que el primer año de Jerjes, según el calendario egipcio, fue el 486/85 AC (comenzando en diciembre), pero su primer año en Babilonia fue el 485/84, comenzado en primavera; pero probablemente el primer año de Jerjes, computado según la costumbre judía, habría sido el último en comenzar en el otoño de 485 (el 1.º de Tisri, después de una luna nueva entre fines de septiembre y fines de octubre). Pero este orden que seguían los judíos no es siempre el mismo. En algunos reinados el año judío precedía al correspondiente año babilónico por seis meses, mientras que en otros, le era posterior. Esto dependía de cuál día de año nuevo se daba primero , si el babilónico o el judío, después de la fecha cuando el rey asumía el trono. En ese día de año nuevo comenzaba el año primero. (Nota: Ver t. II, pág. 143. No hay razón para dudar de que los judíos computaban los años de reinado con el sistema del año de ascensión (ver t. II, págs. 141, 142), pues este método parece haberse usado en los últimos años de Judá, poco antes del exilio. Esto también lodemuestran los papiros de doble fecha (ver págs. 91, 108), única prueba del calendario judío durante el período persa. Si se aplica este sistema a la fecha de entronización de cada rey de este período, según sedesprende de las diversas fuentes, resulta el siguiente paralelismo de los años de reinado, computados según el sistema judío, con los años de reinado computados según el sistema babilónico: l. El año judío comenzaba en el otoño antes del año babilónico correspondiente (comenzado en primavera) durante los reinados de los reyes babilonios (Nabucodonosor hasta Nabonido), y también durante el reinado de Cambises, rey persa. 2. El año judío comenzaba en el otoño después del correspondiente año babilónico, durante losreinados de los reyes persas (Cirohasta Darío II), excepto en el caso de Cambises. (Artajerjes fue un caso especial, ver pág. 104.) Antes de Nabopolasar, y después de Darío II, no hay suficiente evidencia derivada de las tablillas como para fijar las fechas de entronización. Los reinados de menos de un año no afectan los cálculos.*)
En esta sección II se ha resumido la base sobre la cual puede computarse cualquier fecha donde aparezca el año de reinado de un rey durante este período. Los eruditos por lo general concuerdan en cuanto al cálculo de las fechas según la cronología egipcia y babilónico-persa. Sólo pueden admitirse diferencias de opinión en cuanto a ciertas fechas calculadas según el año babilónico de primavera a primavera, y el año civil judío de otoño a otoño. Esta diferencia se considerará en las siguientes secciones de esta monografía, en conexión con fechas bíblicas específicas relacionadas con el cautiverio y la restauración de los judíos.
III. Comienzo del cautiverio bajo Nabucodonosor
El libro de 2 Crónicas termina con el relato del retorno de los judíos a Palestina tras los 70 años de cautiverio en Babilonia, y en ese mismo punto comienza el libro de Esdras; por lo tanto, el primer, problema cronológico que deberá resolverse en esta monografía es la fecha del exilio.
Los 70 años predichos por Jeremías.-
Por lo general, se ha considerado que los 70 años de cautiverio comenzaron con la primera deportación de judíos a Babilonia, realizada por Nabucodonosor, y que terminaron cuando regresó a Palestina un gran número de exiliados presididos por Zorobabel, autorizados por un decreto dado en el 1.º año del reinado de Ciro. Muchas veces se ha fijado este período del año 606 AC al 536 AC. Puesto que un antiguo año lunar no puede coincidir con un año del calendario juliano AC, que comienza en enero, es más exacto expresar los años con números dobles, tales como 606/05 AC, etc. Por lo tanto, se expresa con mayor precisión este período de 70 años si se dice que según el calendario civil judío abarcó desde 606/05 hasta 537/36 AC.
Jeremías predijo por primera vez el cautiverio de 70 años en el 4.º año de Joacim, o sea el 1.º de Nabucodonosor (Jer. 25: 1-11) que, según el calendario civil judío, de otoño a otoño, fue el 605/04. Sin embargo, otra vez habló de un cautiverio de 70 años en una carta a los dirigentes que habían sido deportados a Babilonia junto con Joaquín, siete años después de su profecía anterior (Jer. 29: 1, 10). Por lo tanto, parece lógico suponer que se computara ese período profético, no a partir de cualquiera de las dos predicciones, sino de un acontecimiento específico, el que más razonablemente cumpliese los requisitos de la profecía, a saber, el comienzo del cautiverio. Sin duda, ambas predicciones se referían al cautiverio que, según podrá verse, ya había comenzado, en el tercer año de Joacim (Dan. 1: 1-6).
El cautiverio en tres etapas.-
La deportación a Babilonia ocurrió en tres etapas principales durante los reinados de los últimos tres reyes de Judá:
(1) En el 3er. año de Joacim, cuando algunos de los tesoros del templo y cierto número de cautivos, entre ellos Daniel, fueron llevados a Babilonia (Dan. 1: 1-3).
(2) Al final del reinado de tres meses de Joaquín, en el 8.º año de Nabucodonosor (2 Rey. 24: 8-16), cuando Joaquín y otros, entre ellos Ezequiel, fueron tomados cautivos (Eze. 1: 1-3; 33: 21; 40: 1; ver pág. 95).
(3) En el 11.º año de Sedequías, o sea el año 19.º de Nabucodonosor, cuando la ciudad de Jerusalén y el templo fueron destruidos y la mayor parte de los habitantes que sobrevivieron fueron deportados a Babilonia (2 Rey. 25: 8-21; ver pág. 96).
Puesto que se han fijado astronómicamente las fechas del reinado de Nabucodonosor (ver pág. 90), estas tres etapas pueden ubicarse en los años 605, 597 y 586 respectivamente (ver t. II, págs. 164, 165).
Primera etapa del cautiverio en el año de la ascensión de Nabucodonosor.-
El cautiverio comenzó en el año en que Nabucodonosor ascendió al trono, antes de cumplir su primer año, porque,
(1) El 3er. año de Joacim fue el año cuando Nabucodonosor atacó a Judá y tomó cautivo a Daniel (Dan. 1: 1-3, 6); y porque,
(2) El 4.º año de Joacim fue el 1.º de Nabucodonosor (Jer. 25: 1).
Confirman esta posición (a) lo que consigna Josefo ( Contra Apión i. 19), que se basa en el relato del historiador babilonio Beroso, quien declara que Nabucodonosor se encontraba en medio de una campaña militar en Palestina y Egipto, cuando repentinamente tuvo que volver a su país para tomar el trono después de la muerte de su padre Nabopolasar, y que dejó cautivos, entre ellos judíos, para que el ejército los llevara a Babilonia; y (b) la tablilla de la Crónica de Babilonia (ver págs. 48, 86) que da el día 8 del mes de Ab como la fecha de la muerte de su padre (aproximadamente el 15 de agosto de 605), y el 1.º de Elul (aproximadamente el 7 de septiembre) como la fecha de la entronización de Nabucodonosor en Babilonia.
En armonía con esto, el 1 er año del reinado de Nabucodonosor comenzó en Babilonia el día siguiente del año nuevo, o sea en la primavera de 604 AC (véase la pág. 90). Sin embargo, según el cómputo judío del año civil, de otoño a otoño, este primer año se contaría a partir del siguiente día del año nuevo judío después del comienzo del reinado, o sea más o menos en octubre de 605, poco después de la primera deportación. La profecía de Jeremías pudo haberse dado poco después, en el 4.º año de Joacim. Sería natural que todos entendieran que la predicción de los 70 años se refería al cautiverio que acababa de comenzar. Si se hace comenzar el cautiverio en el 3er. año de Joacim, en 605 AC, armonizaría por completo con la fecha de la ascensión de Nabucodonosor al trono y con el retorno de los exiliados al final de 70 años, calculados según el cómputo inclusivo (véase la pág. 100).
La antigua teoría de la supuesta corregencia de Nabucodonosor.-
Antiguos comentadores llegaban a una fecha diferente al tratar de explicar (1) que «Nabucodonosor rey de Babilonia» había llevado cautivo a Daniel en el 3er. año de Joacim, antes del primer año de su reinado (el 4.º año de Joacim); (2) los tres años de preparación de Daniel (Dan. 1: 5) antes del 2.º año de Nabucodonosor (2: 1, 13); y (3) los 70 años entre el 1º año de Nabucodonosor y el 1 er año de Ciro (ubicados por Tolomeo en el 604 y el 538 AC, respectivamente).
En su intento por resolver estas aparentes discrepancias, los eruditos bíblicos decían que el 4.º año de Joacim equivalía al año 606 AC y también al primer año de una supuesta corregencia de dos años de Nabucodonosor con su padre; y afirmaban que Nabucodonosor había tenido su sueño en el 2.º año como rey único, mediando entre una y otra fecha los tres años de la preparación de Daniel. Calculaban, además, el período de 70 años desde el 606 hasta el 536, año que designaban como el 1 er año de Ciro (ver la nota 10). Finalmente se dio por sentada esta explicación, y se la consideró como verdadera historia y no como una suposición muy bien elaborada. (Nota: * Se le atribuye a Petavio (Petau), erudito jesuita del siglo XVII, la conjetura de que Nabucodonosor tuvo una corregencia de dos años con su padre. Petavio también supuso una corregencia de 10 años en el caso de Artajerjes I, a fin de comenzar las 70 semanas en el año 20 de ese reinado, computado desde el comienzo de la corregencia. Ussher, usando una fecha ligeramente distinta para el fin de las 70 semanas, siguió a Petavio en el cambio de las fechas de Artajerjes, pero dejó de lado el Canon de Tolomeo y ubicó la muerte de Jerjes 9 años antes de la fecha que da el Canon para el comienzo del reinado de Artajerjes. Pocos comentadores protestantes usaron esta cronología de Artajerjes, pero por más de dos siglos aparecieron en los márgenes de la versión de Douay y en algunas ediciones de la KJV las fechas que Ussher daba como 467 AC para Esdras 7 y 454 AC para Nehemías 2. )
Pero ahora, a la luz de los documentos descubiertos por la arqueología moderna, han desaparecido por completo las supuestas discrepancias de la Biblia. Se ha confirmado el relato tal cual aparece en la Biblia, porque ahora se sabe, (1) que Nabucodonosor fue rey por algunos meses antes de que comenzara su «primer año»; (2) que la preparación de Daniel, si comenzó en el año de ascensión de Nabucodonosor al trono, abarcó el primer año y concluyó en el segundo, lo que se habría considerado como tres años, según el cómputo inclusivo que comúnmente se usaba en esa época (ver t. II, págs. 139, 140); y que (3) el uso del calendario civil judío, de otoño a otoño, ha hecho posible que se computen los 70 años sin cambiar la fecha de ningún reinado desde el año 606/05 hasta el 537/36 AC, usando el cómputo inclusivo.
La fecha del cautiverio de 70 años.-
Si el primer año del cautiverio de los 70 años predicho por Jeremías fue el 606/05 AC, de otoño a otoño -o sea el 3er. año de Joacim, cuando Daniel y otros fueron llevados a Babilonia-, entonces, el 70.º año de ese período fue el 537/36 AC. Además, podrá comprobarse en la sección V (págs. 97-100), que es razonable considerar que ocurrió en ese año el retorno de los exiliados presididos por Zorobabel, después del decreto del 1 er año de Ciro.
Sin embargo, antes de dejar las consideraciones en cuanto al comienzo del cautiverio, es preciso notar la base para fijar las fechas del segundo y tercer pasos del proceso. Esta base se encuentra en la cronología de Jeremías, quien predijo los 70 años de cautiverio, y de Ezequiel, que fue exiliado a Babilonia junto con Joaquín.
IV. La cronología de jeremías yde Ezequiel
Las fechas en Jeremías y Ezequiel.-
El profeta Jeremías inició su ministerio en el año 13 de Josías, aproximadamente en el 627 AC (Jer. 25: 3), no mucho antes de la entronización de Nabopolasar, padre de Nabucodonosor, quien pronto habría de lograr la independencia de Babilonia, liberándola de Asiria, y se uniría a los medos y a los escitas para derrotar a Asiria, después de lo cual comenzaría a constituir su propio imperio, que hoy se conoce como el Imperio Neobabilónico. Mientras se desarrollaban estos acontecimientos internacionales, Jeremías advirtió que Judá debía arrepentirse o caería como presa de los poderes extranjeros. Jeremías predijo el cautiverio de los 70 años en el 4.º año de Joacim, o sea «el primer año de Nabucodonosor». Muchos de sus mensajes indican el día, mes y año de reinado de Joacim o de Sedequías (ver Jer. 25: 1; 26: 1; 45: 1; 36: 9, 10; 28: 1; 51: 59; 39: 1; 32: 1). Su ministerio en Judá concluyó con la tercera etapa del cautiverio, cuando cayó Jerusalén en 586 AC.
Ezequiel fue llevado a Babilonia junto con el rey Joaquín en el año 8.º de Nabucodonosor (2 Rey. 24: 12; cf. 2 Crón. 36: 9, 10), en la segunda gran etapa del cautiverio, en la primavera de 597 AC. Fue llamado al ministerio profético en el quinto año del cautiverio de Joaquín (Eze. 1: 2), y fechó sus mensajes proféticos tomando como referencia los años transcurridos a partir de esa deportación, como si hubieran constituido una era (ver Eze. 1: 1, 2; 8: 1; 20: 1; 24: 1; 29: 1; 26: 1; 30: 20; 31: 1; 33: 21; 32: 1; 40: 1; 29: 17). Sus cómputos cronológicos deben considerarse en relación con los de Jeremías, quien se refirió a algunos de los mismos acontecimientos. A continuación se señalan siete sucesos importantes fechados según los años del cautiverio de Joaquín y los años de reinado de Sedequías. El cálculo de las fechas AC se explica en los párrafos subsiguientes.
Estos acontecimientos tomados de los libros de Jeremías y Ezequiel deben fecharse en forma consecuente el uno con el otro, y también con la declaración de Jeremías (cap. 32: 1), sincronizando el 10.º año de Sedequías con el 18.º de Nabucodonosor, y también con las declaraciones (Jer. 52: 5, 12; 2 Rey. 25: 2, 8) que sitúan la caída y destrucción de Jerusalén en el verano del 11.º año de Sedequías y el 19.º de 96 Nabucodonosor. Los años de reinado de Nabucodonosor, fijados astronómicamente en el calendario babilónico, computados de primavera a primavera, pudieron comenzar medio año antes en el calendario civil judío (de otoño a otoño) (ver págs. 93, 94). Por lo tanto, esta fecha del verano, durante la mitad del año, cuando se superponían el año de primavera a primavera con el de otoño a otoño, sería el año 19 (de Nabucodonosor) en cualquiera de los dos calendarios, o sea el año 586 AC. Pero la captura de Joaquín, fechada por una crónica babilónica (ver pág. 48) el 2 de Adar del 7.º año de Nabucodonosor (aproximadamente el 16 de marzo de 597 AC), cae en el año octavo según el cómputo judío, ya que esa fecha estaba en la parte del año que no se superponía. (Nota: bíblicos (salvo en Jer. 52: 28, 29) asignaban a los años de reinado de Nabucodonosor un número mayor que el que él mismo se atribuía enlos registros oficiales de Babilonia, o (2) que el año 19 (2 Rey. 25: 8) constituye un error y debe considerarse que en realidad es el año 18, según Jer.52: 29. Pero este último versículo sólo se refiere a la toma de unos pocos cautivos y no a la caída de Jerusalén, y en el vers. 12 del mismo capítulo se habla de que los babilonios entraron en la ciudad en el año 19, en armonía con 2 Reyes. Por lo tanto, en verdad no hay discrepancia alguna, y puede considerarse como fecha establecida la del año 586. La duda en cuanto a si Jeremías quiso hacer coincidir el 4.º año de Joacim con el año de ascensión, o con el primer año de Nabucodonosor (Jer. 25: 1; ver t. II, pág. 165, nota), no tienenada que ver con los sincronismosentre Sedequías y Nabucodonosor. *)
Se ponen a prueba las diversas posibilidades.-
Hay diferentes opiniones en cuanto a ( a ) si Jeremías y Ezequiel contaban los años a partir de la primavera o a partir del otoño, y ( b ) si el «primer año» del cautiverio de Joaquín fue el año de su captura o el año que comenzó a continuación de ese año. Puede suponerse (1) que ambos autores concuerdan en la fecha del comienzo del sitio, (2) que la noticia de la caída de la ciudad debe haber llegado a Ezequiel dentro de un período razonable, o sea en 6 meses y no en 18 meses, y (3) que la liberación de Joaquín tuvo que ocurrir en el año de ascensión o el año 1.º de Amel-Marduk (véase el t. II, pág. 165). Cuando se consideran todas las combinaciones posibles de las variantes ( a ) y ( b ), junto con las especificaciones recién mencionadas, surgen las dos alternativas más probables.
Las fechas AC de Jeremías y de Ezequiel.-
No puede probarse con exactitud, mediante probabilidades, cuáles métodos usaron Jeremías y Ezequiel para hacer sus cómputos, ya que lo que parece más probable no es siempre lo que ocurre; pero la mejor de las varias combinaciones posibles hace más probable que Jeremías hubiera usado el año comenzado en otoño y Ezequiel el que comenzaba en primavera, aunque es casi igualmente probable que Ezequiel computara a partir del otoño, tal como lo hizo Jeremías. En cualquiera de los dos casos, el «primer año de cautiverio», según Ezequiel, habría comenzado en la primavera o el otoño de 597; y el primer año de Sedequías, según Jeremías, en el otoño de ese mismo año. Sobre esta (Nota: elaño que comenzaba enla primavera, pero que en Reyes, Daniel y Esdras-Nehemías se usa el año que comenzaba en el otoño. Encuanto a Jeremías hay opiniones quediscrepan. Son tres las objeciones que pueden presentarse a la posición de que Jeremías usóelaño que comenzaba en el otoño: el cómputo del aniversario de sus 23 años de ministerio; un»mismo año», que no pruebanada y que lleva hasta el 7.º mes; y una aparente, aunque no necesariamente definitiva falta de sincronización con la fechade la batalla de Carquemis (ver com. caps. 25: 3; 28: 12, 16, 17; 46: 2). Pero surgen problemas más serios si se considera que Jeremías hacía comenzar el año en la primavera.Si computó el 1er año de Sedequías a partir de la primavera de 597, medio año antes que en 2 Reyes, la caída final de Jerusalén acaeció sinaño completo antes (587). Esta fecha exige computar el año 18 de Nabucodonosor como si hubiera sido el 19, y suponer que la noticia de la caída de la ciudad tardó 18 meses en llegar a Ezequiel en Babilonia o, si se adelanta en un año la fecha de Ezequiel, que la visión del sitio acaeció un año antes de la caída. Si el 1er año de Sedequías comenzó en la primavera de 596, el sitio principió un año más tarde de lo que se relata en Reyes, a menos que se entienda que el profeta empleó en este caso el cálculo de otoño a otoño (cap.39:1) y luego, otra vez, el del año y que comenzaba en la primavera. Por lo tanto, en esta obra seatribuye a Jeremías el uso del año de otoño a otoño. El capítulo 52 de Jeremías, apéndice o epílogo histórico que se distingue muy biende «las palabras de Jeremías» (Jer. 51; 64), no sigue necesariamente la forma de computar de Jeremías. Suspalabras son casi idénticas a las de 2 Rey. 24-25, y computa -como se hace en Reyes- el año judío que comenzaba en el otoño (ver t. II, págs. 113, 148, 150). Como es de esperar, se cuentan los años del cautiverio de Joaquín usando el método del cómputo inclusivo desde el año 598/97, tal como lo exige el sincronismo del año 37 (ver t, II, págs. 164, 165). Ezequiel, que hace comenzar los años en otoño o en primavera, computa el cautiverio de Joaquín desde el año 597/96, sin usar el método inclusivo si lo hace comenzar con el2 de Adar -fecha reconocida corno la de su captura- pero usando el método de cómputo inclusivo si lo hace comenzaren el momento de su deportación «a la vuelta del año» (ver com. 2 Crón. 36: 10), el 1.º de Nisán o poco después. Una explicación de este computo no inclusivo correspondería con la teoría, basada en hallazgos arqueológicos (ver t. II, págs. 98, 99), de que Joaquín todavía era rey en el exilio y quepara Ezequiel, en Babilonia, los «años del cautiverio» eran los años de reinado de Joaquín, y que su primer año había comentado el siguiente día de año nuevo después de su entronización. *)
base, concuerdan clara y notablemente las fechas tabuladas ver pág. 95).
El hecho de que Ezequiel, que escribió en Babilonia, haya usado el calendario babilónico, que iba de primavera a primavera, no gravita para nada sobre el problema del calendario judío que funcionaba de otoño a otoño; y es extremadamente improbable que jeremías, que vivía y escribió en la capital de Judá, utilizara otro calendario que el judaico, sobre todo cuando éste parece estar confirmado en el caso de Josías, bajo cuyo reinado aquél comenzó su ministerio. Algunos han afirmado también que Jeremías escribió sus mensajes en el 4.º año de Joacim y que hizo leer los rollos ante el pueblo en el 9.º mes del 5.º año (Jer. 36: 1-9), lo cual indicaría con mayor probabilidad un intervalo de algo más de dos meses (si se hace comenzar el año en el otoño, en el séptimo mes) y no un intervalo de más de nueve meses (lo que ocurriría si se hace comenzar el año en primavera, en el primer mes). Además, el año de otoño a otoño y el cómputo inclusivo no sólo concuerdan con los sincronismos de Reyes, sino que hacen armonizar mejor la profecía de Jeremías en cuanto al cautiverio de los 70 años con los hechos históricos de los reinados de Nabucodonosor y Ciro, al comienzo y al final de ese período.
V. El cautiverio concluye durante el reinado de Ciro
La afirmación de que el cautiverio babilónico era el cumplimiento de la profecía de 70 años de Jeremías es seguida inmediatamente por la mención del decreto del primer año de Ciro, el cual insta a los exiliados judíos a volver a su patria (2 Crón. 36: 21-23). Ya antes de este decreto, Daniel esperaba el fin de los 70 años. Cuando Ciro, nombrado anticipadamente por la profecía (Isa. 44: 28; 45: 1), conquistó el imperio que había llevado cautivos a los judíos, Daniel se dio cuenta de que la liberación se acercaba (Dan. 9: 1, 2). Antes de estudiar el fin del período de los 70 años será necesario examinar la cronología de la conquista de Babilonia por Ciro y las fechas de su reinado.
Ciro conquista a Babilonia.-
Según varios relatos de esa época, Ciro derrotó a Nabonido, conocido en el Canon de Tolomeo como el último rey del Imperio Neobabilónico (ver t. II, págs. 157, 158). El Cilindro de Ciro narra la toma de Babilonia sin lucha y la aceptación inmediata de su soberanía (véase la pág. 57). La Crónica de Nabonido ubica la caída de Babilonia en el séptimo mes del año 37 de Nabucodonosor (fijado astronómicamente), y contando los reyes intermedios (según el Canon de Tolomeo y las tablillas), corresponde a octubre de 539 AC. Así también, computando en forma regresiva a partir del 7.º de Cambises, también fijado astronómicamente, se encuentra que el 1er año de Ciro como rey de Babilonia comenzó en la primavera de 538, en el siguiente día de año nuevo (babilónico), después de la caída de Babilonia. Los eruditos aceptan hoy, sin mayor disputa, que esta fecha, que aparece en el Canon de Tolomeo y en las tablillas de esa época, representa el cómputo oficial babilónico (véase en las págs. 99, 100 el cómputo judío). (Nota: er año de Ciro. Así se explica que los historiadores más antiguos, que no sabían que el año de ascensión precedía al primer año, ubicaban la caída de Babilonia en el año 538. La ciudad cayó a fines de 539, pero el primer año completo del dominio de Ciro sobre Babilonia, y por tanto sobre los judíos, comenzó en 538 AC.*)
Belsasar y Darío el Medo.-
Resulta difícil ubicar a Belsasar, «último rey de los caldeos» y a Darío el Medo, que tomó el reino de Belsasar, si el reinado de Ciro siguió inmediatamente al de Nabonido.
Ahora se sabe que Belsasar no fue rey en un período posterior al de Nabonido su padre, sino que fue corregente con éste y reinó en su nombre. Se han encontrado 98 tablillas que identifican a Belsasar como hijo mayor del rey y como su representante cuando éste se ausentó a Tema, en el noroeste de Arabia, probablemente desde el año 3.º hasta el 1 l.º de Nabonido. En el «Relato persa de Nabonido, en verso», se cuenta que este rey «confió el reino» a su hijo mayor «en el tercer año». Por lo general, se entiende que debe tratarse del tercer año de su reinado (553/52, de primavera a primavera); sin embargo, algunos han pensado que «el tercer año» sería el tercero después de la terminación de un templo en Harán. Puesto que el texto dice que Nabonido confió el reino a su hijo cuando estaba por emprender la conquista de Tema, y siendo que estuvo en Tema antes del 7.º año de su reinado, esto no podría haber ocurrido después del año 6.º (550/49). De esta manera Belsasar fue en realidad, por algunos años, un rey de Babilonia inferior a su padre en categoría pero no en poder. Las tablillas escritas durante su administración llevan como fecha los años de Nabonido, su padre, como rey del país. De este modo Belsasar, hijo y corregente, y segundo gobernante bien podía ofrecer a Daniel el puesto de «tercer señor en el reino» (Dan. 5: 16, 29). Con referencia a Belsasar, véase la Nota Adicional sobre Daniel 5.
El esquema cronológico puede, pues, permitir la actuación de «Darío el Medo» -nombre aún desconocido en los registros seculares de la época- así como dio cabida a Belsasar, aunque hubo un tiempo cuando éste sólo era conocido por el relato bíblico. (Nota: * No debe confundirse a «Darío el Medo» (quien sólo aparece en Dan. 5:31; 6:1-28; 9:1; 11:1) con algunos de los tres reyes conocidos en la historia con el nombre de Darío. Estos fueron Dario I, también llamado Darío el grande o Darío Histaspes (522-486); Darío II (423-405/04) y Darío III (336/35-331). Al decirse solo «Darío» se da a entender que se habla de Darío I, el grande, el abuelo de Artajerjes (que aparece en Esd. 5 y 6, en Hageo y en Zacarías). «Darío el persa» (ver. com. Neh. 12:22) se refiere al segundo o al tercer rey con este nombre. En base a los registros seculares se han hecho varios intentos de identificar a Darío el Medo con diversos pesonajes históricos conocidos por otros nombres, pero mientras no haya mas información arqueológica (lo que bien podría suceder en el futuro) no pueden considerarse definitivas estas identificaciones (ver la Nota Adicional sobre Dan. 6). )
No se discute que hubiera vivido y reinado un «rey» de nombre Darío. El registro bíblico es claro. Lo que se desconoce es la relación entre su reinado y el de Ciro. Es evidente que reinó antes de Ciro o en forma contemporánea con él. Los registros babilónicos de la época y el Canon de Tolomeo dan el reinado de Ciro como inmediato al último año de Nabonido; por lo tanto, el que Darío el Medo hubiera reinado al mismo tiempo con Ciro armonizaría con la Biblia y con los registros seculares.
Otra razón para pensar que Ciro ejerció la autoridad suprema a partir de la caída de Babilonia puede inferirse razonablemente del hecho de que en la Biblia se predice que él sería el conquistador de esa gran ciudad, y por tanto del gran imperio que ella representaba (ver Isa. 45: l).
Cuando Babilonia cayó, Darío «de la nación de los medos . . . vino a ser rey sobre los caldeos» (Dan. 9: l). Aunque Ciro, el invencible conquistador de Babilonia (Isa 45:l), aparece en este mismo momento en los anales de la época como gobernante, y aunque regía el nuevo Imperio Persa, es razonable suponer que por razones políticas le habría permitido a Darío el Medo ciertas prerrogativas reales. Si se supone esto, puede hablarse de que Ciro tomó el mando cuando murió Darío el Medo.
Este comentario, que procura siempre armonizar el registro inspirado con los documentos históricos de esa época, adopta la posición de que no debe haber necesariamente un conflicto entre la opinión de que Darío el Medo fuera «rey», y que Ciro fuera el conquistador que gobernó en seguida de la caída de Babilonia.
La Biblia no dice cuánto tiempo reinó Darío el Medo después de haber sido hecho rey. Sólo se menciona su primer año (Dan. 9:1;cf. cap. 1 1: 1). Según el cómputo babilónico, el que tuviera un primer año indicaría que gobernó al menos parte de dos años: el año de ascensión y el año primero (ver t. II, págs. 141, 142). El que no se lo vuelva a mencionar podría significar que nunca tuvo un segundo año, y que por ese tiempo Ciro tomó para sí los honores y las funciones reales que anteriormente le había permitido ejercer a Darío (ver la nota 10).
Con el primer año de Ciro comienza un nuevo imperio.-
Ya se ha explicado que los documentos babilónicos ubican la caída de Babilonia en la última parte del año 539, y el comienzo de 1er año de Ciro en la primavera de 538. Se ve, pues, la importancia del año 538 como primer año del nuevo imperio que, regido por persas, sucedió al babilónico. Ciro había gobernado como rey durante varios años antes de conquistar a Babilonia. Primero había sido rey de Ansán, luego, de Persia; posteriormente se había anexado a Media (que comprendía gran parte del territorio del antiguo imperio asirio), y a Lidia en el Asia Menor (ver la Crónica de Nabonido; el Cilindro de Ciro; Herodoto i. 46, 73, 75, 87, 88, 127-130; Estrabón xv. 3. 8; Ctesias, citado en Diodoro de Sicilia ii. 34. 6, 7; Jenofonte relata otra historia en la Ciropedia i. l. 4; i. 5. 2-5; vii. 5. 37, 58, 70; viii. 1. 5- 11; viii. 5. 17-19). Pero cuando Ciro conquistó la ciudad de Babilonia, aumentó en forma notable su prestigio al convertirse en amo de la metrópoli de la antigua civilización semítica, y por esto se consideró como primer año de su reinado el primer año de su dominio sobre Babilonia. En su proclama a sus súbditos babilónicos, orgullosamente se denominó «Ciro, rey del universo, gran rey, poderoso rey, rey de Babilonia, rey de Sumer y Acad, rey de los distritos del mundo». Así conquistó Ciro el mundo semítico, faltándole sólo Egipto (que más tarde fue conquistado por su hijo), para completar el gran Imperio Persa, que abarcó el mundo mediterráneo oriental y se extendió hasta la India.
El Imperio Neobabilónico que floreció brevemente en las glorias de la ciudad de oro de Nabucodonosor, fue el primero de la serie de las cuatro potencias mundiales presentadas por Daniel. También fue la última fase del antiguo dominio semítico. Ahora el segundo de la serie profética, el nuevo Imperio Persa de Ciro señaló la transmisión del poder a los pueblos indoeuropeos que más tarde, mediante los griegos y los romanos, desarrollarían la civilización que otorgó a Europa su posición dominante durante mucho tiempo.
Pimer año de Ciro en relación con los judíos.-
Según las declaraciones bíblicas , ciro expidió el primer año de su reinado el decreto que permitía a los judíos regresar a Judea (2 Crón. 36: 22; Esd. 1: 1; 5: 13). Puesto que la caída de Babilonia acaeció en Tisri (7.º mes) de 539 (ver pág. 97), el 1er año de Ciro, según lo computan las tablillas babilónicas, comenzó en la primavera de 538. Pero los judíos computaban el tiempo de otra manera, pues su año civil comenzaba en el otoño (ver t. II, págs. 111-113, 119). Babilonia cayó después del día de año nuevo judío; por lo tanto, el primer año judío del nuevo régimen no pudo haber comenzado antes del siguiente año nuevo judío, el 1.º de Tisri, en el otoño de 538. Según el cómputo judío, el decreto pudo haberse promulgado hacia fines de 537, siempre en el año primero de Ciro. Este decreto tuvo necesariamente que ser expedido antes que pudiera comenzar la migración. Si fue dado en el año 537, y el viaje de los exiliados se inició en la primavera del año 536, se cumplieron los 70 años de Jeremías. Una repatriación efectuada en el año judío, de otoño a otoño, 537/36, según cómputo inclusivo, estaría ubicada 70 años después del comienzo del exilio, que fue a fines del verano de 605 (en el año judío 606/05).
La información existente permite establecer que los 70 años se extienden más o menos desde el comienzo del reinado de Nabucodonosor hasta algún momento próximo al principio del reinado de Ciro, pero resulta difícil fijar fechas exactas. Se han presentado varias explicaciones referentes al final del período, pero las diferencias 100 dependen mayormente de la interpretación de los datos acerca de Ciro y Darío el Medo. (Cont…) Muchos autores antiguos hacían comenzar los setenta años en el 606, año que tomaban como 4.º de Joacim (ver pág. 93), y lo hacían terminar 70 años completos más tarde; le asignaban los dos primeros años del nuevo régimen en Babilonia a Darío el Medo, y hacían comnezar el 1er año de Ciro en 536 y no en 538. Pero en la Biblia no se menciona ningún reinado de dos años de Darío el Medo, y fuera de la Biblia este personaje es desconocido. Una modificación más reciente de ésta posición procura hacer terminar los 70 años, calculados según cómputo inclusivo, en el 1er año de Ciro, asignándole a Darío el Medo un año de ascención y un año primero antes de Ciro. Primer ataque a Jerusalén ………………………………………………………………………………. 605 a.C. Caída de Babilonia………………………………………………………………………………………… 539 Año de la ascención de Darío el Medo (cuando Daniel oró, dándose cuenta de que estaban por terminar los 70 años) ………………………………………………………… 539/38 Año 1.º de Darío el Medo (quizás murió entonces)…………………………………………….. 538/37 Decreto de Ciro y retorno de los judíos (en el 1er año de Ciro, pero en el segundo año judío contado a partir de la caída de Babilonia) ……………………………… 537/36 Este esquema, que ubica el retorno en el verano del 536, en la última parte del año 537/36 (computado de otoño a otoño), no sería incompatible con el registro bíblico. Tal enumeración de los años de Ciro parece no concordar con todos los documentos fechados de esa época que se conocen, porque las numerosas tablillas conocidas no hacen ninguna referencia a Darío el Medo, y están fechadas desde el año de ascensión de Ciro hasta su 9.º año. Si el 1er. año de Ciro hubiera sido el 537/36 y no el 538/37, como se acepta generalmente, no habría tenido más que 8 años de reinado según el cómputo babilónico antes del 1er año de Cambises (cuyo 7.º año ha sido fijado astronómicamente) o 7 años según el cómputo judío de otoño a otoño. Este esquema tendrá que basarse en la suposición de que Daniel presenta un cómputo judío de los años de Ciro, diferente de cualquier cómputo que hasta ahora haya podido verse en los registros babilónicos. (Continúa en el siguiente asterisco…) * Los que prefieren hacer comenzar los 70 años en el 4.º año de Joacim, cuando Jeremías hizo originalmente la predicción, pueden considerar que los cautivos fueron tomados en la campaña del 3er año de Joacim, pero no llegaron a Babilonia hasta comienzos del 4.º año después del año nuevo judío celebrado en otoño, pero todavía en 605 AC. Así, según el cómputo inclusivo, el periodo comprendido entre los años 605 y 536 todavía tendrían 70 años, aunque haría comenzar el año 70, en el 7.º mes, y en el otoño del 536. Algunos han señalado que entre los años 586 y 516 hay 70 años completos, pero el cautiverio terminó mucho antes de que se completara el templo en la primavera de 515. Algunos hacen terminar los 70 años en 538, el primer año después de que Babilonia cayera en manos de Ciro contando 70 años completos retrocediendo hasta el año 608. Argumentan que Judá, después de la muerte de Josías,pasó a ser un juguete en las manos de poderes extranjeros, primero Egipto y después Babilonia. En contra de esta posición debe decirse que el cautiverio de Joacaz en Egipto o la colocación de Joacim como rey vasallo de Egipto no cumple las especificaciones de una servidumbre de 70 años bajo el poder de Babilonia (2 de Crón. 36: 20; Jer. 25: 1-11; 29: 1-10). Joacim fué colocado en el trono en el año 609 (ver pág. 311), pero no hay indicación de interferencia babilónica antes del año 605. Algunos consideran que los 70 años serían un número aproximado, ya que no se da la fecha de su comienzo.* Las fechas del cautiverio no son fundamentales como lo son las fechas implicadas en las profecías de tiempo de Daniel; por lo tanto, no tienen que ver con doctrinas. Por otra parte, una profecía detallada y a largo plazo, como la de las 70 semanas, tiene una base enteramente diferente (en cuanto a su punto de partida, ver la sec. VIII). (Nota: er día del séptimo mes. Esta explicación ubica el retorno en el año 536 en la primavera siguiente al edicto de Ciro. Esto armoniza con la información bíblica de que éste proclamó el decreto en el primer año de su reinado. Para el retorno que siguió al decreto no se da ninguna fecha. (Por otro lado, en Esd. 7 el decreto de Artajerjes no lleva fecha, pero el viaje se ubica con exactitud en el 7.º año.) Esta explicación no exige ningún cambio de fechas de reinado en ninguno de los extremos del período. Es la base para los comentarios de Esd. 1:1. (Continúa en el siguiente asterisco…) * (Cont…))
Es de esperar que así como la arqueología ha aclarado, por ejemplo, el enigmático problema de Belsasar, algún día también proyecte más luz sobre Darío el Medo, el reinado de Ciro y el fin de los 70 años de Jeremías.
En la sec. VI se explican otros dos períodos de 70 años.
VI. El período de la reconstrucción del templo
El comienzo de la construcción.-
De acuerdo con el decreto de Ciro, Zorobabel,un príncipe Judá, presidió a 42.360 exiliados que volvieron a su tierra natal (ver Esd. 1,2). Después, los que fueron con Zorobabel se reunieron en Jerusalén, y el 1er. día del 7.º mes se reinició la presentación de los sacrificios en el altar reconstruido en el atrio del templo en ruinas (Esd. 3:1-6). Y no fue sino hasta la primavera siguiente, en el segundo mes del 2.º año de su retorno (vers. 8), que comenzaron a poner los cimientos de su nuevo santuario. en esa ocasiòn, el penoso contraste entre los insignificantes comienzos y la gloria pasada hizo llorar a los ancianos, mientras que la multitud gritaba de alegría.
Dificultades hasta el reinado de Darío I.-
Después de esto, según Esdras, los adversarios de los judíos en la semipagana provincia de Samaria (ver com. 2 Rey. 17: 23, 34; Esd. 4: 2; 9: 1) ofrecieron primero ayudar, pero luego se constituyeron en un estorbo. «Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia» (Esd. 4: 5). Se discute el orden exacto de lo que se relata en Esd. 4, pero el orden de esos reyes no influye sobre las fechas fijas ni sobre el hecho de que la reconstrucción del templo «cesó . . . hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia» (Esd. 4: 24). Este segundo año de Darío I fue el 520/19 AC.
Se construye de nuevo durante el reinado de Darío.
Después de un largo período de desánimo, durante el cual había cesado la construcción, el agotado celo de los exiliados que habían retornado fue renovado por los mensajes de los profetas Hageo y Zacarías en el 2.º año de Darío (Esd. 5: 1, 2), y nuevamente emprendieron la construcción del templo. Entonces Tatnai, gobernador de la provincia «del otro lado del río», de la cual judea formaba parte, preguntó con qué autorización estaban construyendo. La afirmación de que tenían la debida autorización fue verificado al encontrarse en Ecbatana el decreto de Ciro (Esd. 6:, 2, en donde el nombre de la ciudad se escribe «Acmeta»). Darío, que era monoteísta e imitador de la política liberal de Ciro, proporcionó ayuda financiera.
El templo se termina mediante tres decretos.-
Entonces, luego de haberse eliminado la oposición, y con la entusiasta dirección de los profetas, «edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes rey de Persia. Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío» (Esd. 6: 14, 15), o sea aproximadamente el 12 de marzo de 515 AC. De este modo la construcción del edificio se terminó durante el reinado del segundo de los tres reyes que, según este texto, promulgaron decretos relacionados con el templo -Ciro, en torno al 537; Darío I, en algún momento después de 520; y Artajerjes I, en 458/57-. Pero se siguió trabajando en el templo debido al tercer decreto, el de Artajerjes (ver com. Esd. 6: 14 y 7: 27). Con relación al año 457, cuando Esdras puso por obra este decreto, véanse las sec. Vlll y IX.
En el relato de Esdras acerca de la construcción del templo en el 2.º año de Darío, se menciona a los profetas Hageo y Zacarías, cuyos libros proporcionan varias otras fechas específicas durante este período, que se estudiarán a continuación.
La cronología de Hageo y Zacarías.-
Se considerarán juntas las siete fechas que aparecen en los libros de Hageo y Zacarías, ya que todas, excepto una, ocurrieron en el 2.’ año de Darío I, y además, porque los dos profetas, colegas y contemporáneos, posiblemente usaron el mismo calendario. Estas fechas son específicas. Sólo dos de ellas son inciertas, pues existen dudas en cuanto a si debe calcularse el 2.º año de Darío según el calendario babilónico-persa de primavera a primavera o según el calendario civil judío de otoño a otoño. Como Darío computó su reinado a partir del otoño de 522, su primer año babilónico comenzó en la primavera de 521 con el día de año nuevo babilónico, y su segundo año comenzó en la primavera de 520. Pero según 102 el calendario civil judío, que comenzaba en otoño, su primer año empezó en el otoño de 521, con el siguiente día de año nuevo judío, y su segundo año se inició en el otoño de 520. Los años del reinado de Darío siempre comenzaron medio año más tarde en el calendario judío que en el persa.
En el año babilónico los meses se numeraban de 1 a 12, pero el año judío comenzaba con el 7.º mes (Tisri) y terminaba con el 6.º (Elul). El orden de los meses de un año dado indica de qué clase de año se trata. Si los eventos descritos por Hageo son presentados en orden cronológico, al 6.º mes le sigue el 7.º del 2.º año de Darío (Hag. l: 15; 2: 1); lo cual indicaría que este profeta usaba el año compuesto de meses numerados de 1 a 12, el cual comenzaba con el 1er mes judío (Nisán) en primavera. Esto es lo que generalmente han aceptado los comentadores e historiadores, no sólo porque el relato se presenta en ese orden, sino porque así se computaba el tiempo en Babilonia.
Se sabe con certeza que el 2.º año de Darío fue el 520/19 AC, no importa si se computa el año a partir de la primavera o del otoño. Entonces es posible asignar fechas fijas en el esquema cronológico AC a las fechas de meses lunares de Hageo y Zacarías, salvo las dos primeras (Hag. 1: 1, 15), porque caían en la mitad del año cuando éste, comenzado en primavera, se superponía con el que empezaba en otoño. (Nota: Las fechas oficiales de los años de Darío I están bien establecidas por el Canon de Tolomeo y dos registros de eclipses, además de las tablillas relacionadas con los períodos llamados «saros». Está igualmente comprobado por el 7.º año de Cambises, fijado astrónomicamente según la declaración de Darío en la inscripción de Behistún (ver t. I págs. 106,117) que el falso Bardiya (Esmerdis) se sublevó en Media el último mes del 7.º año de Cambises, tomó el trono en el 8.º año (verano de 522 AC), pero fue derrotado y muerto por Darío el día 10 del 7.º mes, en el otoño de este mismo año. A partir de esta fecha, Darío computó su año de ascensión que duró, según el calendario babilónico-persa, hasta la siguiente primavera cuando comenzó su 1er año, el 1.º de Nisán de 521. A. T. Olmstead, autoridad en el asunto, interpretaba antes que esa tablilla era una evidencia de que Darío falsificó el registro oficial y que su reinado en realidad había comenzado dos años más tarde que el otoño de 522 AC, pero esta opinión no prevaleció, y Olmstead mismo la abandonó más tarde. Por lo tanto, no hay ninguna razón para rechazar la fecha que habitualmente se le asigna al 2.º año de Darío. Por cuanto el libro de Hageo, como otros pasajes bíblicos, no están en orden cronológico, algunos han opinado que Hageo y Zacarías contaban los años de Darío I según el antiguo calendario civil judío que iba de otoño a otoño, y que los mensajes que Hageo presentó en el 6.º mes (cap. l: 1 y l: 15) vinieron después de los mensajes del cap. 2, o sea que fueron dados en 519 y no en 520. Sin embargo, no hay pruebas para ello, y el orden de los acontecimientos parece más lógico si se toman en forma consecutivas los caps. 1 y 2. Si acaso las fechas de uno de los períodos de 70 años de Zacarías insinúan, como algunos los sugieren, que este profeta usó para sus cómputos el año que comenzaba en otoño, aumentaría la posibilidad de que Hageo, su colega y contemporáneo, hubiera hecho lo mismo. Pero no puede llegarse en este asunto a ninguna afirmación dogmática. Las tres fechas de Zacarías (Zac. 1: 1, 7; 7: l), cuando se las considera en forma independiente, pueden interpretarse de ambas maneras. *)
Se dan a continuación las fechas en el orden en que aparecen en Hageo, y se añaden las de Zacarías. Los equivalentes de la cronología AC se añaden en la última columna. Salvo en los dos primeros casos, el margen probable de error es muy escaso.
Los períodos de setenta años de Zacarías.-
Ya se ha indicado que, además de la predicción de Jeremías en cuanto al cautiverio, hay otros dos períodos de 70 años relacionados con el exilio, los que se mencionan retrospectivamente. Estos fueron los 70 años cuando Dios había «estado airado» contra Judá y Jerusalén y los 70 años del ayuno del quinto mes (en conmemoración de la destrucción del templo). Aparecen en dos mensajes de Zacarías fechados en el 2.º y 4.º año de Darío (Zac. 1: 7, 12; 7: 1, 3-5), 3-5), 103 o sea 520/19 y 518/17 AC. Si esos años corresponden con el 70.º año de cada período, el primer año de cada período habría sido el 589/88 y el 587/86, respectivamente. Ahora bien, dos acontecimientos que podrían haber dado comienzo a estos períodos pudieran ser el comienzo del sitio de Jerusalén por Nabucodonosor, el cual según la mejor comprobación, se ubica en el año 589/88 AC, y la destrucción del templo (en el 5.º mes), o sea en el verano de 586 (587/86, computado de otoño a otoño). De este modo puede entenderse que estos dos períodos serían lapsos definidos de 70 años, según el cómputo inclusivo. Algunos dicen que son los mismos 70 años de jeremías. Pero tienen toda la apariencia de ser algo totalmente diferente (ver la nota 10 en la pág. 100).
VII. La cronología de Ester durante el reinado de Jerjes
Se acepta generalmente hoy la identificación de Jerjes con el rey Asuero del libro de Ester, ya que la ortografía de su nombre en hebreo ( ‘Ajashwerosh ) es similar a la que aparece en documentos de esa época (ver com. Est. 1: 1). El reinado de Jerjes se conoce no sólo por el Canon de Tolomeo, sino también por un papiro elefantino de doble fecha; por lo tanto, la cronología de Ester no presenta ningún problema. Los meses, cuya escritura judía postexílica atestigua la influencia del calendario babilónico, no determinan por su secuencia si se hacía comenzar los años en primavera o en otoño, pues en relación con lo últimos acontecimientos no se menciona el número del año. Puesto que todo ocurre en la capital persa, es probable que las fechas también sean persas, por lo cual carecerían de relación con el calendario judío. Ver en la pág. 460 los equivalentes derivados de las tablas de Parker y Dubberstein. Estas fechas representan, con escaso margen de error, la fecha exacta del calendario babilónico-persa de la época.
Vlll. Las fechas de los viajes de Esdras y Nehemías
Después del primer retorno de los judíos durante el reinado de Ciro, los dos hitos siguientes de la repatriación de los judíos fueron la llegada de Esdras con otro grupo de exiliados, por decreto de Artajerjes (de gran importancia para el período de las 70 semanas) en el 7.º año de este rey, y la llegada de Nehemías en el 20.º año de Artajerjes. La cronología de estos dos acontecimientos depende de lo que se resuelva en cuanto a: (1) cuál de los tres llamados Artajerjes (Artajerjes I, 465-423; Artajerjes II, 404-359/58; Artajerjes III, 359/58-338/37) envió a estos dos dirigentes judíos y (2) la fecha exacta de esos años (el 7.º y el 20.º).
El Artajerjes de Esdras y Nehemías.-
Antes se daba por sentado que los años 7.º y 20.º., fechas claves en el relato bíblico de este período, eran de Artajerjes I, hijo y sucesor de Jerjes. Pero desde 1890 ha ido ganando más y más adeptos la idea de que Esdras actuó durante la época de Artajerjes II. Sin embargo, se considera como establecida la relación de Nehemías con el primer Artajerjes, pues uno de los papiros elefantinos fechado en el año 407 AC menciona a los hijos de Sanbalat (ver la Nota Adicional de Nehemías 2).
Si el Artajerjes de Nehemías fue Artajerjes I, el relato de Esdras-Nehemías ubica, sin lugar a dudas, el viaje de Esdras a Jerusalén en el 7.º año del mismo rey, 13 años antes del viaje de Nehemías. Ambos fueron reconocidos como dirigentes en la ceremonia de la dedicación de los muros (Neh. 12: 36, 38). Además, difícilmente pudo haber ocurrido la lectura de la ley en el día de año nuevo, el 1.º del 7.º mes (Neh. 8: 1-6, 9), muchos años antes de que Esdras fuera enviado a Jerusalén (Esd. 7) con plena autoridad para establecer en Judea la administración civil y religiosa, y para enseñar la ley de Dios en Israel (ver en la Nota Adicional de Esdras 7 un estudio de las fechas relativas de Esdras y Nehemías). Por lo tanto, podemos aceptar el orden presentado en la Biblia y ubicar el retorno de Esdras en el reinado de Artajerjes I.
Las circunstancias del comienzo del reinado de Artajerjes.-
Como las fechas de Esdras y las de Nehemías se basan en la cronología de Artajerjes I, deben examinarse los documentos que las atestiguan. Unos pocos historiadores han pensado que entre Jerjes y Artajerjes hubo un corto reinado de un tercero, puesto que en la lista egipcia de reyes escrita por Manetón y en las obras de dos cronógrafos cristianos que lo siguen se le asignan siete meses a Artab , el asesino de Jerjes. Sin embargo, los antiguos historiadores griegos, si bien no concuerdan en todos los detalles, presentan a Artajerjes como rey, pero como un títere de Artabán, quien realmente controlaba el trono, hasta que Artajerjes se enteró que Artabán era quien había asesinado a su padre, y en forma indirecta también a su hermano mayor (pàg. 63), y que se proponía también deshacerse de él y tomar abiertamente el trono. Inmediatamente el rey mató a Artabán y asumió el reino. Tal situación política fue conocida hace poco mediante las evidencias arqueológicas. En la serie de tablillas comerciales (ver págs. 87, 88) de ese período, ninguna lleva la fecha del último año de Jerjes (el 21.º), ni del año de ascensión de Artajerjes, ni mención alguna de Artabán.
Los años de Artajerjes según las fechas de documentos de la època.-
Mediante el Canon de Tolomeo se conocen desde hace mucho tiempo los años del reinado de Artajerjes (ver las págs. 88, 89; también el t. II, págs. 156-158). En el siglo XX han confirmado estas fechas los ocho papiros en arameo, con fecha doble, escritos en una colonia judía de Egipto (ver págs. 91, 92), fechados en ocho años diferentes del reinado de Artajerjes. Por lo tanto, queda establecido que el ler año de Artajerjes según el calendario egipcio comenzó el 1.º de Tot (17 de diciembre) de 465 AC. Uno de estos papiros, escrito el 2/3 de enero de 464 lleva la fecha de Jerjes: «año 21, año de ascensión, cuando el rey Artajerjes se sentó en su trono». El escriba judío que lo redactó, por alguna razón se resistió a pasar por alto los años de reinado de Jerjes y a usar sólo la fecha de Artajerjes, aunque sin duda, si Artajerjes era rey, Jerjes ya estaba muerto. No se fecha el documento según el año egipcio, pues el año 21 del calendario egipcio había concluido y había comenzado el año primero , porque así denominaban los egipcios el resto del año calendario después del comienzo del reinado de un nuevo rey (ver el t. II, págs. 141, 142). Sin duda, este escriba judío usaba su propio calendario. El cómputo judío de los años de reinado se hacía con el año de otoño a otoño (págs. 107-111); por lo tanto, si la fecha del 3 de enero estaba todavía en el año de ascensión de Artajerjes, su primer año comenzó en el siguiente año nuevo judío, en el otoño de 464. (Nota: Babylonian Chronology, ed. de 1956, pág. 17). Había muerto antes del 3 de enero de 464 según este papiro de entonces, de doble fecha, designado AP 6 (A. E. Cowley, Aramaic Papyri of the Fifth Century B.C., No. 6). Algunos han sugerido que esta forma poco habitual de fechar un acontecimiento en dos reinados podría reflejar la posición insegura de Artajerjes mientra Artabán estuvo en el poder ( Andrews University Seminary Studies, VI [1968], págs. 63-89; ver también Horn y Wood, The Chronology of Ezra 7, segunda edición revisada, Washington: Review and Herald, 1970).*)
La ubicación del año séptimo y el año vigésimo.-
Según estos tres calendarios, puede tabularse el 1er año de Artajerjes, y en consecuencia también los años 7 y 20:
No hay razón para suponer que los autores bíblicos hubieran usado el calendario egipcio. Las fechas de los viajes de Esdras y Nehemías a Jerusalén dependen de si los años 7 y 20 de Artajerjes se hacen comenzar con el primer mes, en primavera, según el cómputo bíblico, o con el 7.º mes, seis meses más tarde.
Los viajes de Esdras y Nehemías.
En relación con los años de reinado de Artajerjes, las fechas de los viajes de Esdras y Nehemías son las siguientes:
Año Mes Día
Esdras y su grupo parten hacia Judea Esd. 7: 9
Eslras y su grupo parten del Ahava Esd. 8: 31
Esdras y su grupo llegan a Jerusalén Esd. 7: 8, 9
[9] (Quisleu)Nehemías recibe noticias de Judea Neh. 1: 1
[1] (Nisán) Nehemías obtiene permiso para ausentarse Neh. 2: 1
Esdras llegó a Jerusalén en el verano del 7.º año del reinado de Artajerjes, y Nehemías en la misma estación del año 20.º (ver com. Esd. 7: 8; Neh. 6: 15). El 7.º año babilónico-persa comenzó en la primavera de 458 AC y terminó en la primavera de 457, incluyendo el verano de 458; pero el año 7.º de los judíos, que fue desde el otoño de 458 al otoño de 457, abarcó el verano del 457. Si Esdras llegó a Jerusalén en el 7.º año según el cómputo babilónico-persa, es evidente que viajó en el 458. Por otra parte, si llegó en el verano del año 7.0, que según el cómputo judío del año comenzó en otoño, y acabó en el otoño de 457, Esdras viajó en el año 457 (ver el cuadro 1, pág. 108).En diversos períodos de la historia hebrea se encuentra la comprobación del uso del año que comenzaba en otoño (ver el t. 11, págs. 111, 113, 137, 150). También la hay en el mismo libro de Esdras-Nehemías, porque las dos fechas de Neh. 1: 1 y 2: 1 muestran que Quisleu (el 9.º mes) precedió a Nisán (el 1er mes), en el mismo año 20.º. Ya que según la costumbre, los años de reinado eran también años de calendario, y siendo que ese año no pudo haber comenzado con el 1er mes, la inferencia evidente e ineludible es que se trató de un año judío que comenzó con el 7.º mes, o sea en el otoño. Por lo tanto, sería lógico suponer, sin más dudas, que Esdras fue a Jerusalén en el año 457 y Nehemías en el 444, en los años 7.º y 20.º de Artajerjes I, respectivamente, según el cómputo del calendario civil judío. Pero sobre este asunto han existido diversas opiniones, como se verá en el párrafo siguiente.
Cambio de las fechas del reinado de Artajerjes.
Aunque anteriormente muchos especialistas ubicaron el retorno de en el año 457, los libros modernos de consulta y de historia tienden a hacer corresponder el 7.º año de Artajerjes, calculado de primavera a primavera, con el 458. Los autores más antiguos, algunos de los cuales daban el año 458 y otros el 457, llegaron a esas fechas usando diversos métodos, pero antes de descubrirse las fuentes antiguas, como las tablillas babilónicas y los papiros elefantinos, no había base adecuada para elaborar una cronología. Algunos eruditos anteriores pensaron que los años persas de Artajerjes correspondían con los años egipcios de Tolomeo, y así ubicaban el verano del año 7 y el del año 20 en los años 458 y 445 AC respectivamente. Algunos se equivocaron en un año en el cálculo del día de año nuevo egipcio, que se atrasaba un día cada cuatro años, y por eso hacían comenzar el 1er año de Artajerjes, según dicho canon, en diciembre de 464 y no en diciembre de 465, lo que atrasaba en un año todos los otros años del reinado. Otros, como Isaac Newton, llegaron a la fecha correcta mediante dos suposiciones erradas. Newton pensó que Artajerjes subió al trono tan sólo en la última mitad del año 464, después de un supuesto reinado de Artabán durante algunos meses (ver pág. 104), suponiendo que el primer año comenzó cuando ascendió al trono. Ambas suposiciones estaban erradas, pero el resultado fue correcto puesto que un error compensó el otro. Algunas de las fechas que antiguamente fueron asignadas al 7.º año y al 20.º diferían en un año. Otras, como las de Petavio y Ussher, fueron mudadas en 9 ó 10 años (ver la nota 5) mediante meras conjeturas. Ninguna era correcta porque las premisas eran falsas. Casi todas las autoridades más recientes, que usan nuevos conocimiento en cuanto al año babilónico-persa que comenzaba en primavera y el sistema de cómputo con año de ascensión, han indicado para estas fechas de Esdras y Nehemías los años 458 y 445 respectivamente. Por esa razón los libros de historia más modernos dan las fechas de 458 y 445 (algunos dan 444, porque «corrigen» la fecha del viaje de Nehemías y lo llevan al año 21 del reinado). Sin embargo, al hacer así han pasado por alto la posibilidad de que pudiera esperarse que los judíos usaran su propio cómputo de tiempo, basado en el año civil que comenzaba en otoño y no en el año babilónico que empezaba en primavera.* Esto se basa en la suposición de que (1) las fechas de los años del reinado de Artajerjes, rey persa, deben calcularse según el calendario babilónico-persa, o (2) que los judíos mismos por esa época computaban 106 (Nota: los años de reinado de primavera a primavera. En ambos casos se considera errónea la idea de que Nehemías computó el año a partir del otoño, y se hace una «corrección», que ubica los acontecimientos del mes de Nisán, subsiguientes a los acontecimientos de Quisleu del año 20, en el mes de Nisán del año 21. Ninguna de estas suposiciones es válida. Los papiros elefantinos prueban que lo primero no pudo haber ocurrido, y no apoyan lo segundo. Estos papiros son la única comprobación arqueológica directa en cuanto al calendario judío de la época. Algunos han interpretado (sobre todo en Estados Unidos de Norteamérica) que estos papiros apoyan el cómputo del año de primavera a primavera, pero los papiros elefantinos de más reciente publicación contienen la primera prueba decisiva de este asunto. En la sec. IX se explica de qué manera esta prueba demuestra que los judíos usaban el año de otoño a otoño. Aquí se presenta una síntesis de esa posición.)
Se establecen las fechas de Esdras y Nehemías.-
A la luz de la comprobación de que los judíos hacían comenzar el año en otoño, no hay razón para «corregir» la fecha que Nehemías da en el mes de Nisán, trasladándola del año 20 al año 21. La explicación lógica y razonable de Neh. l: 1 y 2: 1 es que se señala el año judío, de otoño a otoño, en el cual los meses 7 al 12 preceden a los meses 1 al 6 en el mismo año (el año civil judío comenzaba en Ethanim o Tishri, 7.º mes). Por lo tanto, los viajes de Esdras y Nehemías a Jerusalén, en el año 7.º y el 20.º, respectivamente, deben fecharse según el calendario judío, cuyo año comenzaba en otoño (según el cual los años 7.º y 20.º serían el 458/57 y el 445/44). Así se entiende que Esdras viajó en la primavera y el verano del 457, y Nehemías, en la misma estación del 444 AC (con relación al año 457, véase el cuadro 1, pág. 408).
Aunque por mucho tiempo ha habido una gran confusión en cuanto a estas fechas, pueden resumiese las conclusiones referentes a las fechas de los viajes de Esdras y Nehemías de la siguiente manera:
(1) Muchos escritores modernos, usando el año egipcio del Canon de Tolomeo o, más tarde, el año de primavera a primavera de Babilonia-Persia, han ubicado el viaje de Esdras en 458 AC, ya que el 7.º año (459/58 y 458/57 respectivamente) en ambos calendarios incluye la primavera y el verano de 458, pero que terminó antes del mes de Nisán en el año 457. 14 Según esto, el viaje de Nehemías habría ocurrido en el año 445, aunque muchos de los que ubican la expedición de Esdras en el 458, colocan la de Nehemías en el 444, suponiendo que éste fue a Palestina en el año 2 l.’ y no en el 20.0. (Nota: * Algunos autores antiguos ubicaron el retorno de Esdras en 457 AC (y el de Nehemias en 444), basándose en que «el 7.º año de Atajerjes es el 457 AC de acuerdo con el canon de Tolomeo». En realidad, el 7.º año de acuerdo con dicho canon es el 459/58 (ver tabla en pág. 104), aunque podría decirse que el 548/57 fue el 7.º año de Artajerjes según se deduce del canon de Tolomeo y de otras fuentes de información, ya que está implicada la relación del año egipcio con el persa (de primavera a primavera) y el judío de (otoño a otoño). )
(2) Según el cómputo del calendario civil judío, el 7.º año de Artajerjes fue el 458/57, de otoño a otoño, de acuerdo a la comprobación más precisa que se tiene ahora por las tablillas babilónicas y los papiros judíos provenientes de Egipto. Esto ubica el retorno de Esdras en el verano de 457 AC y el de Nehemías en el año 20.º, en el 444 AC.
La evidencia bíblica y la arqueológica favorecen el cómputo del año que se hacía comenzar en el otoño, como se explica en el párrafo (2), por lo tanto pueden darse por establecidas las fechas 457 y 444 AC.
IX. Los papiros elefantinos y el calendario judío
En la demostración de que la fecha de los viajes de Esdras y Nehemías depende del uso del año que comenzaba en primavera o en otoño, se ha afirmado que los 107 papiros judíos de Elefantina, anteriormente inconclusos sobre este punto, ahora proporcionan una prueba de que se computaba el año a partir del otoño. Para quienes deseen estudiar las razones por las cuales estos papiros influyen en la decisión a favor del cómputo de otoño a otoño en Esdras-Nehemías, se proporciona a continuación un breve estudio de la prueba que brindan estos papiros y la relación que ella tiene con el cómputo bíblico.
¿Se usó en Elefantina el año que comenzaba en otoño o en primavera?-
Los papiros elefantinos de doble fecha fueron escritos en una comunidad judía que estaba bajo el sistema legal egipcio. Por lo tanto, se daba generalmente el número del año egipcio, pero se omitía muchas veces el número del año lunar semítico (ver el t. II, págs. 120-123). Cuando se escribieron estos papiros, el año babilónico, que comenzaba en primavera, se iniciaba unos cuatro meses después del correspondiente año solar egipcio; y el año judío de otoño a otoño comenzaba seis meses después del babilónico (véanse las págs. 90-92). Por ejemplo, el año 4.º de cualquiera de esos reinados comenzaba para los egipcios unos 4 meses antes de que terminara el 3er. año babilónico y de que comenzara el 4.º año. A su vez, el año judío comenzaba unos 6 meses más tarde que el babilónico. De manera que mientras los egipcios estaban ya en el año 4, los babilonios estaban aún en el 3.º. Cuando los babilonios ya habían pasado 6 meses del 4.º año, los judíos estaban iniciando su «cuarto año de reinado» (véase el cuadro 2, pág. 108).
Sobre tal base, una serie completa de dobles fechas mostraría, mediante el mes egipcio en el cual cambiaban los números del año solar semítico, si el redactor del papiro había computado la s fechas lunares a partir de la primavera o el otoño del nuevo año. Pero en la mayoría de los papiros aparecía sólo el número de un año, aun en la parte del año en que se podía esperar encontrar dos si la fecha doble hubiera estado completa. Por un tiempo, todos los papiros de doble fecha que se conocían no proporcionaban una prueba decisiva; pero finalmente se encontró un papiro cuya fecha era tal que no podría haberse computado sino sólo por un año comenzado en primavera, o sólo por el año comenzado en otoño. (Nota: * Algunos de esos papiros eran de la parte del año cuando el número del año de reinado era el mismo en ambos años, tanto del que comenzaba en primavera como del que comenzaba en otoño, y por lo tanto podrían haberse fechado según los dos sistemas. Otros parecen exigir el año que comenzaba en primavera, porque no llevan un número diferente, pero tampoco era decisivo porque algunos de los papiros que sólo llevan el número del año egipcio, en realidad fueron escritos en una parte del año cuando se espera encontrar en dos números de años diferentes, la ausencia del segundo número uno prueba que ambos años llevaban el mismo número. )
Un papiro prueba el cómputo de otoño a otoño.-
El documento aludido es el No. 6 de los papiros del Museo de Brooklyn, publicado en 1953 por Emilio G. Kraeling. Se trata de un título de propiedad de una casa (¿o sólo de una parte?) regalada a una novia judía en Elefantina. Sólo lleva el número de un año, el 3.º de Darío II, pero el mes y el día del calendario egipcio concuerdan con la fecha del calendario lunar sólo en julio del año 420 AC (ver la explicación en la nota 3). Esta sincronización no puede lograrse con el 3er. año de los egipcios (que comenzó en diciembre de 422), ni con el 3er. año de los babilonios y persas (que comenzó en la primavera de 421), sino sólo con el año que empezó en otoño del calendario civil judío, que se había iniciado en el otoño de 421, y por eso abarcaba el mes de julio de 420 (véase el cuadro 2, pág. 108). Por lo tanto, el calendario lunar usado para fechar este papiro no era el babilónico, sino el calendario civil judío, cuyo año comenzaba en otoño. En consecuencia, los otros papiros, que por sí solos no eran decisivos, deben interpretarse de acuerdo con éste. Evidentemente los judíos de Elefantina debieron haber usado, como Nehemías, el antiguo calendario civil cuyo año comenzaba en otoño.
El editor y traductor del Papiro 6 menciona que la fecha no coincide con el 3er. año del reinado según los cómputos egipcio o persa. Dice que una posible solución sería la de considerar que se trataba de un año que comenzaba en otoño, pero que él acepta la alternativa de conjeturar un posible error del escriba. Estas son las únicas dos posibilidades. Si es correcta esta fecha tan claramente escrita, el año tuvo que comenzar en el otoño, y no puede ponerse en duda la forma en que Nehemías computó sus años. La única razón para suponer que la fecha del papiro citado está equivocada es que no concuerda con la idea bastante generalizada entre los eruditos de que los judíos no sólo adoptaron los nombres babilónicos de los meses sino todo su calendario, incluso el año nuevo en primavera. (Nota: Journal of Near Eastern Studies , XIII (1954), págs. 1-20.* **)
Pero el que quiera escuchar a los autores bíblicos y descubrir el verdadero significado de lo que dicen -sin suponer con impaciencia que los «editores posteriores» no comprendieron a los primeros autores y que los supuestos errores de la Escritura deben corregirse mediante teorías y conjeturas-, se alegrará al saber que no es necesario dejar de lado a Moisés, ni hacer caso omiso de Josías y Jeremías, ni suponer que Nehemías se equivocó. El calendario judío no necesita concordar con el babilónico.
Importancia del calendario judío de Elefantina.
Estos judíos de Egipto, ¿empleaban el calendario persa o el mismo calendario judío que se usaba en Palestina? Si al venir a Egipto (antes de 525 AC; ver la pág. 83) estos colonos hubiesen adoptado un calendario extranjero, habría sido el calendario solar egipcio y no un sistema babilónico-persa, porque en ese momento Egipto no formaba parte aún del Imperio Persa. No habrían usado las fechas dobles, puesto que algunos de estos papiros, así como los textos demóticos egipcios de otras partes del país, sólo llevan la fecha egipcia. Por lo tanto, las fechas dobles muestran que retuvieron su antiguo calendario junto con el de los egipcios.
Es, pues, evidente, que los años de reinado de un rey persa no necesitan computarse según el calendario babilónico-persa, sino que es más probable que se los computara según el calendario nacional o ancestral del autor. Esto es precisamente lo que se encuentra en la única fecha decisiva de los papiros elefantinos. Así como los colonos se consideraban separados de los egipcios, hasta el punto de retener su propio calendario, parecen haberse considerado ligados a sus hermanos repatriados en Palestina, como lo demuestra su correspondencia. Por lo tanto, el que usaran el año de otoño a otoño, aun dejando a un lado la evidencia de Esdras y Nehemías, lleva a la conclusión de que en este asunto concordaban con la costumbre palestina.
Hay quienes abogan por las teorías de que el Pentateuco fue escrito en fecha tardía, y de que Josías introdujo el año que comenzaba en primavera. Estas personas se inclinan a considerar el supuesto cómputo a partir de la primavera -en los papiros que hasta ahora no habían sido decisivos- como parte de una cadena de comprobaciones postexílicas de un uso del año nuevo de primavera a partir de Josías. En su supuesta cadena de evidencias tendrían que incluir a Ezequiel, Hageo y Zacarías, a Ester y aun a Nehemías (porque tienden a pensar que es sólo un error la secuencia de Neh. 1: 1 y 2: 1, donde se indica el año comenzado en otoño). Pero en realidad no hay cadena continua alguna de comprobaciones que apoyen el cómputo del año a partir de la primavera. Es casi seguro que Jeremías usó el año que comenzaba en otoño, y es probable que Ezequiel también lo usara; y aun cuando no fuera así, su libro y el de Ester no tienen importancia para el problema, porque se los escribió durante el exilio en Babilonia y en Persia. Lo que aparece en Hageo no alcanza a probar que se computara el año a partir de la primavera, y es posible que Zacarías hubiera usado el año que comenzaba en otoño. Esta «cadena» tiende a desintegrarse, lo cual deja sin apoyo el supuesto año de los papiros comenzado en primavera, y no menoscaba los textos de Neh. 1: 1 y 2: 1. (Nota: * Aunque para las fechas de Hageo se insistiera de que en tiempos de este profeta y de Zacarías se usaba el año que comenzaba en primavera, debería recordarse que hay una gran diferencia entre las condiciones imperantes en este periodo -cuando la conciencia nacional había estado por mucho tiempo en un nivel muy bajo- y la situación de la comunidad reestablecida en Judea 70 años más tarde, en tiempos de Esdras y Nehemías, cuando el templo había sido reconstruido y la administración civil y religiosa se había reorganizado bajo la «ley de Dios», y finalmente la capital fue fortificada. Junto con el renovado énfasis en la ley nacional, en la eliminación de influencias e idiomas extranjeros y el la observación de las fiestas nacionales, sería natural que se reimplantara el antiguo calendario nacional de Judá en al caso de que se lo hubiera dejado de usar. La comunidad de judios repatriados, fundada por el príncipe Zorobabel de la casa de David y los sacerdotes levíticos, era una continuación de la nación de Judá. Por lo tanto, es de esperarse que se usara el antiguo calendario civil judío con su año que comenzaba en otoño. )
Ahora el cuadro es totalmente distinto, gracias a la prueba encontrada en los papiros elefantinos de que los judíos computaban el año de otoño a otoño. Quien no tenga el prejuicio de la teoría del año que comenzaba en primavera, puede encontrar en los datos postexílicos una prueba razonablemente consistente con la tesis de que no se abandonó el año que comenzaba en otoño. De este modo el calendario elefantino constituye un eslabón en la larga cadena de comprobaciones que atestiguan el cómputo del año que comenzaba en otoño, a partir del año civil de tiempos antiguos (ver t. II, pág. 111) hasta los tiempos de Esdras-Nehemías (t. III, págs. 105, 106), incluyendo a Salomón (t. II, págs. 113, 137), Josías (t. II, pág. 150), la evidencia confirmativa, aunque indirecta, de los sincronismos de los reyes de Judá (t. II, págs. 150, 151) y jeremías (t. 111, págs. 96, 97), y quizás también el uso que hacen de él Ezequiel y Zacarías (t. III, págs. 96, 97, 102). El empleo del año de otoño a otoño en Elefantina confirma con toda certeza el uso que hacían de él Esdras-Nehemías, y ,por lo tanto la precisión de los datos cronológicos de los autores bíblicos de este período.
El calendario judío postexílico en Egipto.
Los papiros de doble fecha proporcionan una considerable información acerca del calendario judío que se usaba en Elefantina (ver t. II, págs. 123, 124). También fijan ciertas fechas exactas con una diferencia no mayor de un día. Puesto que el día egipcio comenzaba con la salida del sol y el judío a la puesta del sol, podría haber diferencia de opinión en algunos casos en cuanto a si determinado día egipcio debe hacerse coincidir con el día judío que comienza 12 horas antes o 12 horas después (según si el documento había sido escrito antes o después de la puesta del sol). Cuando la fecha de un papiro establece un determinado día del mes, también todo el mes queda establecido, y los otros meses de ese año se conocen tácitamente con gran precisión. Debe recordarse que no se 111 puede fijar el número de días que tenían los antiguos meses lunares, porque admitían variaciones de uno o dos días (ver el t. II, pág. 122); pero dentro de estos límites hay varios años que se conocen perfectamente en este calendario judío del siglo V, y los otros años del período pueden conocerse con aproximación bastante precisa, dejándose siempre un lapso para la ubicación precisa de los meses intercalares (los decimoterceros).
Un intento por reconstruir el calendario judío de Elefantina.-
Si se reconstruye un calendario en torno de los catorce meses conocidos que pueden ubicarse mediante los papiros de doble fecha, se obtiene una aproximación muy exacta de las fechas AC del primer día de cada mes de los años judíos, desde el 472/71 hasta el 400/399 AC. Siegfried H.Horn y Lynn H. Wood han usado las siguientes premisas para computar tales fechas:
l. El año comienza con el 1.º de Tisri, en el otoño.
2. El primer día de cada mes se computa teóricamente, pero sobre la base de un intervalo razonable después de la conjunción (ver t. II, págs. 118, 119, 122), como para acercarse cuanto sea posible a la primera observación posible de la luna nueva.
3. El cálculo de estos meses se basa en el postulado de que desde Nisán hasta Tisri los meses eran siempre de 30 días y de 29 días, alternadamente, y que los ajustes se hacían en la otra mitad del año (ver t. II, pág. 124).
4. Estos ajustes parecen haber dado por resultado cuatro tipos de años: de 354, 355, 383 y 384 días (los años de 353 y 385 días empleados hoy por los judíos deben haberse comenzado a usar mucho más tarde; ver t. II, pág. 124, sec. 12).
5. Se supone que se intercalaba un segundo Adar (ver t. II, págs. 106-108) cuando el primero de Nisán precedía al equinoccio vernal, que se daba en torno del 26 de marzo.
6. Como resultado se tiene un segundo Adar en 7 años de los 19 del ciclo. Excepto en dos casos, cuando una fecha fija de un papiro parecería no indicarlo así, esos meses intercalares (decimoterceros) caían en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 del ciclo babilónico de 19 años (ver t. II, págs. 116, 123, 124).
Puesto que las fechas tabuladas por Horn y Wood constituyen la base para precisar las fechas judías que se dan en este tomo, se reproducen para la conveniencia de cualquier lector de este Comentario que desee hacer un estudio detallado de las fechas del período indicado.
Tablas del Calendario judío de Elefantina, 472/471 hasta 400/399 AC.
COMO USAR LAS TABLAS DE ESTE CALENDARIO.- Cada línea horizontal de fechas de estas tablas representa un año de reinado tal como se lo computa en el calendario judío de otoño a otoño, que comenzaba con Tisri, el 7.º mes. La primera sección de ocho lineas abarca desde el 14.º hasta el 21er año de Jerjes y las secciones siguientes, numeradas en bastardilla, representan los reinos de Artajerjes I y los monarcas siguientes. Las cifras en tipo grueso corresponden con años AC, y si llevan asterisco son años bisiestos. Las fechas de cada línea (6/10, 5/11, etc.) son las del calendario juliano en las que cayó el 1.º de cada mes judío (el primer número representa el día, el segundo, el mes).
Por ejemplo, la primera línea representa el 14.º año de Jerjes según el cómputo Judío; comienza en 472 AC (segunda columna) con el 1.º de Tis[ri] que cayó el 6 de octubre, abreviado 6/10 (tercera columna). Es decir el día comenzó a la puesta del sol del 5 de octubre. El 1.º del mes siguiente Mar[jesván, o Marhesván] es 5/11 (5 de noviembre que comenzó a la puesta del sol del 4 de noviembre); EL 1.º de Quis[leu] es el 4 de diciembre. Luego viene la cifra 471 en tipo grueso, que indica el comienzo de un año nuevo juliano AC. Por lo tanto, los siguientes meses de este año judaico comienzan en 471 : el 1.º de Teb[et] cae el 3 de enero de 471; el 1.º de Seb[at] el 1.º de febrero, el 1.º de Ad[ar] el 3 de marzo, el 1.º de Nis[án] el 1.º de abril, el 1.º de Iyy[ar] el 1.º de mayo, el 1.º de Siv[án] el 30 de mayo, el 1.º de tam[muz] el 29 de junio,el 1,º de Elul el 27 de agosto. esta última fecha aparece en un recuadro debido a que uno de los papiros de doble fecha fue escrito en ese mes, y así confirmó la fecha. (Las siguientes 14 fechas que se indican así en este calendario son la base sobre la cual se computa el resto del calendario.) 112
En el año siguiente, el 15.º de Jerjes, que comenzó en 471 AC (25 de septiembre), Tebet todavía quedó en 471. Por lo tanto, la fecha 470, en tipo grueso, aparece en la columna entre Tebet y Sebat, que es el primer mes que comenzó en 470. Este 15.º año tiene un 13er mes, el segundo Adar. La columna encabezada «II Ad[ar]» muestra que 7 de cada 19 años tienen el segundo Adar.
Muchas de las fechas bíblicas d este tomo del comentario se han computado de acuerdo con esta reconstrucción tentativa del calendario judío. Por ejemplo, se ha producido así para establecer las fechas del viaje de Esdras a Judea (Esd. 7:9; 8:15, 31). En la tabla, la línea que tiene el número del 7.º año de Artajerjes I muestra que ese año comenzó, según el cómputo judío, en 458 AC, el 1.º de Tisri, o 2 de octubre, y ubica al 1.º de Nisán de ese año -fecha de la partida de Esdras- en el 27 de marzo de 457, Esdras salió de Ahava el día 12 de ese mismo mes, 11 días más tarde, lo que sería el 7 de abril (es decir el 6/7 de abril de puesta de sol); y la fecha de la llegada de Esdras, el 1.º del 5.º mes (Ab), fue el 23 de julio. Aunque la cifra AC al comienzo de este 7.º año es 458, se convierte en 457 entre l 1.º de Tebet y el 1.º de Sabat. Por lo tanto, todas las fechas de Esdras en Nisán y Ab corresponden con 457.
Bibliografía
Cowley, A. Aramaic Papyri of the Fifth Century B. C. [Papiros arameos del siglo V AC] (ver bibliografía pág. 86). Contiene los textos de todos los papiros provenientes de Elefantina conocidos hasta 1923, junto con sus traducciones y los comentarios pertinentes. Las dobles fechas de algunos de estos papiros (como también las de algunos de la colección publicada por Kraeling) tienen gran importancia como una prueba de la época acerca de las fechas de varios reinados persas y del calendario judío.
Crónica de Babilonia (ver bajo Wiseman en la bibliografía de la pág. 86). Contiene el relato babilónico del comienzo del reinado de Nabucodonosor y de las primeras campañas de este rey.
Dougherty, Raymond Philip. Nabonidus and Belshazzar [Nabonido y Belsasar] (ver bibliografía pág. 86). Estudio basado en las tablillas babilónicas. La evidencia en cuanto a la corregencia de Belsasar con su padre Nabonido demuestra la precisión del libro de Daniel en este asunto.
Horn, Siegfried H., y Wood, Lynn H. The Chronology of Ezra 7 [La cronología de Esdras 7]. Segunda edición, revisada. Washington: Review and Herald, 1970. 192 págs. (Esta segunda edición tiene el texto revisado y apéndices adicionales.) Es una solución erudita del problema de la fecha del viaje de Esdras a Jerusalén en el 7.º año de Artajerjes I. Fue escrita por dos de los colaboradores de este Comentario. Después de presentar para el lector general los principios y métodos de la antigua cronología, los calendarios y los sistemas de cómputo de los años de los años de un reinado, con los documentos en los cuales se basan, esta obra aplica las informaciones de las tablillas babilónicas y los papiros arameos provenientes de Egipto al problema específico de fechar el 7.º año de Artajerjes según el calendario judío. El Apéndice es un análisis técnico de las fechas dobles de 14 papiros arameos (de los publicados por Cowley y Kraeling), donde se muestra que las fechas AC pueden fijarse con firmeza, y se demuestra, gracias a la evidencia de una de ellas, que el calendario lunar representado por esas fechas se computaba a partir del otoño y no de la primavera. Es la fuente más importante de informaciones para el lector que quiera estudiar más a fondo este asunto.
Kraeling, Emil G. The Brooklyn Museum Aramaic Papyri [Los papiros arameos del museo de Brooklyn] (ver bibliografía pág. 86). En este libro no se tratan problemas de cronología ni de calendario, sino se presentan el texto y la traducción de un nuevo grupo de papiros, cuyas fechas dobles adicionales son fuente de importante información en cuanto al calendario de los judíos en Egipto. Está incluido el primer papiro cuya fecha demuestra que el año comenzaba en otoño, evidencia clave para la fecha de Esdras 7.
Olmstead, A. T. History of the Persian Empire [Historia del Imperio Persa] (ver bibliografía pág. 86). Un estudio útil. Esta obra es una historia interpretativa basada, naturalmente, en materiales incompletos. En consecuencia, el lector no siempre puede distinguir entre las partes más o menos seguras de la narración.
Parker, Richard A. y Dubberstein, Waldo H. Babylonian Chronology, 626 B.C.-A.D. 45 [Cronología babilónico desde 626 hasta 45 DC] (ver bibliografía, t. II, pág. 126). Además de las tablas del calendario, esta obra contiene una serie de fechas de las primeras y últimas tablillas que se conocen de cada reinado, lo cual forma la base de la fecha aproximada del comienzo de cada reinado desde Nabopolasar y a través de todo el período abarcado por este artículo.
Pritchard, James B., editor. Ancient Near Eastern Texts [Textos del antiguo Cercano Oriente] (ver bibliografía, t. II, pág. 168). Contiene los documentos históricos que relatan la conquista de Babilonia efectuada por Ciro, el texto que se refiere al reinado de Belsasar, hijo mayor de Nabonido, etc.
Rogers, Robert William. A History of Ancient Persia [Una historia de la antigua Persia].
Tolomeo, Claudio. El Almagesto . El Canon de Tolomeo, apéndice del Almagesto.
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