¿Debe un Cristiano tomar Alcohol?

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Al decir simplemente alcohol siempre nos referimos en este capítulo al alcohol etílico o alcohol común. Hay varíos alcoholes más tóxicos aún que el etílico, como por ejemplo el alcohol Inetílico o de madera, capaz de provocar ceguera al que lo ingiera.

El alcohol rectificado, llamado en algunos países alcohol puro, es el que contiene 95% de esta sustancia y aproximadamente un 5% de agua. Alcohol absoluto es aquel al que por diversos procedimientos se ha despojado por completo del agua que contenía. Alcohol desnaturalizado es aquel al, cual se han añadido sustancias que le dan olor y sabor desagradables. El fin de la desnaturalización del alcohol es impedir que sea utilizado como bebida, pero que pueda servir para fines industriales o domésticos. En los libros médicos que se ocupan de las diversas sustancias utilizadas en medicina y de sus propiedades, o sea en los textos de farmacología; el alcohol se clasifica con .los depresores del sistema nervioso. Explicaremos más adelante el porqué de esta contradicción entre el concepto popular de Que el alcohol estimula y el concepto médico, bien demostrado, de que deprime.

Propiedades físicas El alcohol es un líquido incoloro, volátil, con un olor característico y sabor ardiente. Por inflamarse fácilmente hay que tener la precaución de no manejarlo cerca de una llama.

Absorción y eliminación La absorción del alcohol ingerido se hace rápidamente. Aproximadamente el 20% se absorbe ya en el estómago, mientras que el resto se absorbe en las primeras porciones del intestino delgado. Cuanto más concentrado es el alcohol, más rápidamente se absorbe y más pronto se observan sus efectos en el organismo. La presencia de alimentos en el estómago cuando se ingieren bebidas alcohólicas, hace que la absorción del alcohol sea más lenta.

El alcohol pasa rápidamente a la sangre y a todos los tejidos del organismo, y en el caso de una embarazada, también a la circulación del niño en formación.
Del 90 al 99% del alcohol es quemado u oxidado en el hígado. El resto se elimina por el riñón y por el aire espirado. La oxidación del alcohol es de unos 3.5 centímetros cúbicos por hora. Se puede calcular que 30 gramos de alcohol tardarían unas 8 horas en ser oxidados, transformándose en dióxido de carbono y agua. Una parte se fija en el cerebro, los pulmones, los músculos y el hígado, eliminándose más lentamente.
Acción local del alcohol – Puesto en contacto con las células del organismo, el alcohol precipita y deshidrata (quita el agua) a su protoplasma. A esto debe su acción astringente o retractora de los tejidos.

Puesto en contacto con la piel y las mucosas, las irrita enrojeciéndolas, por lo que se lo ha usado para enrojecer la piel (rubefaciente). Destruye ciertos gérmenes (especialmente el alcohol a 70°), por lo que se lo utiliza corrientemente como desinfectante. Al evaporarse en la piel la enfría quitando calor al organismo. Se discute si se absorbe o no una pequeña cantidad de alcohol a través de la piel sana cuando se lo frota sobre ella. Las mucosas son irritadas por el alcohol, lo cual produce ardor en la boca y el esófago y una sensación de calor en el estómago. Por ese efecto irritante aumenta la secreción de la saliva y del jugo gástrico. Este es rico en ácido clorhídrico y escaso en pepsina. Cuando la cantidad de alcohol ingerido aumenta, produce náuseas y vómitos. Si se repite la ingestión de bebidas alcohólicas produce con frecuencia una inflamación o irritación de la mucosa del estómago, que se designa con el nombre de gastritis crónica.

Acción general de una dosis de alcohol
Aunque la acción principal se produce sobre el sistema nervioso central (cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo, médula), dejaremos este punto para un párrafo aparte.
Sobre el corazón y los vasos sanguíneos se observan los siguientes efectos: ¡con las concentraciones de alcohol en la sangre que producen ya la embriaguez 0,10 a 0,30 ,el rendimiento del corazón se ve claramente disminuido. Concentraciones aún más elevadas pueden en ciertos casos detener su funcionamiento. Los vasos sanguíneos, mayormente los de la piel, se dilatan, lo que aumenta la perdida de calor por parte del organismo, especialmente cuando hace frío. Por esto, las personas experimentadas que viven en climas muy fríos, evitan el alcohol si van a salir al exterior.

La cantidad de orina aumenta cuando se ingiere alcohol, en parte por la irritación que produce en el riñón. Más adelante estudiaremos la acción del alcoholismo crónico sobre el riñón y el hígado.

La respiración se deprime con dosis grandes de alcohol.
El deseo sexual es estimulado por el alcohol, en parte por congestionar los órganos genitales y en parte por pérdida de las inhibiciones de la corteza cerebral; sin embargo disminuye la potencia o capacidad para el acto sexual.

Acción del alcohol sobre el sistema nervioso central
Daremos más adelante una lista de- tallada del efecto de las, diversas concentraciones de alcohol en la sangre, pero antes queremos resumir brevemente esos efectos, que pueden dividirse en tres períodos, pasándose de uno a otro insensibiemente, a medida que el alcohol va inhibiendo o deprimiendo los diversos centros del sistema nervioso. (Centro nervioso es una parte encargada de alguna función especial.) Si la dosis de alcohol ha sido pequeña, los efectos quedarán en la primera etapa, pasándose a las otras a medida que aumenta la cantidad de alcohol.
Primer período, o de excitación.- Hay una sensación de euforia, o sea de gran bienestar físico y mental, con alegría, locuacidad y pérdida de la timidez. El juicio, el razonamiento, el sentido del deber y de responsabilidad, la fuerza de voluntad, la memoria y el poder de concentración, están todos claramente disminuidos.

A pesar de ello las personas que están en esta etapa se sienten capaces de hacer mejor y mayor cantidad de trabajo físico o – intelectual. Es interesante notar que experimentos bien controlados demuestran que aunque tales personas creen haber hecho mejor trabajo que cuando no beben alcohol, la calidad de este último es marcadamente inferior. Al aumentar la acción del alcohol, la cara se enrojece, los ojos se vuelven brillantes, el pulso se acelera y la piel se vuelve caliente – húmeda. Con frecuencia aparece una excitación sexual que, unida a la disminución del juicio, puede inducir, tanto al hombre como a la mujer a actos inmorales.

Segundo período, o de incoordinación. La falta de dominio sobre la mente y el cuerpo aumentan rápida- mente. El alcoholizado hace y dice’ cosas ridículas u obscenas. Habla en forma incoherente, haciéndose difícil entenderle. Ríe o llora con facilidad. Con frecuencia se observa en él irritabilidad, pudiendo llegar a agredir a las demás personas. La marcha es vacilante y la fuerza muscular se halla disminuida. El pulso y la respiración están acelerados. Ve mal y siente que los oídos le zumban. Frecuentemente parecen vómitos. Sobreviene luego somnolencia, que al acentuarse lleva al tercer período.

Tercer período, o de coma.-
Aparece un sueño profundo, con pérdida de la sensibilidad y de los movimientos voluntarios, pero se conservan el pulso y la respiración. Vale decir, pues, que se está en estado de coma.- El pulso es débil, la respiración irregular y a veces estertorosa. La piel de la cara y de las manos presenta un cierto color azulado. Hay transpiración tendencia al enfriamiento del cuerpo, por lo que debe protegerse al paciente del frío. Las pupilas (niña de los ojos) están dilatadas. Los músculos se relajan, y si se buscan los
reflejos, se comprueba que están marcadamente disminuidos. Puede observarse incontinencia de la orina y de las materias fecales, aunque es frecuente también que se retenga la orina en la vejiga, que se llena en demasía. Ocasionalmente del coma alcohólico puede pasarse a la muerte. Al despertar del coma hay un embotamiento del sistema nervioso, dolor de cabeza y de la parte alta del abdomen, lengua sucia, inapetencia, sed, náuseas, a veces vómitos. ¿Cuál es el mecanismo de estos síntomas?-En la corteza del cerebro se hallan los centros nerviosos que controlan nuestras acciones: la autocrítica, o sea la capacidad de ver lo que está mal en nuestra conducta, el juicio, el razonamiento, el sentido de la responsabilidad, etc. Estas facultades, las más nobles del espíritu, son lo que podríamos llamar los frenos y el volante que controlan sus instintos, las emociones y los impulsos que radican en los núcleos de la base del cerebro o provienen de ellos, y que a su vez podrían compararse con el motor de un vehículo. En la vida normal y en una forma completamente involuntaria e inconsciente, las facultades superiores del cerebro ejercen de continuo un tipo de acción frenadora sobre el resto del cerebro.

Cuando por acción del alcohol estos centros frenadores, que son los primeros en ser deprimidos, funcionan en forma deficiente, o aun dejan por completo de ejercer su función, se manifiesta con mayor claridad y libertad la acción del resto del cerebro. A ello se deben la pérdida de la timidez, la alegría y la locuacidad, por lo cual se pasa a decir y hacer cosas impropias o indecentes. Más tarde, la acción depresora del alcohol sobre el cerebelo y otras partes del sistema nervioso central puede traer inseguridad y dificultad para la marcha y otros movimientos,. y por último la pérdida del conocimiento, semejante a la que provocan los anestésicos generales, como el cloroformo y el éter, que son los medicamentos que más parentesco tienen con el alcohol en lo que se refiere a su acción. No se utiliza el alcohol como anestésico sencillamente porque se elimina muy lentamente, y porque la dosis necesaria para anestesiar es muy cercana de la que es suficiente para matar.

Escala de síntomas toxicos (Experimentos expuestos en el trabajo de W. R. Miles, Psychological Effects Alcohol in Man, en el libro de H. Emerson, Alcohol and Man.) Porcentaje de alcohol en la sangre Síntomas tóxicos
Sensación de cabeza despejada. El aire parece pasar mejor a través de la nariz. Ligero ardor en la boca y la garganta..
Leve sensación de plenitud en la cabeza y de latidos en la nuca. Ligerísima sensación de mareo. Sensación de calor y de bienestar .físico general. «parecen las sensaciones de fatiga y los pequeños dolores del cuerpo. No le importa al sujeto el estado del tiempo ni se preocupa por su apariencia personal. Muy deseoso de hablar con los que lo acompañan. Sensación general agradable..

Moderada euforia que se manifiesta en frases como: «Todo está muy lindo». «Estoy muy contento de haber venido». «Siempre seremos amigos». «Por supuesto que voy a prestarle dinero». «Todavía no ha llegado el momento de regresar a casa». Tiene la sensación de jugar muy bien. El tiempo pasa rápidamente.

Mucha energía para las cosas que quiere hacer. Habla mucho y en voz alta. Ligero temblor de las manos Con leve inhabilidad para tomar las cosas y para otros movimientos. Ríe a carcajadas por cualquier chiste. No se avergüenza de los errores que comete por su estado, ni le importan los contratiempos. Dice: “¿Ud. no cree que estoy embriagado, verdad? No he tomado casi nada todavía». Muy suelto de lengua, hace observaciones impertinentes. Los recuerdos parecen vívidos y abundantes.

Se siente más que nunca, «un ser humano libre», con todas las inhibiciones normales prácticamente abandonadas; se toma libertades personales y sociales de toda índole a medida que lo urgen sus impulsos. Se vuelve pesado y cargoso. Exagera sus hazañas pasadas. Dice: «Puedo vencer a cualquier persona en el país», aunque tiene marcada dificultad para encender un fósforo. Marcado embotamiento de la autocrítica.
Sensibilidad anormal. La sensación al frotar las manos o al tocarse la cara es extraña. La respiración y el pulso son fuertes y rápidos. Le divierte su propia falta de habilidad o lo que él interpreta como rebeldía de las cosas que lo rodean. Pide a los demás que le hagan lo que él debe hacer. Al levantarse de una silla la hace caer.

Es muy perceptible su tambaleo. Habla consigo mismo. Tiene dificultad para encontrar y ponerse el sobretodo. Tiene dificultad para poner la llave en el coche y para hacerlo marchar. Se siente amodorrado, canta ruidosamente y se queja de que los otros conductores no conservan su lado del camino.
Necesita ayuda para caminar o desvestirse. Se enoja fácilmente. Alterna los gritos con quejidos y llanto. Tiene náuseas y no puede orinar fácilmente. No puede decir con quién ha pasado la velada.

Está estuporoso, con respiración pesada, alternando el sueño y los vómitos. No entiende lo que se le dice. Da puñetazos desatinadamente a la persona que trata de ayudarle.

Anestesia profunda que puede resultar fatal.
Tolerancia al alcohol Los efectos del alcohol pueden variar de una persona a otra, pues intervienen distintos factores que pueden hacer menos notable el efecto aparente. Así por ejemplo, tratándose de una misma cantidad de alcohol, los síntomas serán menores si se toma una bebida que contiene un porcentaje bajo de alcohol o se lo bebe diluido, o con el estómago lleno, o si la persona está acostumbrada a las bebidas alcohólicas. Se ha observado también que es más difícil anestesiar con éter o cloroformo a una persona acostumbrada al alcohol.

¿Es el alcohol un alimento? El alcohol se quema u oxida en el organismo, produciendo siete calorías por cada gramo, por lo que sus defensores lo llaman alimento. No puede considerárselo, sin embargo, como un verdadero alimento, por las siguientes razones: Aunque produce calor como las proteínas, grasas e hidratos de carbono, no puede acumularse como los dos últimos, ni puede utilizarse para el funcionamiento de los músculos como el tercero, ni sirve para preparar los tejidos como el primero. Produce simplemente calor, viéndose el hígado obligado a oxidarlo a determinada velocidad, le haga falta o no producir calor en ese momento.

Por supuesto, teóricamente el organismo se ahorra el gasto de calor que le produce el alcohol. Es decir, que no necesitaría quemar una cantidad equivalente de calorías de grasas o hidratos de carbono. Pero, por el efecto que tiene el alcohol de dilatar los vasos de la piel y aumentar la pérdida de calor, haga falta o no perderlo, el calor producido por el alcohol es realmente desperdiciado y además hace bajar la temperatura del organismo. Las personas obligadas por su trabajo a someterse a fríos intensos, como exploradores polares, cazadores y leñadores de zonas sub-árticas, saben muy bien esto y, para evitar el peligro de morir de frío, se abstienen de tomar bebidas alcohólicas cuando deben salir al exterior. Si a esto se suma el efecto depresor o narcótico del alcohol sobre el sistema nervioso, además de su efecto perjudicial sobre otras partes del organismo, difícilmente se podrá con probidad científica llamar al alcohol un alimento.

¿Facilita el alcohol el trabajo?
El argumento de algunas personas para usar bebidas alcohólicas es éste: «El alcohol me ayuda a trabajar». ¿Qué dice la ciencia al respecto? Aun que el que ha bebido alcohol, cree con frecuencia que trabaja más y mejor que cuando no lo ha hecho, experimentos bien controlados demuestran que disminuye no solamente el rendimiento, sino especialmente la calidad del trabajo. En una persona cansada, la ingestión de una bebida alcohólica puede parecer renovar las fuerzas, pero esa engañosa creencia se debe al embotamiento de la sensación de fatiga, lo cual hace correr al sujeto el peligro de que se exceda en el trabajo más allá del punto de fatiga, lo que es perjudicial para el músculo.
Así por ejemplo: haciendo ascender una montaña a las mismas personas en diferentes días, dándoles algunos días dos vasos de cerveza antes de la ascensión y otros días nada, se comprobó que cuando se había ingerido esa sustancia, el tiempo requerido aumentaba en 21,700°, la energía consumida era 15% mayor y, en cambio, el trabajo efectuado, tomando en cuenta el rendimiento en un tiempo determinado, era 16,4% menor. En pruebas de tiro al blanco, efectuadas también por personas en días que habían bebido algo más de medio litro de cerveza y otros días en que no la habían tomado, reveló que sobre 30 disparos, acertaban 24 los días sin alcohol y solamente 3 los días en que habían bebido.

También la resistencia disminuía, pues cuando habían tomado alcohol, quedaban agotados después de disparar un término medio de 278 tiros, mientras que los días en que no habían bebido podían disparar 360 tiros.
En experimentos llevados a cabo con personas que escriben a máquina, con linotipistas y con las que realizan otros trabajos que exigen exactitud, se comprobó un aumento muy marcado de los errores cometidos y una menor velocidad.

LAS BEBIDAS ALCOHOLICAS El alcohol y las bebidas alcohólicas se obtienen por fermentación de azúcares, melaza o almidones provenientes de frutas, cereales, tubérculos, etc. El agente de la fermentación, por lo general una levadura o especie de hongo, se multiplica rápidamente y utiliza para sí como alimento el azúcar transformándolo en dióxido de carbono y alcohol, elementos de desecho que elimina. Cuando el alcohol que eliminan las levaduras llega del 12 al 140;0 se produce una verdadera intoxicación de las mismas que les impide ya actuar, deteniéndose la fermentación. Estas son las bebidas fermentadas.
Cuando se desean obtener bebidas con mayor concentración alcohólica o alcohol puro, es necesario destilar el líquido fermentado para que pase el alcohol junto con ciertas sustancias volátiles, que dan a la bebida su sabor o «bouquet» característico. Son éstas las bebidas destiladas. Por ser más sencillo y menos costoso, es frecuente que se preparen estas bebidas llamadas destiladas, con alcohol puro, al que se añade otro tanto de agua y luego esencias sintéticas y a menudo tóxicas para darle un sabor que imite el de la bebida obtenida por destilación. La toxicidad de las bebidas destiladas es mayor aún que la que correspondería a su alcohol.

Bebidas fermentadas comunes

El vino
El vino es una bebida que se obtiene por fermentación del jugo de uvas maduras. Su composición, término medio, por cada 1OO gramos, según A. Gautier, es la siguiente: agua 86,90 g; alcohol 10 g; glicerina 0,65 g; ácido succínico 0,15 g; sustancias albuminoide as, grasosas, azucaradas, gomosas y colorantes 1,6 g; tartrato de potasio 0,4 g; ácidos acético, propiónico, cítrico, málico y carbónico 0,15 g; sales (cloruros, yoduros, fluoruros y fosfatos de potasio, sodio, calcio, magnesio) , óxido de hierro, alúmina, amoníaco 0,15 g.

Hay vestigios de ciertos alcoholes más tóxicos que el etílico, como el propílico, butílico y otros, y además ciertos aldehídos y éteres que dan al vino su «bouquet», o sea sabor y aroma característicos, también con cierta toxicidad.
– La cantidad de alcohol que contiene el vino varía, según la cantidad de azúcar que tenga la uva y el alcohol que se le añada, entre el 6 y el 22%, aunque lo corriente es que contenga del 10 al 120;0′ vale decir, de 100 a 120 gramos de alcohol puro por litro. Vinos fortificados o muy ricos en alcohol son el jerez (Sherry), el aporto, el Madeira y el Marsala, que contienen del 16 al 22% de alcohol. Los vermuts y otros aperitivos son preparados habitualmente con vinos en los que se han macerado ciertas plantas amargas. Contienen del 17 al 20% de alcohol.
El tanino es más abundante en los vinos rojos o tintos que en los claretes y blancos.
Son muy frecuentes las adulteraciones del vino, que lo hacen aún más perjudicial.
Si se busca el valor alimenticio, es mucho más conveniente el uso del jugo de uva sin fermentar (pasteurizado), que no contiene alcohol ni otras sustancias tóxicas.

LA CERVEZA.-Esta bebida se obtiene por fermentación de la cebada germinada o malta, añadiéndole lúpulo para darle su sabor amargo. La cantidad de alcohol que contiene varía del 2 al 60;0 y rara vez llega al 9%. La cerveza corriente contiene 4% de alcohol. Contiene del 2 al 5½% de hidratos de carbono y está saturada de dióxido de carbono. Hay te 0,15 a 0,29% de sustancias proteicas. El extracto de malta (espeso, o sea el verdadero extracto) sin fermentar, es un buen alimento, muy superior a» la cerveza en calorías y vitaminas y sin el inconveniente del alcohol.

SIDRA.-Se obtiene por la fermentación del jugo de manzanas. Contiene del 3 al 6º% de alcohol y a veces hasta el 8%. Hay un 3,4% de hidratos de carbono y de 5 a 10 gramos de pectina por litro.
Bebidas destiladas Contienen habitualmente entre el 50 y el 65% de alcohol etílico, pero desafortunadamente también contiene otros alcoholes aún más tóxicos, además ciertos éteres, furfurol y, con frecuencia, también esencias y otros productos peligrosos para la salud.

WHISKY Se obtiene por destilación de granos de cebada u otros cereales previamente malteados fermentados. Tiene de 47 a 53 de alcohol.

COÑAC (brandy).-Se obtiene por destilación del vino. Contiene del 48 a 65% de alcohol.

RON, CAÑA, GRAPPA, GINEBRA.-El ron se obtiene por destilación del jugo de caña de azúcar y melaza fermentados. La caña, tafia o pisco (a la que para hacerla parecer más «aristocrática» llaman ahora algunos fabricantes brandy cubano o de la Habana), se obtiene por destilación de la melaza o miel de caña fermentada. El guindado es caña en la que se han macerado guindas. Tanto el ron como la caña, contienen del 40 al 50% de alcohol. La grappa se obtiene por la destilación de hollejos de uva fermentados. La ginebra (gin) es una bebida obtenida por destilación de cereales fermentados, y cuyo sabor se debe a las bayas de enebro con que se prepara.

Los licores (anís, chartreuse, kummel. etc.) se preparan añadiendo al alcohol, azúcar y esencias de diversas plantas. El ajenjo, bebida muy tóxica, es poco usado en los países latinoamericanos.

Los desafortunadamente tan comunes cócteles se preparan mezclando whisky o ginebra con otras bebidas alcohólicas.

EL ALCOHOLISMO DESDE EL PUNTO DE VISTA MEDICO
¿Por qué se bebe alcohol?
El hábito de tomar bebidas alcohólicas se adquiere por diversas causas: por ignorancia, por imitación, por placer, por incapacidad de hacer frente a la realidad de la vida y, otras veces, por tendencia anormal al alcoholismo.
Analicemos brevemente algunas de estas causas:

IMITACION E IGNORANCIA.- Hay muchos que beben porque otros lo hacen, sea en el hogar, sea en hoteles y restaurantes, sea en fiestas y reuniones. Otros creen que las bebidas alcohólicas son un alimento, o que facilitan su trabajo, o que ayudan a hacer la digestión, a sentir calor cuando hace frío o a refrescarse cuando hace calor, ignorando que ningún efecto benéfico puede traer el ingerir alcohol. Desafortunadamente, en algunos países productores de bebidas alcohólicas ciertas autoridades han hecho propaganda en favor del vino para fomentar, por ejemplo, el comercio de las zonas vitivinícolas. Esta propaganda está trayendo los desgraciados frutos propios del alcoholismo. ¡Cuánto mejor sería impulsar la economía de esas zonas propician- do la fabricación de jugo de uva dulce sin fermentar, y enseñando al pueblo el consumo de un alimento tan saludable!

PLACER.-Hay quienes sienten placer al beber alcohol, no tanto por el sabor en sí, sino por el efecto del alcohol sobre su organismo, que les da una engañosa sensación de bienestar.

POR ESCAPAR A LA REALIDAD.-Hay muchas personas que recurren al alcohol por no haber alcanzado la debida madurez de espíritu, y son, por lo tanto, incapaces de enfrentarse con la realidad de la vida y sus dificultades y de tratar de resolverlas en la forma adecuada. Cuando a estas personas se les presentan dificultades, o si tienen un factor constante de disgusto o infelicidad, como por ejemplo la sensación de ser un fracaso en el trabajo o profesión escogidos, o padecen miseria, o tienen una esposa u otros familiares que continuamente están regañando, recurren al alcohol para librarse de estos sentimientos deprimentes. Bajo el efecto del alcohol se sienten felices, o importantes, o llenos de capacidad, perdiendo así el complejo de inferioridad que los aqueja casi siempre. Pasado el efecto del alcohol, sus dificultades y problemas son iguales o aun peores que antes, pues a ellos se suma su alcoholismo, lo que los obliga otra vez a beber, para escapar nueva- mente a lo que les resulta ingrata realidad.

POR TENDENCIA ANORMAL AL ALCOHOLISMO.

Hay personas que no pueden usar bebida alcohólica alguna, y ni siquiera un medicamento que contenga alcohol, sin verse fuertemente arrastradas al alcoholismo. La única manera en que pueden librarse definitivamente de ese vicio desastroso es renunciar por completo y para siempre a toda bebida que con- tenga alcohol, reconociendo su incapacidad para usarlo aun en forma moderada:
¿Quiénes son alcohólicos? El alcoholismo es la intoxicación por ingestión de bebidas alcohólicas. El alcoholismo agudo o embriaguez es el efecto de la ingestión de una dosis relativamente grande de alcohol en un tiempo relativamente corto. Ya hemos descrito sus síntomas.
El alcoholismo crónico está constituido por los efectos sobre el organismo de la ingestión habitual y excesiva de bebidas alcohólicas. Alcoholista crónico es aquella persona que vuelve a ingerir alcohol antes que hayan des. aparecido los efectos de la dosis anterior, mientras que bebedor moderado es el que bebe diariamente cierta cantidad moderada de bebidas alcohólicas, habitualmente con las comidas, y que antes de ingerir una nueva dosis ya ha quemado o eliminado el alcohol ingerido anteriormente. La diferencia en los efectos es más de grado que de esencia, habiendo sin embargo muchas gradaciones entre el alcoholismo crónico intenso y el alcoholismo del que toma solamente un poco de vino diluido con el almuerzo. Así por ejemplo, hay personas consideradas como bebedoras moderadas, que al ingerir vino en la última comida tienen aún en su sangre y tejidos alcohol proveniente de la bebida ingerida con anterioridad. Técnicamente, pues, serían alcoholistas crónicos.

Efectos del alcoholismo crónico Estos efectos varían según la dosis de alcohol y la clase de bebidas que se ingiera habitualmente, y también de una persona a otra. No aparecerán, pues, en cada alcoholista crónico todos los síntomas y complicaciones que se mencionan a continuación. Es relativamente frecuente ver a alcoholistas crónicos consumados que nunca o muy rara vez se han embriagado.

ASPECTO.-El alcoholista crónico puede presentar diversos aspectos: el que usa habitualmente grandes cantidades de vino presenta a veces la cara roja y varicosidades en la nariz. El gran bebedor de cerveza puede presentar una obesidad fofa, especialmente en el abdomen, El que toma diariamente bebidas destiladas puede aparecer flaco y de un color pálido amarillento. Cuando el alcoholismo es inveterado, es frecuente observar que hay descuido en el aseo y la manera de vestir y presentarse.

EFECTOS SOBRE EL SISTEMA NERVIOSO Y LOS MUSCULOS.

Puede observarse disminución y modificación de la sensibilidad de la piel y los órganos de los sentidos, así como de la coordinación de los movimientos. Hay temblor especialmente de las manos, que puede extenderse a la cara, los labios y la lengua. Este temblor es más acentuado de mañana al levantarse y disminuye al ingerirse más alcohol. La capacidad mental y la responsabilidad moral disminuyen marcadamente. No solo hay pérdida de la memoria, de la voluntad y de la capacidad de concentrarse mentalmente, sino que el juicio se hace incierto y aparece cierta irritabilidad y tendencia a la brutalidad. En algunos casos, puede sobrevenir la locura. Algunos autores sostienen que en el 10% de los enfermos mentales el alcohol es la causa primordial, y que en otro 30% es un factor contribuyente.
El delírium tremens, episodio agudo que puede producirse en el alcoholista crónico.

Los nervios periféricos pueden presentar la llamada polineuritis alcohólica, que a veces va acompañada de trastornos mentales. En esta inflamación de los nervios de los miembros interviene además del alcohol la alimentación inadecuada que frecuentemente en estos casos es escasa en vitamina B1 y otras.
Los músculos se atrofian y hay cansancio rápido. Los movimientos pierden su delicadeza y precisión.

EFECTOS SOBRE EL APARATO DIGESTIVO.

La boca suele estar irritada y la lengua sucia. La garganta arde y está seca. El estómago termina por irritarse produciéndose una marcada inflamación del mismo o gastritis que puede manifestarse por vómitos de mucosidad cada mañana, inapetencia, ardor, dolores, etc. El intestino se irrita y pueden también aparecer diversas manifestaciones, como diarrea o constipación, cólicos, etc. El hígado, que es el órgano que quema la mayor parte del alcohol, sufre, haciéndose menos resistente a otros tóxicos o a las infecciones. Puede aparecer ictericia o haber congestión y aumento de tamaño del hígado. La cirrosis atrófica es mucho más frecuente en los alcoholistas que en los abstemios. Verdad es que puede hallarse esta afección en pueblos que no beben alcohol pero que están mal alimentados o ingieren sustancias que también dañan al hígado, como la mostaza; pero en los países occidentales, un elevado porcentaje de los cirróticos son alcoholistas y, por ello, su alimentación es deficiente en vitaminas, principalmente en la A y en las del complejo B, y en proteína, deficiencias éstas que, como la ingestión de alcohol, contribuyen a producir cirrosis.

EFECTOS SOBRE EL APARATO GENITOURINARIO.

Es frecuente la nefritis crónica y la impotencia genital. La descendencia del alcoholista crónico puede ser tarada, con tendencia a la epilepsia, la nerviosidad a padecer de defectos mentales (imbecilidad, debilidad mental, etc.). Con frecuencia se observan estos defectos en niños que han sido engendrados cuando uno o los dos padres estaban embriagados.

EFECTOS SOBRE EL APARATO CIRCULATORIO.

En el alcoholista son más frecuentes la arteriosclerosis y otras afecciones de las arterias, así como la dilatación y degeneración grasosa del corazón.

EFECTOS SOBRE EL APARATO RESPIRATORIO.

La voz ronca del alcoholista crónico se debe a la inflamación de la laringe. Es frecuente también la tos y la esclerosis del pulmón.

OTROS EFECTOS.

Las compañías de seguros han comprobado en extensas estadísticas que la vida del alcoholista crónico es más corta que la del abstemio. Su resistencia cuando enferma es menor que la normal, agravando el pronóstico de cualquier infección, intoxicación u operación.

¿Hace daño el uso moderado del alcohol?
Demostrado como está que el uso de bebidas alcohólicas no reporta ningún beneficio, pues ni alimenta, ni ayuda a la digestión, ni facilita el trabajo, no hay razón válida para justificar su uso. Antes bien, aun en dosis moderadas, puede traer inconvenientes, como ser una pérdida de eficiencia para el trabajo intelectual o físico delicado y, en los predispuestos, puede dañar el estómago y el hígado o el sistema nervioso. Uno de los mayores peligros del que bebe moderadamente es la posibilidad de transformarse alguna vez en un alcoholista crónico. Nos ha tocado atender a personas que con sólo tomar diariamente medio vaso de vino con las comidas, presentaban una gastritis que únicamente cedía cuando dejaban de beberlo. Algunos enfermos de cirrosis de hígado que nos ha tocado atender habían tomado solamente dos vasos de vino por día durante muchos
Nunca habían tomado bebidas destiladas y jamás se habían embriagado. Lo más prudente es no tomar nunca ninguna bebida alcoholica.

Para la prevención del alcoholismo
La mejor manera de evitar caer en el alcoholismo y sus graves consecuencias es conocer sus inconvenientes y proponerse firmemente no probar jamás bebidas alcohólicas. Los pueblos pueden disminuir el número de alcoholistas de diversas maneras: Haciendo conocer los inconvenientes del alcohol, dificultando la obtención de las’ bebidas, limitando el número de locales donde se las vende y las horas y días en que se pueden obtener, elevando su precio con fuertes impuestos, etc.
Tratamiento del alcoholismo crónico
Hay muchos casos que requieren la dirección del médico especializado y, más aún, cuando hay factores morales o psíquicos que han impulsado al alcoholismo.

A veces el médico recurre al uso del «antabús», o «abstensyl», sustancia que provoca vómitos y marcado malestar cuando se ingiere alcohol, o bien a la inyección de una sustancia que provoca malestar toda vez que se ingiere una bebida alcohólica. Se desarrolla así una especie de «reflejo condicionado», en forma tal que al tomar la bebida se produce después el malestar, aunque no se administre el medicamento.
En los Estados Unidos de Norteamérica y también en otros países americanos se ha formado una sociedad sin fines de lucro, llamada “Alcoholistas Anónimos», formada por alcoholistas que han logrado librarse de su vicio y que tratan de ayudar a los que desean lograrlo. Como base del tratamiento debe el alcoholista: desear honradamente dejar su vicio, reconocer que hay un poder superior al ser humano capaz de ayudarlo a librarse de su esclavitud y abandonar por completo, por el resto de la vida, el uso de toda bebida que contenga alcohol. El hecho de auxiliar a otros alcoholistas ayuda a los ex bebedores a cumplir su resolución de no beber más.

Ayuda además a librarse del alcoholismo el llevar una vida sana, con una alimentación correcta, sin condimentos irritantes ni alimentos pesados, suficiente ejercicio, aire puro, descanso y alguna distracción agradable que entusiasme para los momentos de ocio.
En los últimos años se han utilizado con buen resultado en el tratamiento del alcoholismo diversos medicamentos modernos. Se lograron éxitos brillantes en los alcoholistas afectados de delírium tremens y en otros casos de alcoholismo crónico. Parece que disminuye el deseo de beber y desaparece el malestar que experimentan los alcoholistas cuando comienzan a abandonar su vicio. Es necesario sin embargo, para que surtan el debido efecto, que el alcoholista desee realmente dejar la bebida.

Categorías: Salud

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