¿Deben las mujeres cubrir sus cabezas en la Iglesia (1 cor. 11:2-16)
Dr. Angel Manuel Rodríguez
Teólogo
Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. 3Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 5Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. 8Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? 15Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
1 cor. 11:2-16
El pasaje al que usted se refiere es difícil de interpretar, mayormente porque no estamos tan bien informados acerca de este tema como lo estaban los lectores originales de Pablo. Los eruditos han escrito mucho con respecto a este pasaje y su trasfondo sociohistórico, pero sin embargo no se han puesto de acuerdo. Un análisis cuidadoso de estos versículos requiere mucho más espacio que el que disponemos aquí. Por lo tanto, la información que brindaré contribuirá a responder y lo estimulará a investigar por usted mismo, y a analizar el texto.
Los adventistas, tradicionalmente, han tomado al pie de la letra lo que la Biblia dice, a menos que su contexto sugiera otra cosa. En algunos casos, un pasaje bíblico puede referirse a un tópico de relevancia sólo para sus lectores originales; como, por ejemplo, sacarse las sandalias para aproximarse a Dios (Éxo. 3:5), como una señal de reverencia y respeto. Existen lugares en el mundo donde hay que sacarse los zapatos antes de ingresar en una iglesia adventista. Pero, en el mundo occidental demostramos reverencia de una manera distinta. Interpretamos el consejo de Pablo con respecto a que las mujeres deben cubrirse la cabeza como un asunto cultural. Aquí están las razones.
1. Variedad de visiones en la Biblia. Que cubrirse con un velo es un asunto cultural está sugerido por el hecho de que, durante el período bíblico, esa práctica varió. En el tiempo de los patriarcas, las prostitutas cubrían su rostro con un velo (Gén. 38:14, 15). De manera interesante, las leyes de la Asiria Media (alrededor del siglo XII a.C.) no permitían que las prostitutas llevaran velo. Mucho más tarde, encontramos que algunas mujeres de Israel vistieron un largo velo durante ritos mágicos o adivinatorios (Eze. 13:17-21). Una novia cubría su rostro con un velo antes de la boda, como una señal de modestia. Algunos pasajes bíblicos sugieren que el velo de boda era un velo diáfano ornamental (Cant. 4:1, 3; 6:7). Un velo que cubriera todo el rostro (como el que encontramos en el mundo islámico actual) probablemente fuera desconocido en Israel. Más común era el chal colocado en la cabeza, que en algunos casos era signo de humillación y de luto, como lo sugiere la mujer representada en un grabado de piedra de Senaquerib, donde las mujeres lo utilizan mientras dejan la ciudad de Laquis después de su caída. David también cubrió su cabeza en señal de luto (2 Sam. 15:30). Ninguna ley del Antiguo Testamento requería que las mujeres o los hombres cubrieran su cabeza con un velo; la práctica social simplemente era aceptada como apropiada.
2. Propósito de la práctica cultural. Pablo no está hablando acerca del velo que cubre el rostro de una mujer, sino de un chal colocado en la cabeza durante el culto adoración. La práctica de que una mujer cubriera su cabeza era común en las sociedades griegas y romanas. Estudios realizados con respecto a la práctica romana revelan que a las prostitutas se les prohibía colocarse uno, y que tanto hombres como mujeres cubrían su cabeza durante la adoración, como un signo de reverencia y piedad. De hecho, el chal formaba parte de la túnica griega; no era una pieza separada. La cultura griega no requería que los hombres cubrieran su cabeza durante la adoración. También era así entre los judíos. En la cultura romana, que las mujeres cubrieran su cabeza era un símbolo de valores morales elevados, preservación de la femineidad y compromiso con el esposo; utilizarlo traía honor a su esposo y a su familia.
3. Razones para el consejo de Pablo. Pablo estaba promoviendo, entre los cristianos, una práctica social relacionada con el atavío adecuado. Los valores básicos representados por cubrirse la cabeza eran compatibles con el mensaje cristiano, y rechazar esa práctica podría haber traído descrédito a la iglesia. La sabia aproximación era continuar haciendo lo que era practicado por las mujeres cristianas antes de llegar a ser cristianas, para poder demostrar que el cristianismo apoya los valores morales elevados de la sociedad y no la corrupción moral. Pero no todas las mujeres romanas cubrían su cabeza; las mujeres de dinero eran, de alguna manera, socialmente liberadas, y es posible que algunas de ellas se hayan convertido al cristianismo y no cubrieran su cabeza durante la adoración. Pablo podría haber estado tratando de corregir esa actitud, a fin de proteger la integridad de la comunidad de creyentes.
El hecho de que cubrir la cabeza haya sido un tema cultural no significa que lo que Pablo escribió quede sin significado para nosotros. Los valores que estaba tratando de inculcar en los creyentes deben ser preservados por nosotros e incorporados de otras maneras. Valores tales como la modestia, honrar a nuestra familia por medio de la manera en que vestimos y actuamos, y preservar las diferencias sexuales (especificidad de género) en nuestra apariencia y conducta no son determinados cultural o regionalmente.
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