Teniendo en cuenta las notas a pié de página que hemos desarrollado,
probando las aseveraciones que preceden, podemos concluir afirmando que el
Imperio Romano ha experimentado, a través de la sociedad, la influencia
de los cultos orientales, especialmente del Mitraísmo. Dentro de ella,
lo más representativo del Gobierno, adopta la teología Solar,
aprovechándose de esta coyuntura socio – religiosa, proyectando una
estructura política unitaria y absolutista, ordenada de acuerdo a la
Religión Astral. Las implicaciones en la antropología individual
y en el comportamiento social y religioso de este tipo de práctica,
se trasluce en las creencias religiosas de los ciudadanos y paralelamente
en la Iglesia de Roma, que como veremos seguidamente, se ve, en un proceso
histórico influida por lo fundamental del Mitraísmo, culminando
en la época Constantiniana, en la que en virtud del Emperador, adorador
del Sol y dependiente de esa teología Solar, hace surgir una Iglesia
Imperial, en la que, como veremos las transformaciones que se han operado,
son evidentes.
Veamos todo esto más de cerca, especialmente lo relativo al comportamiento
de Constantino y a esa Iglesia de Roma que confluyendo ambos en esa etapa
histórica, se visualiza el resultado evolutivo de toda una serie de
actitudes y de manera de pensar.
Antecedentes relativos al Día del Sol o Domingo o Primer día
de la Semana y la corriente antijudía
De nuestro estudio precedente se deja constancia de que Roma ha sido influida
por el culto solar en honor a Mitra, aceptando los valores religiosos que
le interesan para una aplicación política, incluido el día
de fiesta característico: el día del Sol, el Domingo, el día
del Señor Mitra, que representa la unidad del que preside en los astros.
Por las citas de Justino (alrededor del año 140 d.J.) y Tertuliano
(alrededor del 190 d.J.), que entran dentro de una serie de documentos sobre
el particular, sabemos que el día del Sol o Domingo, era el día
festivo de los romanos y anterior a la adopción que la Iglesia de Roma
toma de ese mismo día, y que en la época tanto de Justino como
de Tertuliano, se ha adoptado por dicha Iglesia de Roma. Lo que demuestra
por la identidad con el día del Sol con que uno y otro denomina al
día de fiesta cristiano, que ha sido influida también por el
Culto Solar 21.
La corriente gnóstica de ciertos padres de la Iglesia
representativos y la llamada gnosis cristiana con su interpretación espiritualista,
sincretista y opuesta al Sábado: la línea antijudía de
la gnosis cristiana y de los llamados Padres de la Iglesia paralela a la del
Imperio Romano
La Iglesia de Roma, ha experimentado cambios desde después
de la muerte de los apostoles (cf. Hech. 20:27-30; 28 Tes. 2:3-7), tanto en
el plano doctrinal como en el estructural y organizativo 22. En efecto, diversos
autores han constatado que si bien ciertos escritores cristianos antiguos, representativos
de una cierta línea oficial eclesiástica, se oponen a ciertas
formas cristiano-gnósticas, refutándolas en parte, se ven influidos
por lo que combaten 23, hasta el punto que se adoptan ideologías gnósticas
y costumbres que responden a idearios ajenos a la Palabra de Dios, o bien se
acepta desde el primer momento la gnosis como elemento de comprensión
del cristianismo 24. El Gnosticismo es un vehículo del antijudaismo 25,
y así vemos como el sábado es considerado un símbolo y
en cuanto a su forma externa y literal habría sido abolido 26. Es interesante
observar como en esa línea evolutiva el gnosticismo de Marción
27 que rechaza el llamado Antiguo Testamento y la Ley de Dios, oponiendo continuamente
el llamado Nuevo Testamento al Antiguo, aceptará el "día
del Sol" o domingo que los gnósticos celebraban 28 en lugar del
Sábado. Esto queda refrendado por cuanto Marción es influido,
como ya sabemos por el gnosticismo, y éste influirá a su vez sobre
el maniqueísmo que se desarrolla por Mani hacia el 215 al 275, y del
que Agustín de Hipona, dirá que es "en el día del
sol que tenéis el hábito de adorar" 29.
La oposición hecha a la institución sabática
por el maniqueísmo y el influjo sobre este del gnosticismo ha sido ampliamente
constatada 30. Independientemente de los casos extremos que surjan formando
una gnosis todavía más alejada del verdadero núcleo cristiano,
la Gnosis denominada cristiana tendrá las mismas celebraciones dominicales
donde realizan la misa eucarística 31, lo que muestra la asunción
del domingo eucarístico tal como la corriente cristiana llamada ortodoxa.
Las diferencias entre una y otra es puramente administrativa. Y es que tanto
una como otra, en un grado u otro, según los casos, habían recibido
la influencia de las religiones de Oriente, de la filosofía griega platónica
y de la teosofía, junto a un cristianismo que intentan hacerlo compatible
32.
Refiriéndose al culto solar y a sus consecuencias Francis
Legge afirmará: «Los cristianos mismos no pudieron durante mucho
tiempo resistir a esta invasión, y uno puede constatar el compromiso
por el que la Iglesia católica en esta materia llegó a hacer coincidir
el día del Señor con el día del sol, como también
a la adopción por la Iglesia del 25 de diciembre, día del nacimiento
del invencible dios sol, como el día del aniversario del nacimiento de
Cristo. No es por azar que los emperadores que han reinado inmediatamente antes
del establecimiento del cristianismo se hayan dado al culto del dios sol, la
divinidad particularmente reverenciada por la familia a la que pertenecía
Constantino» 33.
Agostinho de Almeida – Paiva dice:
«El primer día de la semana, el domingo, era, desde hacía
tiempo consagrado al sol; esto es lo que afirman varios autores, el sol siendo
dios, el Señor por excelencia, el domingo vino a ser llamado el día
del Señor, tal como ocurrió más tarde en el cristianismo»
34
Esto se une al hecho del desmarque respecto a los judíos
35. Dada la corriente antijudía que en el propio Imperio se está
ofreciendo, es imprescindible diferenciarse absolutamente de las raíces
hebreas 36, a fin de que ciertas estrategias que el colectivo Católico
en Roma va adquiriendo en cuanto a su concepción Monárquica absolutista,
y su intento de unión con Roma Imperial 37 pueda darse. Sin olvidar el
desgaste que las persecuciones proyectan sobre los cristianos.
Es decir, a tenor por la documentación ya indicada, se están dando
tres acontecimientos en paralelo que de forma natural y en base a una intención,
el domingo desbancará al Sábado en un proceso que empezará
en la Iglesia en Roma y posteriormente, cuando las circunstancias sea oportunas
se ampliará a todo el Imperio.
En efecto. Por un lado tenemos toda una serie de paganos que
aceptan la iglesia, pero que ya vienen con su "día del Sol":
«Es interesante observar que Mitra era llamado dominus o Señor,
y el domingo debió de ser llamado día del Señor, mucho
antes de la era cristiana. El domingo, dedicado al sol, era sagrado desde hacía
mucho tiempo para numerosas religiones paganas. Era en particular, el día
santificado por los adoradores de Mitra, que sin duda lo designaban también
con el nombre de día del Señor (…) los cristianos (…). Parece
que fueron influenciados, en este ámbito como en tantos otros, por la
costumbre pagana, y que el domingo fue adoptado porque los adoradores de Mitra
y demás divinidades solares, consideraban que esa día era sagrado,
y que era imposible suprimir aquella ancestral costumbre» 38.
«(…) el día del sol se convirtió de manera
natural, en el día del Salvador entre los cristianos llegados del paganismo»
39. Esta forma natural de la que nos habla el autor precitado no se da sin más.
Es necesario por un lado que el día del sol haya sido adoptado por el
paganismo, y que la Iglesia Católica en Roma haya renegado del Sábado
como fruto de toda una actitud antijudía que prepara el terreno para
la acogida de esos paganos con su día del Sol 40. Alrededor del 130 d.J.,
se nos informa, por los documentos tanto de Bernabé en su epístola
como posteriormente (a. 140 d.J.) por Justino en su Apología y su Diálogo
contra Trifón, y después por otros como Teófilo de Antioquía
(s. 11) 41 Ireneo (s. 11) 42 que culminan con Tertuliano (a. 190-200 d.J.) 43,
Clemente (s. 111) 44, Orígenes (s. 111) 45 Cipriano 46 (s. 111) esa corriente
antijudía y la aceptación del Domingo, denominado día del
Sol, como la fiesta semanal de los cristianos de Roma. Esto llega a ser una
realidad fruto de esa confluencia de paganismo entrante y de lo que peyorativamente
se llama judaísmo saliente. Desde esa convergencia, la estrategia de
unirse con el paganismo romano en el día del Sol, y en otros aspectos
implicados en la teología Solar, cobra una dimensión que fructificará
con Constantino. Independientemente de los documentos que en nota aparte hemos
consignado, numerosos autores, varios ya citados, reconocen la desaparición
de la influencia lógica de lo hebreo a fin de fijar "sus reuniones
de oración en domingo, día que observaban los mitraístas"
47.
Antijudaísmo Romano y el abandono gradual del día
dedicado a Saturno como preferencial con la aceptación del día
del Sol, dada la aceptación de la teología solar mitraica.
En la época en la que se da una corriente antijudía por parte
de los llamados Padres de la Iglesia (s. 11 d.J.), ha ocurrido un cúmulo
de acontecimientos por parte del Judaísmo contra el invasor Romano. Desde
la destrucción de Jerusalén en el año 70 junto a todas
sus revueltas que culminarán en la época del emperador Adriano
(a. 117 a 138) 48, los judíos han sido maltratados y perseguidos, y en
el futuro, sus derechos a practicar su religión han: sido restringidos
al mínimo 49. Desde Adriano se ha prohibido la circuncisión so,
el sábado y el estudio de la Torá.
El problema que se suscita a comienzos del s. II, es, que el Cristianismo es
confundido por Roma como grupo judío más. Nótese la cita
de este historiador que explicando la situación creada por los judíos
a partir de finales del siglo I con lo que se añade de comienzos del
s. II nos invita a reflexionar sobre el estado de la cuestión judía
– cristianismo:
«Otra causa contribuyó a la indiferencia, desprecio y repugnancia
con que los romanos miraron, durante tanto tiempo al cristianismo. Esta causa
fue la creencia general de que la nueva religión era simplemente una
rama de la judía, y como los romanos confundían a los cristianos
con el pueblo judío, que tan antipático se les había hecho,
los trataron a todos de la misma manera. Así puede decirse que todas
las atrocidades y persecuciones que Nerón, y después Domiciano
(…) hicieron sufrir a los cristianos, no fueron cometidas contras éstos
como tales, sino como odiados judíos» 51.
Si se observa, con Domiciano llegamos a finales del s. I.,
y el replanteamiento del colectivo católico romano, a la muerte de todos
los apóstoles, respecto a la cuestión judía, hace vislumbrar
una nueva etapa en la que la distinción con los judíos se impone.
Pero téngase en cuenta además que desde el siglo 1, la teología
solar ha hecho mella en los emperadores y en la sociedad romana. Esa teología
solar, en su línea evolutiva histórica, les ha proporcionado a
los romanos una ideología unitaria cuyo día del Sol a celebrar
por todos es una realidad representativa de la unidad.
Téngase en cuenta por otra parte que los romanos desde
muy antiguo celebraban como, día de fiesta el séptimo día
o sábado en honor a Saturno 52, y que en un proceso que se extiende desde
el s. 1, van desplazando ese día por el primer día de la semana
o día del Sol que les proporciona la teología solar del Mitraísmo,
de lo cual, tanto Justino como
Tertuliano en el s. 11 d.J. 53 dan cuenta de ello, cuando consideran que los
romanos lo han adoptado en fechas anteriores al 138 d.J..
La pregunta que impone la cuestión judía, es: ¿Cómo
distinguirse de los judíos a fin de que los Romanos no nos confundan,
y podamos ejercer nuestra misión evangelizadora acorde a nuestro propósito?
Siguiendo la misma conducta que el Imperio Romano representado en una de las
cabezas de la Bestia Apocalíptica, cuya autoridad es dada por el Dragón
(Ap. 13:1, 2). La distinción con los judíos no autoriza a hacerlo
sacrificando las auténticas y perennes raíces hebreas sino aceptando
la Palabra de Dios, y siendo fiel en todo a Jesucristo. En realidad comprobando
el destino y resultado de las acciones llevadas a cabo en esas trágicas
fechas se descubre que el objetivo evangelizador está mediatizado y asombrosamente
cambiado, si se tiene en cuenta la exigencia de la fidelidad a Dios. Una evangelización
que suponga desvalorizar la Palabra de Dios o transformarla en palabra de hombre,
no es la auténtica evangelización. Y la naturaleza y estilo de
la evangelización que el Catolicismo Romano apunta, es la de la unión
con el Imperio Romano, y para ello es preciso llegar a coincidir con el en lo
esencial, aunque para ello haya que sacrificar la verdad, premisas de vital
importancia. Eso es lo que estamos comprobando, y lo que la historia nos demuestra.
Es sorprendente que la conducta del Imperio Romano desde el
año 70 haya sido antisemita o antijudía, abandonando el día
de la semana planetaria (el Sábado) que se dedica a Saturno 54, adoptando
el primer día de la semana o día del Sol, y que lo más
representativo del Catolicismo Romano propugne y proclame en sus escritos también,
una actitud antijudía, abandonando el día séptimo de la
semana Creativa, y adopte del mismo modo el primer día de la semana o
día del Sol ¿Casualidad? ¿O evidencia de lo que realmente
estaba sucediendo? Nuestro estudio nos está poniendo sobre las pistas
de la mayor falsificación de la historia.
Después de este tránsito, el siglo IV, del que
nos ocuparemos a continuación; será definitivo para la consagración
del día del Solo primer día de la semana como día del Señor
o domingo. En dicho siglo los protagonistas excepcionales: Eusebio de Cesarea
como un falsificador sin igual, el obispo de Roma de turno, la propaganda de
los obispos y escritores más representativos, los concilios y especialmente
las leyes imperiales con el liderazgo e ideario Constantiniano impondrán
por la fuerza que da el poder mundano y el propio engaño, el Domingo.
A partir de ese momento se borrará casi todo vestigio del Sábado,
que si bien se mantendrá en algunos lugares del Imperio hasta el siglo
V, desaparecerá, a excepción de colectivos minoritarios y de ciertos
personajes que harán honor a la fidelidad que debemos al Dios de la creación
y de la Redención.
21 Hugo Rhaner (En Greek Myths and Christian Mystery, traducción de Brian
Battershaw, London 1963, pp. 107, 108) dirá respecto a esto en relación
al día festivo de los romanos del Imperio:
«Es un hecho establecido que los Romanos habían comenzado a contar
el domingo y no el sábado (…) y esto ha llegado, no en virtud de una
influencia cristiana, sino a causa de la difusión creciente del culto
del sol en el imperio romano de la última época»
22 Ver Historia Universal de Walter Goetz. vol. II. pp. 563-570.
La primera cita que menciona al primer día de la semana como "día
del Señor" es un libro apócrifo el llamado Evangelio de Pedro,
escrito hacia el año 150 d.l. (Ver Los Evangelios Apócrifos, BAC,
Madrid 1963, p. 389).
Independientemente del poco valor que tiene esta cita por ser un evangelio Apócrifo,
por las mismas fechas tenemos el documento que antes ya hemos citado El Evangelio
de Tomás, que habla del Sábado como el día a celebrar;
poseemos también del s. II d.J. la llamada Logia de Oxirhynchus (ver
Los Evangelios Apócrifos, op. c., p.9), conteniendo una exhortación
a observar el Sábado. Y en el libro apócrifo de Los Hechos de
Juan (de la mitad del s. II), en el cp. VI, se dice que "… En el séptimo
día era el Señorial". Es decir que hay para todos los gustos.
Pero es evidente que el anacronismo que presenta ("El Evangelio de Pedro")
denominando al día de la resurrección, que los evangelios canónicos
lo presenta como siendo el primer día de la semana, no solamente evidencia
el ser un escrito falso sino que además se muestra el intento, en una
temprana fecha, de introducir el téonino Kuriaké que se aplicó
posteriormente a ese primer día de la semana.
23 Ver a Vittorio Subilia, 11 problema del Cattolicessimo,
Torino 1962, pp. 138, 139; Albert Dufourcq, Saint lrénée, coll.
Lo pensée Chretien, 3′ edición, pp. 182, 192-194; loseph Turmel
(con el seudónimo de Louis Coulange, Lo Vierge Marie, Paris 1925, pp.
31, 32; Eugene de Faye, Origene, sa vie, son oeuvre, sa pensée, vol.
ill, Paris 1928, pp. 160,207.
24 Como fruto de la helenización se introduce el Gnosticismo
en el Cristianismo representado por los llamados "padres de la Iglesia"
a partir del s. II y tomando cuerpo en el III. El sincretismo es evidente por
lo que unos y otros adoptan. Nuestra idea, avalada por los historiadores que
han estudiado en profundidad el tema, es que hay una corriente lenta en la que
se opera la helenización, con el ideario gnóstico incluido, de
modo progresivo, lo que correspondería al Catolicismo jerarquizado que
le interesa controlar la "gnosis"; mientras que por otra parte hay
un Gnosticismo que aceptando las ideas cristianas las heleniza mucho más
rápidamente (sobre esto consultar a Elaine Pagels, Los Evangelios Gnósticos,
Grijalbo, Barcelona 1996; y ver el artículo de Harnack en el Dictionnaire
d’histoire et de géographie ecclesiastique, Letouzey et Ané, Paris
1987, fascículo 121, col. 266, 267).
Tanto los estudios de F. Blanchetiere (Revue d’Histoire et de Philosophie Religieuses,
n° 53, 1973, pp. 365-397) como los Robert Grant (Lo gnose et les origines
chretiennes, Paris 1964, p. 155), nos muestran como la parte más reeresentativa
de los llamados "padres de la Iglesia" hacen uso profuso de las ideas
gnósticas (ver también a Marcel Simon-Andre Benoit, El judaísmo
y el cristianismo antiguo, ed. Labor, Barcelona 1972, pp. 206-216). Respecto
a este último debe tenerse en cuenta a los autores que cita y especialmente
los propios contenidos de los
padres de la Iglesia que han absorbido la filosofía platónica
y la gnosis.
25 Ver Encyclopaedia Universalis, Gnostiques, Paris 1995, vol.
10, p. 538.
26 Ptolomeo, Carta a Flora 8, 9, traducción G. Quispel,
Paris 1949, pp. 59, 61. .
27 Sobre este Gnosticismo puede verse a Reinhold Seeberg (Historia
de las Doctrinas en la Iglesia Antigua, vol. 1, op. c., p. 111 Y ss.; también
vol. 32 de La Enciclopedia de Espasa Calpe, p. 1352, 1353.
Marción llegará a Roma sobre el 140 d.J., y experimentará
la influencia del gnóstico Cerdo (ver Historia de las Doctrinas en la
Iglesia Antigua, vol. 1, p. 111.)
28 J.A.W. Neander, The General History ofthe Christian Religion
and Curch, vol. 11, 1851, p. 194.
LA Gnosis no debe ser entendida como una religión o filosofía
ajena al cristianismo que se está desarrollando. Se puede comprobar que
hay una gnosis que se considera cristiana desde antes de mediados del s. 11
d.J., Y diversas iglesias gnósticas cristianas. Una prueba lo sería,
por un lado ciertas argumentaciones de San Juan, y la gran cantidad de escritos
apócrifos relativos a los evangelios ya los hechos de los apóstoles.
En numerosos padres de la Iglesia aparecen conceptos gnósticos aun cuando
parezca que ataquen a la Gnosis. La cuestión está en que el conflicto
que se mantiene entre los que representan una postura llamada gnóstica
y la ortodoxa, salió vencedora esta última (ver sobre esto a Elaine
Pagels, Las Evangelios Gnósticos, Grijalvo Mondadori, Bercelona 1996).
Esta Gnosis cristiana experimentó una evolución, pero mucho más
rápida que otras corrientes cristianas, dadas sus premisas. Y así
vemos como en el Evangelio de Tomás (comienzos del s. II) se reconoce
el sábado como el día de reposo a celebrar (86:18-20, versión
bilingüe copto-castellana, ed. 7 Y2, Barcelona 1981, p. 35), sin embargo,
fruto del desarrollo de su concepción dualista, en la que luz prima sobre
todo, pronto "el primer día de la semana planetaria" consagrado
al Sol, tuvo una preferencia sobre el Sábado.
29 San Agusín "Contra Fausto" (cp. 5).
30 Joseph Turmel (con el seudónimo de Louis Coulange),
La Messe, Paris 1927, p. 26; Paul Alfaric (L’ Evolution Intellectuelle de Saint
Agustin, vol.I, Paris 1918, p. 188).
31 Ver sobre esto vol. 26 de la Enciclopedia de la Espasa Calpe,
p. 394 Y Elaine Pagels, Los Evangelios Gn6sticos, op. c., p. 167. El mismo autor
reconoce que lo que molesta a la Iglesia oficial de estas corrientes gnósticas,
es su pretendida diferenciación de espirituales frente a la iglesia institucionalizada
por la jerarquía episcopal. Si lo que define el ser Iglesia es la condición
espiritual y la interpretación espiritualista que cada uno considera
como válida, se destruye esa autoridad. En realidad la fuerza de los
gnósticos está en saber que lo que se está defendiendo
por parte de un cierto colectivo es la autoridad sin más.
32 J. Matter en Gnose prechretienne et biblique, Supplément
au dictionnaire de la Bible, Letouzey et Ané, Paris 1938, vol.lII, col.
661.
33 En Forerunners and Rivals ofChristianity, Nueva York 1964,
vol. 1, p. 349, nota 4.
34 O Mitraismo, Porto 1916, p. 3.
35 Sobre esto ver a Bacchiocchi, du Sabbat au dimanche, op
c., pp. 177-194.
36 Ver nota 122 y 49, y el texto> motivo de las notas.
37 Este intento ya se manifiesta en el s. 11, en la época
de los Antoninos (ver Historia Universal de Walter Goetz, vol. 11, pp. 566-570;
también la carta ya mencionada de Justino).
38 A. Weigall, Survivances paiennes dans le monde chrétien,
Paris 1934, pp. 126, 196, 197.
39 A. Loisy, Les Évangiles synoptiques, vol. 1, Paris
1907, p. 177.
40 Tanto Bemabé con su carta (alrededor del 135 d.l.)
como lustino con su Apología y Diálogo con Trifón (alrededor
del 135 al 140 d.l.) justifican el guardar el domingo como el octavo día
desacreditando el Sábado (ver Epístola de Bemabé cp. 15:1-8
en Padres Apostólicos, edición de Daniel Ruiz Bueno de la BAC,
Madrid 1965, i pp. 801, 802) Y (1" Apología de Justino 67:7; Diálogo
con Trifon de Justino (24:1; 41:4; 138:1) en Padres Apologistas, edición
de Daniel Ruiz Bueno de la BAC, Madrid 1954, pp. 340, 370, 541, 542). Paralelamente,
no se olvide, se está dando una corriente antijudía en el Imperio
Romano, las antipatías de los Aavios, las prohibiciones de Adriano respecto
del sábado (ver nota 122 y 49 Y motivo de la notas); y una asunción
de la teología solar con el día del Sol como festivo, y en el
que acuden a criptas o capillas a celebrar los misterios de Mitra.
41 Nótese las intenciones que se le hacen tener a Dios,
que El "llama al pueblo judío (…) y lo constriñe … a
creer en la resurrección del Señor, (…) a fin de que el pueblo
pasase del sábado de la ley al primer día de la semana" (Comentario
a los Evangelios, un comentario de Teófilo de Antioquía, que aunque
perdido se han conservado algunos párrafos en latín por Jerónimo
(en Carta a Algasia, cuestión 6, Migne, Patrología Griega, VI,
col. 1605).
42 Aparentemente Ireneo no mantiene una actitud antijudaica
claramente expuesta como otros autores que estamos citando. En su obra fundamental
Adversus haereses (Contra las herejías) acepta la ley de Dios (IV,13:
2 ss. cf. IV, 13: 1), e incluso da una interpretación correcta cuando
dice "todos los preceptos naturales nos afectan por igual a nosotros y
a los judíos: en estos tuvieron comienzo y origen, mientras que en nosotros
han llegado a su madurez y a su cumplimiento" (ver sobre Adversus haereses
edición de José Vives, Los Padres de la Iglesia, ed. Herder, Barcelona
1982, pp. 146, 147, 185). Pero hace algunas interpretaciones puntuales como
por ejemplo de que "en vez de pagar los diezmos tal como dice la ley, hay
que dar todos nuestros bienes a los pobres" (en íd., p. 146) que
muestra la línea interpretativa que dará al asunto del Sábado
en Exposición de la predicación apostólica (cp. 96, recogido
en Recherches de Science Religieuse, Paris 1916, pp. 426, 427), cuando dice
que la ley "no tiene que mandar que descanse un día fijo a aquel
que guarda cada día el sábado". Esto en cuanto a la ley,
pero el evangelio, según lreneo, sí que debe poner un día
fijo: el domingo (en Preguntas y respuestas a los ortodoxos del pseudo Justino,
Migne (Patrología Griega, VII, col. 1234} ), convirtiendo al Sábado,
incomprensiblemente, en algo puramente figurativo del reposo de Dios, señalando
el reposo eterno (Adversus haereses, IV:16, de la edición francesa de
Genoude, Les Peres de l’eglise, Paris 1835-1849, vol. ill, pp. 379, 380), por
lo que ya no es preciso guardarlo. Colaborando de este modo a desprestigiar
el Sábado contribuyendo a esa corriente antijudaica.
43 Hemos citado anteriormente (en nota 16) a Tertuliano en
Ad Nationes 1, 13, donde defendiéndose de ciertas acusaciones de los
romanos referente al día del Sol, Tertuliano les refiere que el día
del Sol, lo tienen como festivo. No hay ninguna duda sobre esto, a tenor por
todas las declaraciones y documentos que ya hemos expuesto. Sin embargo, los
romanos, además del domingo o día del sol, también festejaban
de modo alegre, el día de Satumo (El poeta Tibullus {año 54-19
a.J., dice que se aceptaba el día de Saturno como festivo{en Elegías,
libro 1, parte 3, línea 18}). En realidad cada día de la semana
planetaria estaba dedicada a un dios. Pero no olvidemos que el día del
Sol tenía preferencia sobre todos, cuando a partir de comienzos del s.
11, el culto Solar con su día característico se ha ido imponiendo.
La cita en cuestión introduce la idea del domingo que se guarda y celebra
por los romanos de modo especial ( por lo tanto no deberían de ser criticados,
según Tertuliano, de adoradores del Sol los cristianos porque celebren
ese mismo día). Hay diferencias, según Tertuliano con la forma
de guardar ese día del Sol, del mismo modo que lo hay en la manera que
los romanos tienen de festejar el sábado a Saturno con el modo de festejarlo
que tienen los judíos que celebra como sagrado el Sábado (correspondiente
en la semana planetaria pagana a Satumo).
«¿No sois vosotros, al menos los que habéis dado a uno de
los días de la semana el nombre del sol? Ese día os abstenéis
completamente del baño, o bien lo retrasáis al anochecer, os entregáis
al descanso y a los festines; todo ello lo realizáis apartándoos
del espíritu de vuestro culto para acercaros al de las religiones extranjeras.
Por que los judíos celebran fiestas, sábados, banquetes (…)
ofrecen oraciones expiatorias, aunque todo eso no
se parece en nada a lo de vuestros dioses. De modo que, para acabar esta observación
¿con qué derecho nos reprocháis el adorar al sol y haber
escogido el día que le es consagrado? Os parecéis a nosotros en
esto; reconocedlo: no estamos tan lejos de vuestro Saturno ni de vuestros sábados»
(contenido en traducción de Genoude, op. c., pp. 493, 494).
La mención al final de esa cita cuando introduce a los judíos
con su sábado, es, que ellos los romanos cuando hacen su fiesta en honor
a Satumo, lo realizan muy distintamente a como lo hacen los judíos. De
ese mismo modo cuando celebran el día del Sol también lo viven
de distinta manera los cristianos respecto a lo romanos, aun cuando haya un
cierto parecido por haber escogido el día que le es consagrado al Sol;
y semejante a la manera alegre con que guardan el día de Satumo, que
para los romanos es un día de ocio a diferencia del día judío.
El día del Sol, es el día de reposo que celebran tanto romanos
como ciertos cristianos en la Iglesia de Roma, y el modo alegre es semejante
al festejo que realizan a Satumo los romanos.
Sobre el día del Sol, denominado así por Tertuliano para referirse
al domingo, desvalorizando el sábado judío, puede verse Apología
(Contra los gentiles, cp. XVI, traducción y preparación Pedro
Manero, ed. Aguilar, Madrid 1962, pp. 245, 246).
44 Clemente de Alejandría en sus Stromateis no solamente
se adhiere a una gnosis cristiana (VII, 10:55, 1; V, 4: 25, 1 ss.; 1, 1:13,
2; 1, 55; VI, 7:61) (ver edición de José Vives, op. c., pp. 207-220),
sino que en su espiritualización radical destruye la posibilidad de que
se descanse en "días fijos"; pero eso no le evita para expresar
la idea de que "el sábado preparó al domingo, siendo dicho
domingo el cumplimento del sábado, encontrando con el primer día
de la semana una relación entre la creación de la luz del primer
día con el día de la resurrección de Cristo, considerándola
fuente de luz verdadera y de auténtica sabiduría".
45 Orígenes, otro representante de la llamada gnosis
cristiana, y discípulo de Clemente, todavía extremará más
su posición espiritualista, no aceptando ningún día específico
a celebrar (Contra Celso, libro VIII, en edición de Daniel Ruiz Bueno,
BAC, Madrid 1967).
46 Este autor considera el octavo día que se celebraba
la circuncisión como una especie de símbolo y figura del primer
día después del Sábado, es decir del domingo que sería
también, de acuerdo a esa retorcida interpretación, "el octavo".
En dicho octavo día, que sería el domingo, acontecería
la circuncisión espiritual, gracias a la resurrección de Cristo,
cesando el sábado judío, trayéndonos la realidad del día
nuevo a celebrar: el domingo o primer día de la semana ¿Increíble
esta interpretación? (verla en Epístola LXIV, 4, 3). Sobre las
obras completas de Cipriano puede consultarse la edición preparada por
Julio Campos, BAC, Madrid 1964). Cipriano contribuye sin duda a esa situación
antijudía, anterior a Constantino, a fin de aceptar el Domingo en detrimento
del Sábado.
No es de extrañar que en otro escrito atribuido a Victorino, obispo de
Petavio (De fabrica mundi (De la Creación del mundo), nuestro autor nos
hable del ayuno inventado en sábado a fin de diferenciarse del sábado
judío que detesta.
47 A Houtin, Courte histoire du Christinaisme, Paris 1924,
pp. 28, 29. Ver también sobre esto a Georges-Aimé Murray, Religion
and Philosophy, Christianily in the Light of Modsem Knowledge, Nueva York 1929,
pp. 73, 74.
48 Este antijudaísmo alimentado por la actitud judía
frente a la política romana imperialista que tiene un primer punto culminante
con la destrucción de Jerusalén en los años 65 al 75, se
ve desarrollada con Adriano, Anteriormente a los judíos se les había
permitido, junto a otras muchas religiones practicar la suya. Pero en la época
de Adriano (117 a 138 d.J.) (noten las fechas y compárenlo con el primer
anuncio documentado católico qué tenemos, el de Justino, dirigido
al emperador Romano, y que habla de que ellos los cristianos guardan el día
del Sol y no el de Satumo como los judíos{alrededor del 138-140}), se
da una prohibición, bajo pena de muerte, para todo el imperio, de practicar
la circuncisión, la observancia del Sábado y el estudio de la
Torá (ver S. Baron, Histoire d’lsrael, vie sociale et religieuse, Paris
1957, vol. ll, p. 733).
Puede consultarse sobre el antijudaismo propiciado tanto por Roma como por los
escritores tempranos de la 1glesia, a Hans Küng, El Judaísmo, ed.
Trotta, Madrid 1993, pp.148-156.
49 Desde la época de los F1avios (durante el emperador
Domiciano {81-96}, Trajano {98-117}, Adriano {117- 138}), Y Antoninos (138 en
adelante), y con Séptimo Severo (193-235), los judíos, además
de ser diezmados, son perseguidos impidiendo su crecimiento (ver sobre esto
Gran Historia Universal, vol. IV, edic. Najera, Madrid 1988, pp, 267, 272, 292;
Martin Noth, Historia de Israel, edic. Garriga, Barcelona 1966, pp. 395-400).
50 Con Antonino Pío se da autorización a que
los judíos puedan circuncidarse (Martin Noth, Historia de Israel, p.
396), lo que muestra la severidad anterior, y lo que todavía queda prohibido,
que desde Adriano ha orientado la política religiosa con los judíos.
51 Historia universal de G. Oncken, vol. 9, op. c., p. 281.
52 Tibullus (poeta latino del 54-19 a.J.), en Elegías,
libro 1, parte 3 línea 18 (citado por Daniel Harnmerly Dupuy, en El Nuevo
Calendario, Buenos Aires 1937, p. 60.
53 Ver nota 16 y 43.
54 Ponemos el asunto del día del Sábado dedicado
a Saturno porque en relación con la cuestión judíd’cristianismo
se da una identidad que explica el comportamiento de unos y de otros. No queremos
indicar que la forma de guardar el Sábado por los Romanos y que de acuerdo
a la semana planetaria se hacia en base al dios Saturno, sea la misma que la
del Sábado instituido por el Dios verdadero en honor a la Creación
y posteriormente de la Redención.
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