La Armadura de Dios

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10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder (kratos) de su fuerza (ischys: isjús)

10. Por lo demás. (loipón) Cf. Fil. 3: 1; 4: 8; 2 Tes. 3: 1. Pablo está a punto de concluir su epístola. Ha establecido la base espiritual y teológica para la unidad de todos los hombres, y ha dado instrucciones en cuanto a cómo poner en práctica esa unidad en las relaciones humanas dentro de la iglesia, la familia y la sociedad. Ahora se dispone a responder la pregunta que surge, naturalmente, en cuanto a la posibilidad de vivir a la altura de tal profesión. ¿Cómo se pueden lograr estas virtudes?

Hermanos míos. (mou adelphoi) La evidencia textual (cf. p.10) establece la omisión de estas palabras.

En el Señor. (kyrios) Esta frase temática aparece en una u otra forma en la epístola unas 30 veces (ver com. cap. 1:1). Este es el secreto de la victoria. Si no permanecemos en él, nuestra fuerza se debilitará (Juan 15: 4-7); pero su gracia nos basta (2 Cor. 12: 9),

Poder. (krátos) El apóstol está por describir los innumerables ejércitos del mal preparados para aplastar a la iglesia. El enfrentamiento es desesperadamente desparejo. Todas las ventajas las tiene el enemigo, a menos que la iglesia busque por medio de la fe los recursos del Omnipotente.

11 Vestíos de toda armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

11. Vestíos. Pablo usa con frecuencia esta figura (Rom. 13: 12, 14; 1 Cor. 15: 53-54; 2 Cor. 5: 3; Gál. 3: 27; Col. 3: 10; 1 Tes. 5: 8). Aquí se refiere a ponerse la armadura que protege al creyente.

Toda la armadura. Gr. panoplía, «armadura completa», «todas las armas». En el NT esta palabra sólo reaparece en el vers. 13 y en Luc. 11: 22. Un pasaje paralelo es Isa. 59: 16-17, considerado por algunos como la probable fuente de la figura empleada por Pablo. Otros destacan el conocimiento que tenía de la armadura utilizada por los soldados romanos, pues él mismo estuvo varios años encadenado a uno de ellos. La armadura es de Dios, pues es él quien proporciona cada parte que la compone (Efe. 6: 14-17). Se nos pide que nos vistamos con ella y luchemos valientemente en la batalla. El que preparó la armadura garantiza su eficacia.

Para que podáis. Pros hymas dinamai. Seríamos incapaces de permanecer «firmes» con cualquier otra armadura que no fuera la divina.

Asechanzas. Gr. methodéia, «artificio», «asechanza.

Del diablo. Gr. diábolos (ver com. cap. 4: 27). Si nuestro conflicto fuera sólo con los hombres, la necesidad de una armadura no sería tan evidente; pero tenemos que enfrentarnos con las estratagemas y las sutilezas del diablo. Las tentaciones que sufrió Cristo revelan cuán sutil es el método del diablo, siempre dirigido a los puntos más débiles de la naturaleza humana (Mat. 4: 1-11; cf. 2 Cor. 2:11; Efe. 2: 2; 4: 17; 1 Ped. 2:11; 5: 8). Es mucho más fácil enfrentar al enemigo declarado que al que se oculta tras el engaño. La armadura de Dios está hecha para defender precisamente contra este tipo de ataques llenos de astucia, que de otra manera destruirían al combatiente cristiano.

Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, tomo 6, página 1118. 10-12 (ver EGW com. 2 Cor. 11: 14; Apoc. 12: 17) Luchando con poderes invisibles.- [Se cita Efe. 6: 10-18.] En la Palabra de Dios se describen dos bandos opuestos que influyen sobre los seres humanos en nuestro mundo, y los dominan. Esos bandos están actuando constantemente sobre cada ser humano. Los que están bajo el dominio de Dios y la influencia de los ángeles celestiales, podrán discernir las astutas artimañas de los poderes invisibles de las tinieblas. Los que desean estar en armonía con los agentes (1119) celestiales, debieran ser sumamente fervientes en cumplir la voluntad de Dios. No deben dar la menor cabida a Satanás y a sus ángeles.

Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, página 1119:Pero a menos que estemos constantemente en guardia, seremos vencidos por el enemigo. Aunque a todos ha sido manifestada una solemne revelación de la voluntad de Dios acerca de nosotros, sin embargo, el conocimiento de esa voluntad no excluye la necesidad de elevar fervientes súplicas a Dios en busca de ayuda, y procurar diligentemente cooperar con él en respuesta a las oraciones ofrecidas. El cumple sus propósitos por medio de instrumentos humanos (MS 95, 1903). 11. La armadura completa es esencial.- Dios desea que cada uno tenga toda la armadura puesta, listo para la gran revista (MS 63, 1908).

Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, página 1119:12 (Eze. 28: 17; Apoc. 12: 7-9; ver EGW com. Sal. 17; Dan. 10: 13; 2 Cor. 2: 11; Gál. 5: 17; Apoc. 16: 13-16). Una batalla contra principados y potestades.- Si los seres humanos pudieran conocer el número de los ángeles malos, si pudieran conocer sus artificios y su actividad, habría mucho menos orgullo y frivolidad. Satanás es el príncipe de los demonios. Los ángeles malos sobre los cuales gobierna cumplen sus órdenes. Mediante ellos multiplica sus agentes por todo el mundo. Instiga todo el mal que existe en nuestro mundo pero aunque los principados y las potestades de las tinieblas son muchos en número e incesantes en su actividad, sin embargo, el cristiano nunca debiera sentirse desvalido o desanimado. No podrá tener la esperanza de escapar de la tentación porque merme la eficiencia satánica. El que envió una legión para torturar a un ser humano, no puede ser rechazado únicamente por la sabiduría humana ni por el poder humano.

Hablando de Satanás, el Señor declara que no había verdad en él. Una vez fue hermoso, resplandeciente de luz; pero la Palabra de Dios declara de él: «Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura».

Satanás instigó a otros a rebelarse, y después de que fueron expulsados del cielo los reunió en una alianza para hacer todo el mal posible al hombre, como el único medio de herir a Dios. Ya excluido del cielo, resolvió vengarse haciendo daño a la hechura de Dios. Malos obreros de todas las generaciones se han reunido alrededor del estandarte de rebelión que él estableció. Los ángeles malos se han unido con hombres malos en una lucha contra el reino de Cristo.

El propósito de Satanás ha sido reproducir su propio carácter en los seres humanos. Tan pronto como fue creado el hombre, Satanás resolvió borrar de él la imagen de Dios y colocar su sello donde debiera estar el de Dios. Y ha tenido éxito en instalar en el corazón del hombre el espíritu de envidia, de odio, de ambición. En este mundo ha establecido un reino de oscuridad, del cual él es príncipe, el caudillo de los delitos. Deseaba usurpar el trono de Dios. Como ha fracasado en esto, ha actuado a oscuras en la ilegalidad, en engaño, para usurpar un lugar en los corazones de los hombres. Ha establecido su trono entre Dios y el hombre para apropiarse de la adoración que sólo pertenece a Dios (MS 33, 1911).

Heb. 1: 14.) ¿Bajo el control de quién? Quiero que consideréis en qué clase de posición quedaríamos si no hubiera sido por el ministerio de los santos ángeles. . . «No tenemos lucha contra sangre y carne». Hacemos frente a la oposición de hombres; pero hay alguien que está detrás de esa oposición: es el príncipe de las potestades de las tinieblas con sus malos ángeles, que están constantemente en acción; y necesitamos tener en cuenta -todos nosotros- que nuestra guerra es «contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo».

Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, página 1120: ¿Quién es el que está rigiendo el mundo hoy día, y quiénes son los que han elegido estar bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas? Sí, es casi todo el mundo. Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido como su caudillo al príncipe de las tinieblas, y tan pronto como están bajo su estandarte, están en relación con sus ángeles malos. La mente de los hombres está siendo controlada, o bien por los ángeles malos, o por los ángeles de Dios. Nuestra mente está entregada al dominio de Dios, o al dominio de los poderes de las tinieblas; y sería bueno que sepamos dónde nos encontramos hoy: si bajo el estandarte teñido en sangre del Príncipe Emanuel, o bajo el negro estandarte de los poderes de las tinieblas.

Debemos hacer toda la preparación que podamos para resistir al enemigo de las almas. Se han tomado todas las medidas; en el plan de Dios se ha dispuesto todo para que el hombre no sea abandonado a sus propios impulsos, a sus facultades limitadas para continuar la lucha contra los poderes de las tinieblas, porque ciertamente fracasaría si fuera abandonado a sí mismo (MS 1, 1890).

(Sal. 34: 7.) Fieles centinelas en guardia. Hay ángeles buenos y malos. Satanás siempre está alerta para engañar y extraviar. Usa toda fascinación para seducir a los hombres a que entren en el camino ancho de la desobediencia. Actúa para confundir los entendimientos con conceptos erróneos, y para eliminar las señales colocando su falsa inscripción en las indicaciones que Dios ha establecido para indicar el camino correcto. Debido a que estos instrumentos de maldad se esfuerzan por eclipsar del alma todo rayo de luz, es por lo que se ha dispuesto que seres celestiales hagan su obra de ministrar, guiar, proteger y controlar a los que serán herederos de salvación. Nadie debe desesperarse debido a sus tendencias heredadas hacia el mal; pero cuando el Espíritu de Dios convence de pecado, el pecador debe arrepentirse, confesar y abandonar el mal. Centinelas fieles están en guardia para dirigir a las almas por sendas de rectitud (MS 8, 1900).

Constante lucha de los ángeles.- Si se descorriera la cortina y cada uno pudiera percibir las actividades constantes de la familia celestial para preservar a los habitantes de la tierra de las seductoras supercherías de Satanás, para que debido a su descuido no sean descarriadas por la estrategia satánica, perderían mucha de su confianza propia y autosuficiencia. Verían que los ejércitos del cielo están en continua lucha con los instrumentos satánicos para ganar victorias en favor de aquellos que no se dan cuenta de su peligro, y que siguen en su inconsciente indiferencia (MS 32, 1900).

16. Ver EGW com. Col. 3: 3.

4TI, página 588: Nadie puede servir a Dios sin tener que resistir a los malos hombres y a los malos ángeles. Los malos espíritus serán enviados a perseguir a toda alma que procure unirse a las filas de Cristo pues Satanás desea recuperar la presa que le fue arrebatada. Los hombres malos se rendirán ante grandes engaños, creerán en ellos y se perderán. Estos hombres se cubrirán con vestiduras de sinceridad, y engañarán, si fuese posible, a los mismos escogidos.

Joyas de los Testimonios, tomo 1, páginas 117-124: El poder de Satanás:

 El hombre caído es el cautivo legítimo de Satanás. La misión de Cristo consistió en rescatarlo del poder de su gran adversario. El hombre se inclina por naturaleza a seguir las sugestiones de Satanás, y no puede resistir con éxito a un enemigo tan terrible, a menos que Cristo, el poderoso Conquistador, more en él, guíe sus deseos y le fortalezca. Dios solo puede limitar el poder de Satanás. Este va de aquí para allá por la tierra, recorriéndola de un lado al otro. Ni por un solo instante está desprevenido, por temor a perder una oportunidad de destruir las almas. Es importante que los hijos de Dios entiendan esto a fin de poder evitar sus trampas. Satanás está preparando sus engaños, para que en su última campaña contra el pueblo de Dios, éste no entienda que se trata de él. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz.” 2 Corintios 11:14. Mientras que algunas almas engañadas sostienen que él no existe, las está llevando cautivas y trabaja extensamente por su medio. Satanás conoce mejor que los hijos de Dios el poder que ellos pueden tener sobre él cuando su fuerza está en Cristo. Cuando el más débil creyente en la verdad solicita humildemente ayuda al poderoso Conquistador, confiando firmemente en Cristo, puede repeler con éxito a Satanás y toda su hueste. El es demasiado astuto para presentar abierta y audazmente sus tentaciones, porque entonces se despertarían las soñolientas energías del cristiano, y éste confiaría en el poderoso Libertador. Pero se presenta inadvertido, y obra por engaño mediante los hijos de desobediencia que profesan la piedad. Satanás recurrirá a todo su poder para acosar, tentar y desviar al pueblo de Dios. El que se atrevió a enfrentarse con nuestro Señor para tentarlo y desafiarlo, y que tuvo poder para tomarlo en sus brazos y llevarlo al pináculo del templo, y hasta la cumbre de una altísima montaña ejercerá su poder hasta un grado asombroso sobre la presente generación, que dista mucho de tener la sabiduría de su Señor, y que ignora casi completamente la sutileza y fuerza de Satanás. De manera maravillosa afectará el cuerpo de los que están por naturaleza inclinados a hacer su voluntad. Satanás se regocija cuando se lo considera como un mito. Cuando es objeto de burlas y representado por alguna ilustración infantil, o como algún animal, ello le conviene perfectamente. Como se le cree tan inferior, las mentes humanas están completamente desprevenidas ante sus planes sabiamente trazados, y él tiene casi siempre éxito. Si su poder y sutileza fuesen comprendidos, muchos estarían preparados para resistirle victoriosamente. Todos debieran entender que Satanás fué una vez un ángel muy exaltado. Su rebelión hizo que fuera echado del cielo, pero no destruyó sus facultades ni hizo de él una bestia. Desde su caída volvió su poderosa fuerza contra el gobierno del cielo. Se ha estado volviendo más astuto, y ha aprendido de qué manera puede triunfar más completamente al presentar sus tentaciones a los hijos de los hombres.

Los engaños de Satanás

Satanás ha inventado fábulas a fin de engañar. Principió en el cielo a guerrear contra el fundamento del gobierno de Dios, y desde su caída ha persistido en su rebelión contra la ley de Dios, y ha inducido a la mayoría de los que profesan el cristianismo a hollar el cuarto mandamiento, que presenta al Dios viviente. Arrancó el sábado original del Decálogo, y puso en su lugar uno de los días hábiles de la semana. La gran mentira original que le dijo a Eva en el Edén: “De seguro que no moriréis” (Génesis 3:4, VM), fué el primer sermón que se predicó sobre la inmortalidad del alma. Fué coronado de éxito, y le siguieron resultados desastrosos. Satanás ha logrado que muchas mentes acepten ese sermón como si fuera verdad, y los predicadores lo proclaman, lo cantan y lo mencionan en sus oraciones. Se están popularizando rápidamente las fábulas de que el diablo no existe y de que habrá un tiempo de prueba después de la venida de Cristo. Las Escrituras aseveran claramente que el destino de toda persona quedará fijado para siempre al momento de la venida del Señor. “El que es injusto, sea injusto todavía: y el que es sucio, ensúciese todavía: y el que es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía. Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.” Apocalipsis 22:11, 12.Satanás se ha aprovechado de las fábulas populares para ocultarse. Se presenta a los pobres y engañados mortales mediante el espiritismo moderno, el cual no impone limitaciones a los de ánimo carnal, y cuando se sigue, separa las familias, crea celos y odio, y concede libertad a las más degradantes propensiones. El mundo sabe muy poco todavía de la influencia corruptora del espiritismo. Se levantó el telón, y se me reveló gran parte de su obra devastadora. Vi a algunas personas que habían tenido experiencia en el espiritismo, y renunciado después a él, que se estremecen al considerar cuán cerca se hallaron de la ruina completa. Habían perdido el dominio propio, y Satanás las obligaba a hacer lo que detestaban. Pero aun dichas personas tienen tan sólo una débil idea de lo que es el espiritismo. Los ministros inspirados por Satanás pueden revestir con elocuencia este monstruo abominable, ocultar su deformidad y hacerlo aparecer hermoso ante muchos. Pero proviene tan directamente de su majestad satánica, que él sostiene tener el derecho de dominar a cuantos tengan algo que ver con él, porque se han aventurado sobre terreno prohibido y han perdido todo derecho a ser protegidos por su Hacedor. Algunas pobres almas, fascinadas por las palabras elocuentes de los maestros del espiritismo, se entregan a su influencia; más tarde descubren su carácter mortífero y quisieran renunciar a él y huir, pero no pueden. Satanás las retiene por su poder, y no quiere dejarlas en libertad. El sabe que le pertenecen seguramente mientras se hallan bajo su dominio especial, pero que una vez libres de su poder, nunca las podría inducir a creer ya en el espiritismo, ni a colocarse tan directamente bajo su dominio. La única manera en que estas pobres almas pueden vencer a Satanás, consiste en discernir entre la pura verdad de la Biblia y las fábulas. Al reconocer las exigencias de la verdad, se sitúan donde pueden ser ayudadas. Debieran rogar a aquellos que han tenido experiencia religiosa, y tienen fe en las promesas de Dios, que intercedan en su favor ante el poderoso Libertador. Ello representará un conflicto reñido. Satanás reforzará su contingente de ángeles malos que han dominado a estas personas; pero si los santos de Dios, con profunda humildad, oran y ayunan, sus oraciones prevalecerán. Jesús comisionará a ángeles santos para resistir a Satanás, y éste será ahuyentado y su poder sobre los afligidos, quebrantado. “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” Marcos 9:29.

La palabra de Dios nos protege

Los predicadores populares no pueden resistir con éxito al espiritismo. No tienen nada con que proteger a sus rebaños de su influencia nefasta. Gran parte de los tristes resultados del espiritismo recaerá sobre los ministros de esta época, porque han pisoteado la verdad, y preferido las fábulas. El sermón que Satanás predicó a Eva con referencia a la inmortalidad del alma: “No moriréis,” lo han reiterado desde el púlpito, y la gente lo recibe como pura verdad bíblica. Tal es el fundamento del espiritismo. En ninguna parte enseña la Palabra de Dios que el hombre es inmortal. La inmortalidad es atributo de Dios únicamente, “quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.” 1 Timoteo 6:16.La Palabra de Dios, debidamente comprendida y aplicada, es una salvaguardia contra el espiritismo. La teoría de un infierno que arde eternamente, predicada desde el púlpito, y presentada constantemente a la gente, representa una injusticia para el carácter benevolente de Dios. Le presenta como el mayor tirano del universo. Este difundido dogma ha hecho volver a millares hacia el universalismo, la incredulidad y el ateísmo. La Palabra de Dios es clara. Es una recta cadena de verdad, y resultará un ancla para aquellos que estén dispuestos a recibirla, aun cuando hayan de sacrificar sus apreciadas fábulas. Ella los salvará de los terribles engaños de estos tiempos peligrosos. Satanás ha inducido a los predicadores de las diferentes iglesias a aferrarse tenazmente a sus errores populares, como indujo a los judíos a aferrarse en su ceguera a sus sacrificios y a crucificar a Cristo. El rechazamiento de la luz y la verdad deja a los hombres cautivos, sujetos a los engaños de Satanás. Cuanto mayor es la luz que rechazan, tanto mayor será el poder del engaño y de las tinieblas que los sobrecogerán. Me fué mostrado que el verdadero pueblo de Dios es la sal de la tierra y la luz del mundo. Dios requiere de él que progrese continuamente en el conocimiento de la verdad, y en el camino de santidad. Entonces comprenderá cómo llega Satanás y con la fuerza de Jesús, le resistirá. Satanás llamará en su ayuda legiones de sus ángeles para oponerse a los progresos hasta de un alma, y si posible fuese, la arrebataría de las manos de Cristo.

La contienda por las almas

Vi a los malos ángeles contender por las almas, y a los ángeles de Dios resistirles. El conflicto era intenso. Los malos ángeles estaban corrompiendo la atmósfera con su influencia venenosa, y se cernían en tropel alrededor de aquellas almas para entumecer su sensibilidad. Los ángeles santos estaban mirando con ansiedad, y esperando para rechazar las huestes de Satanás. Pero no es obra de los ángeles buenos dominar las mentes de los hombres contra su voluntad. Si ellos se entregan al enemigo y no hacen esfuerzo para resistirle, entonces los ángeles de Dios no pueden hacer mucho más que mantener en jaque a la hueste de Satanás, para que no destruya a los que están en peligro, hasta que se les haya dado mayor luz con el fin de despertarlos y hacerlos mirar al Cielo en procura de ayuda. Jesús no comisionará a los ángeles santos para que libren a los que no se esfuerzan por ayudarse a sí mismos. Si Satanás ve que corre peligro de perder a un alma, hace cuanto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a darse cuenta del peligro que corre, y con angustia y fervor busca fortaleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren.Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. El continúa llamando legiones de malos ángeles, para lograr su objeto. Cuando los ángeles todopoderosos, revestidos de la armadura del cielo, acuden en auxilio del alma perseguida y desfalleciente, Satanás y su hueste retroceden, sabiendo perfectamente que han perdido la batalla. Los voluntarios súbditos de Satanás son fieles, activos y unidos en un propósito, y aunque se aborrecen y se hacen guerra mutuamente, aprovechan toda oportunidad para fomentar su interés común. Pero el gran General del cielo y de la tierra ha limitado el poder de Satanás. Lo que he experimentado ha sido singular, y durante años he sufrido pruebas mentales peculiares. La condición del pueblo de Dios y mi relación con la obra de Dios, me han abrumado a menudo con un peso de tristeza y desaliento indecible. Durante años, he considerado al sepulcro como un dulce lugar de reposo. En mi última visión, pregunté a mi ángel acompañante por qué se me dejaba sufrir tal perplejidad mental, y por qué era tan a menudo arrojada al terreno de batalla de Satanás. Rogué que si había de estar tan íntimamente relacionada con la causa de la verdad, fuese librada de estas pruebas severas. Hay poder y fuerza en los ángeles de Dios, y yo rogué que ellos me escudasen. Entonces se me presentó nuestra vida pasada, y se me mostró que Satanás había tratado de varias maneras de destruir nuestra utilidad; que muchas veces había hecho sus planes para apartarnos de la obra de Dios; se había presentado de diferentes maneras y por medio de diversos expedientes, para lograr sus propósitos; pero el ministerio de los santos ángeles le había derrotado. Vi que, en nuestros viajes de lugar en lugar, con frecuencia había colocado a sus malos ángeles en nuestra senda para causar un accidente que nos ocasionase la muerte; pero los santos ángeles fueron enviados al lugar para librarnos. Diversos accidentes nos pusieron a mi esposo y a mí misma en grave peligro, y nuestra salvación ha sido maravillosa. Vi que habíamos sido objeto especial de los ataques de Satanás, por causa de nuestro interés en la obra de Dios y nuestra relación con ella; y al ver el gran cuidado que Dios ejerce en todo momento en favor de quienes le aman y le temen cobré confianza en Dios, y me sentí reprendida por mi falta de fe.*****Mediante la manifestación de un poder sobrenatural, al utilizar a la serpiente como agente suyo, Satanás hizo caer a Adán y Eva en el Edén. Antes que termine el tiempo realizará prodigios aun mayores. Hasta donde alcance su poder, realizará verdaderos milagros. Dice la Escritura: “Engaña a los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer” (Apocalipsis 13:14); no simplemente por lo que pretende hacer. En este pasaje se presenta algo más que imposturas. Pero hay un límite que Satanás no puede superar; y entonces recurre al engaño y falsifica la obra que no puede realizar en verdad. En los postreros días se presentará de tal manera que hará creer a los hombres que es Cristo venido por segunda vez al mundo. Se transformará en verdad en un ángel de luz. Pero, aunque tenga la apariencia de Cristo en todo detalle exterior, no engañará sino a aquellos que, como el antiguo Faraón, procuran resistir a la verdad.

12 porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

12. Sangre y carne. sarx kai áima.Pablo no quiso decir con «sangre y carne» que los cristianos no se enfrentarían a enemigos humanos, pues la iglesia siempre ha sufrido a manos de hombres impíos. Sí afirma que la lucha es contra espíritus y poderes muy superiores a los hombres en inteligencia y en pervertida astucia: las fuerzas satánicas que están preparadas en orden de batalla y en rebelión abierta contra Dios y sus hijos. El conflicto entre Cristo y Satanás no es de dimensiones locales o terrenales sino de significación cósmica: abarca todo el universo de Dios.

Principados.(arjé) . . potestades (exousía). Ver com. Rom. 8: 38; Efe. 1: 21; cf. Efe. 3: 10; Col. 2: 15.

Los gobernadores (kosmokrátor). . . de este siglo (aion). La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto: «los gobernadores mundiales de esta tinieblas». Ver com. Rom. 8: 38. Es evidente que Pablo se refiere a espíritus con individualidad propia, los cuales ejercen cierto grado de autoridad sobre el mundo. Compárese esta declaración con la frase «príncipe de este mundo» (Juan 12: 31 ; 14: 30; 16: 11), que describe a Satanás. La naturaleza personal del demonio era también evidente para el escritor del Apocalipsis (cap. 2: 10; 12: 10).

En las regiones celestes (epouranios) . Ver com. cap. 1: 3.

Maravillosa Gracia de Dios, página 36: El mundo caído es el campo de batalla del mayor conflicto que el universo celestial y los poderes de la tierra hayan presenciado jamás. Fue señalado como el escenario en el cual se libraría la mayor lucha entre el bien y el mal, entre el cielo y el infierno. Todo ser humano desempeña una parte en este conflicto. Nadie puede permanecer en terreno neutral. Los hombres pueden aceptar o rechazar al Redentor del mundo. Todos son testigos, en favor o en contra de Cristo. Cristo llama a los que se alistan bajo su estandarte para que entren con él en el conflicto como fieles soldados, para que puedan heredar la corona de la vida.—Hijos e Hijas de Dios, 244.

Cada día debemos librar combates. Una gran batalla se libra en cada alma, entre el príncipe de las tinieblas y el de la vida… Como instrumentos de Dios, debéis someteros a él, para que él pueda planear, dirigir y librar la batalla por vosotros, con vuestra cooperación. El Príncipe de la vida está al frente de su obra. Os acompañará en vuestro combate cotidiano contra el yo, para que podáis ser leales a los principios, para que la pasión, cuando luche por obtener el predominio, sea sometida por la gracia de Cristo; para que salgáis más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Jesús ha estado en el campo de batalla. Conoce el poder de cada tentación. Sabe cómo afrontar cada emergencia, y cómo guiaros por toda senda de peligro.—Ibid. 162. (Traducción revisada.)

Dios tendrá un pueblo celoso para las buenas obras, firme en medio de las contaminaciones de esta época de degeneración. Habrá un pueblo cuyos miembros se aferrarán de tal manera a la fuerza divina que podrán resistir a toda tentación. Los malos anuncios que se ven en llamativos carteles pueden tratar de hablar a sus sentidos y corromper su mente, pero estarán de tal manera unidos con Dios y los ángeles que serán como quienes no ven ni oyen. Tienen que hacer una obra que nadie puede hacer por ellos, la cual consiste en pelear la buena batalla de la fe y echar mano de la vida eterna.—Joyas de los Testimonios 1:398, 399.

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

13. Por tanto. Es decir, debido a la naturaleza del conflicto descrito en el vers. 12.

Tomad. (analambano) Toda la armadura de Dios está lista para que la usemos, y Pablo aconseja al cristiano que se la ponga. Un ejército debe estar plenamente pertrechado antes de salir al campo de batalla; el cristiano también debe estar bien preparado con toda su armadura espiritual antes de enfrentarse al diablo, pues de lo contrario será inevitablemente derrotado.

Toda la armadura. (panoplía)Ver com. vers. 11. Un soldado protegido con sólo la mitad de la armadura, puede pagar muy caro su descuido y temeridad. Saldrá a la batalla con un falso sentido de seguridad, pues el enemigo sin duda atacará las partes desprovistas de protección. El cristiano es vulnerable en muchos puntos, y a menudo aquello que piensa que es su punto más fuerte, ante la tentación resulta ser el más débil. Así como una cadena no es más fuerte que su eslabón más endeble, el cristiano no es más fuerte que su rasgo de carácter más deficiente. Debido a la variedad de enemigos que deben ser enfrentados y a las muchas debilidades de la carne, únicamente será suficiente la armadura completa.

El día malo. (ponero heméra) Algunos han aplicado estas palabras al gran conflicto final entre la iglesia y las fuerzas del mal. El artículo definido que se utiliza da base a esta idea; sin embargo, otros aplican «día malo», de un modo más general, a cualquier día cuando la batalla sea especialmente intensa.

Habiendo acabado todo. Katergazomai  apas. Se refiere probablemente a haber hecho todos los preparativos posibles para librar el conflicto. Algunos lo aplican al cristiano que ha hecho todo lo que ha estado a su alcance durante el conflicto. La confianza en Dios nunca priva al cristiano del privilegio de ejercer al máximo las facultades que ha recibido de Dios. Es cierto que la batalla nunca será ganada sin la armadura y el poder de Dios; pero no es menos cierto que no será ganada sin la cooperación de lo humano con lo divino (ver DMJ 120).

Estar firmes. (Histemi) El cristiano, después de haber hecho lo máximo por la gracia de Dios, puede sentirse seguro.

Maravillosa Gracia de Dios, página 28: La fortaleza de un ejército se mide mayormente por la eficiencia de los hombres que se encuentran en sus filas. Un general sabio instruye a sus oficiales a fin de que entrenen a cada soldado para el servicio activo. Trata de desarrollar la mayor eficiencia posible de parte de todos. Si tuviera que depender sólo de sus oficiales no podría esperar dirigir una campaña de buen éxito. Cuenta con el servicio leal e infatigable de cada hombre de su ejército. La responsabilidad descansa mayormente sobre los hombres que están en las filas. Lo mismo ocurre en el ejército del Príncipe Emanuel. Nuestro General, que jamás ha perdido batalla, espera un servicio voluntario y fiel de todos los que se han alistado bajo su bandera. Espera que todos, tanto laicos como ministros, tomen parte en el conflicto final que se está librando ahora entre las fuerzas del bien y las huestes del mal. Todos los que se han alistado como soldados suyos deben rendir como milicianos un servicio fiel, con un agudo sentido de la responsabilidad que reposa sobre ellos como individuos.—Testimonies for the Church 9:116.

No todos los que entran en el ejército van a ser generales, capitanes, sargentos, ni siquiera cabos. No todos han de tener ni los cuidados ni las responsabilidades de los dirigentes. Pero hay que cumplir muchas otras arduas tareas de otra clase. Algunos tendrán que cavar trincheras o construir fortificaciones; otros permanecerán como centinelas; algunos otros llevarán mensajes. Si bien es cierto que se necesitan pocos oficiales, se requieren muchos soldados para formar las filas del ejército; no obstante, el buen éxito depende de la fidelidad de cada soldado. La cobardía o la traición de un solo hombre puede acarrear desastre al ejército entero. Hay una obra ferviente que debe ser hecha por nosotros individualmente si queremos librar la buena batalla de la fe. Están en juego intereses eternos. Debemos revestirnos de toda la armadura de justicia, debemos resistir al diablo, y tenemos la segura promesa de que se batirá en retirada.—Testimonies for the Church 5:394, 395.

14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,

14. Estad, pues, firmes. El orden en que se escriben las partes de la armadura es probablemente el mismo que seguía un soldado romano cuando se la ponía; por lo tanto, existe una secuencia lógica de ideas. La figura es una grandiosa culminación de uno de los pasajes más profundos que alguna vez se haya escrito.

Ceñidos. Perizonimi. El cinto que ceñía al soldado mantenía unidas todas las partes de su armadura, que de otro modo le habrían estorbado los movimientos.

El cinto era una faja de tela o de cuero que acostumbran llevar los orientales para ceñirse cuando quieren correr, pelear o trabajar; en el campo y en el taller, las vestiduras sueltas que les caen hasta los pies. Era sí­mbolo de la actividad y la eficiencia (1 S. 2:4; Jb. 12:18; Is. 45:5; Hch. 12:8). El cinturón apretado aumenta la fuerza de resistencia; luego sirve como sí­mil de la fortaleza cristiana (Ef. 6:14; 1 P. 1:15).

La verdad. Aletheia. La verdad en su dimensión abstracta, como lo indica la ausencia del artículo en el original griego. La verdad de la cual se habla aquí es más que probidad personal; es la verdad de Dios abrigada en el corazón, que se ha arraigado y que mueve la vida. Cf. 1 Cor. 5: 8; 2 Cor. 7: 14; 11: 10; Efe. 5: 9; Fil. 1: 18, donde la misma palabra recibe un sentido similar. La hipocresía de los fariseos fue lo que motivó la condenación que Jesús pronunció sobre ellos (Mat. 23). Si la verdad y la integridad no permanecen en el campo de la religión, en ¿dónde prevalecerán?

Maravillosa Gracia de Dios, página 30: Fuera de la verdad no hay absolutamente ninguna salvaguardia contra el mal. Ningún hombre en cuyo corazón no more la verdad puede permanecer firme en favor de la justicia. Sólo hay un poder capaz de hacernos y mantenernos inconmovibles: el poder de Dios que se nos imparte mediante la gracia de Cristo.—In Heavenly Places, 179.Y en la iglesia son muchos los que se figuran comprender lo que creen, y no se percatarán de su propia debilidad mientras no se levante una controversia. Cuando estén separados de los que sostienen la misma fe, y estén obligados a destacarse solos para explicar su creencia, se sorprenderán al ver cuán confusas son sus ideas de lo que habían aceptado como verdad…El Señor invita a todos los que creen su Palabra a que despierten. Ha llegado una luz preciosa, apropiada para este tiempo. Es la verdad bíblica, que muestra los peligros que están por sobrecogernos. Esta luz debe inducirnos a un estudio diligente de las Escrituras, y a un examen muy crítico de las creencias que sostenemos… Los creyentes no han de confiar en suposiciones e ideas mal definidas de lo que constituye la verdad. Su fe debe estar firmemente basada en la Palabra de Dios, de manera que cuando llegue el tiempo de prueba, y sean llevados ante concilios para responder por su fe, puedan dar razón de la esperanza que hay en ellos, con mansedumbre y temor…Las enseñanzas erróneas de la teología popular han hecho miles y miles de escépticos e incrédulos. Hay errores e inconsecuencias que muchos denuncian como enseñanza de la Biblia, que son realmente interpretaciones falsas de la Escritura. . . En vez de criticar la Biblia, tratemos, por nuestros preceptos y ejemplo, de presentar al mundo sus verdades sagradas y vivificadoras, a fin de que podamos anunciar “las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a la luz admirable”. 1 Pedro 2:9.—Joyas de los Testimonios 2:312-316.La verdad permanece firmemente establecida en la Roca eterna: un fundamento que la tormenta no puede conmover… No arriéis el estandarte de la verdad.—Testimonies for the Church 8:162.

Coraza. (torax) Cf. Isa. 59: 17, 1 Tes. 5: 8. Así como la coraza protegía el corazón del soldado, la justicia conservar la vida del creyente y protege los «órganos vitales» de su vida espiritual.

Era una defensa para el pecho; consistí­a en una protección de cuero o de lona fuerte en la que se cosí­an o remataban placas de bronce y, posteriormente, de hierro; también se usaron con escamas y cotas de malla. Se usa, en sentido figurado: (a) De justicia (para Cristo) (Is. 59:17); también para el conflicto del cristiano en los lugares celestiales (Ef. 6:14). (b) De fe y amor (para el desierto) (1 Ts. 5:8). (c) De hierro (revistiendo a una plaga atacante) (Ap. 9:9).

Justicia. (dikayosune) Algunos ven aquí la justicia de Cristo que cubre al hijo de Dios; otros, la lealtad personal del cristiano a los principios. Ambos aspectos de la justicia son esenciales para un combate victorioso; Pablo probablemente tenía ambos en cuenta. Acerca del concepto de justicia, ver com. Rom.1: 17.

Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, página 1119:11-17. La coraza de justicia.- Debemos ponernos cada parte de la armadura, y luego mantenernos firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como sus soldados. Luchemos valientemente para él procediendo correctamente en cada transacción. La rectitud en todas las cosas es esencial para el bienestar del alma. Mientras luchéis esforzadamente por la victoria sobre vuestras propias inclinaciones, Dios os ayudará mediante su Espíritu Santo para que seáis cautelosos en cada acción, de modo que no deis ocasión para que el enemigo hable mal de la verdad. Poneos como vuestra coraza esa justicia divinamente protegida que todos tienen el privilegio de llevar. Ella protegerá vuestra vida espiritual (YI 12-9-1901)

Ángeles cerca para protegernos.- Si tenemos puesta la armadura celestial, descubriremos que los asaltos del enemigo no tendrán poder sobre nosotros. Nos rodearán ángeles de Dios para protegernos (RH 25-5-1905).

Maravillosa Gracia de Dios, página 31: Debemos cubrirnos con cada pieza de la armadura, y entonces permanecer firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como soldados suyos. Combatamos valientemente por él, poniéndonos de parte de lo recto en toda circunstancia… Revestíos de esa justicia divinamente protegida, como coraza que todos tenemos el privilegio de usar. Protegerá vuestra vida espiritual.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1119.

Se ha hecho amplia provisión para todos aquellos que sincera, ferviente y concienzudamente se dedican a la tarea de perfeccionar la santidad en el temor de Dios. Fortaleza, gracia y gloria han sido provistas por medio de Cristo, que serán traídas por los ángeles ministradores a los herederos de salvación. Nadie es tan abyecto, tan corrompido y tan vil, que no pueda encontrar en Jesús, que murió por él, fortaleza, pureza y justicia, si quiere abandonar sus pecados, si quiere poner fin a su conducta inicua, y volverse con pleno propósito de corazón al Dios viviente. El aguarda para despojarlos de sus ropajes, manchados y contaminados por el pecado, y para revestirlos de los mantos de justicia, blancos y resplandecientes.—Testimonies for the Church 2:453.

Los que son verdaderamente justos y con sinceridad aman y temen a Dios, lucen el manto de la justicia de Cristo tanto en la prosperidad como en la adversidad. La abnegación, el sacrificio propio, la benevolencia, la bondad, el amor, la paciencia, la fortaleza y la confianza cristiana son los frutos cotidianos que llevan aquellos que están realmente vinculados con Dios. Sus actos pueden no ser publicados al mundo, pero ellos están luchando todos los días contra el mal, ganando preciosas victorias contra la tentación y el error.—Edificación del Carácter y Formación de la Personalidad, 13.

Todos los que se hayan revestido del manto de la justicia de Cristo subsistirán delante de él como escogidos fieles y veraces. Satanás no puede arrancarlos de la mano de Cristo. Este no dejará que una sola alma que con arrepentimiento y fe haya pedido su protección caiga bajo el poder del enemigo.—La Historia de Profetas y Reyes, 431.

15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz

15. Calzados los pies. Los soldados romanos se protegían las piernas con grebas (una especie de canilleras), y calzaban sandalias. Esto era necesario para no estorbar los movimientos en un terreno escarpado. Tenían que poder afirmarse bien para resistir los ataques.

Calzado (heb. generalmente na’al, “sandalia”, “calzado” gr. hupód”ma, “calzado”; sandálion, “sandalia”). Los calzados en tiempos bí­blicos eran por lo general sandalias de cuero, o de juncos retorcidos, que consistí­an de suelas unidas a los pies mediante tiras o correas (heb. í‘erôk y gr. himás; Gen 14:23; Isa 5:27, BJ; Mar 1:7; Luk 3:16; Joh 1:27)

Apresto. O «preparación». La figura que emplea Pablo sugiere que las sandalias servían al soldado para estar firme, y no tanto para correr. Por lo tanto, el cuadro que se presenta es diferente del que encontramos en Isa. 52: 7.

Maravillosa Gracia de Dios, página 32: Vivimos en medio de una “epidemia de crímenes”, frente a la cual, en todas partes, los hombres pensadores y temerosos de Dios se sienten horrorizados… Cada día trae su porción de aflicciones para el corazón en lo que se refiere a violencias, anarquía, indiferencia para con los padecimientos humanos, brutalidades y muertes alevosas. Cada día confirma el aumento de la locura, los asesinatos y los suicidios. ¿Quién puede dudar de que los agentes de Satanás están obrando entre los hombres con creciente actividad, para perturbar y corromper la mente, manchar y destruir el cuerpo? Y mientras que abundan estos males en el mundo, es demasiado frecuente que el Evangelio se predique con tanta indiferencia que no hace sino una débil impresión en la conciencia o la conducta de los hombres. En todas partes hay corazones que claman por algo que no poseen. Suspiran por una fuerza que les dé dominio sobre el pecado, una fuerza que los libre de la esclavitud del mal, una fuerza que les dé salud, vida y paz.—El Ministerio de Curación, 101, 102.

El Evangelio es un mensaje de paz. El cristianismo es un sistema que, de ser recibido y practicado, derramaría paz, armonía y dicha por toda la tierra. La religión de Cristo unirá en estrecha fraternidad a todos los que acepten sus enseñanzas.—El Conflicto de los Siglos, 50, 51.

La paz de Cristo nace de la verdad. Está en armonía con Dios. El mundo está en enemistad con la ley de Dios; los pecadores están, en enemistad con su Hacedor; y como resultado, están en enemistad unos con otros… Los hombres no pueden fabricar la paz. Los planes humanos, para la purificación y elevación de los individuos o de la sociedad, no lograrán la paz, porque no alcanzan al corazón. El único poder que puede crear o perpetuar la paz verdadera es la gracia de Cristo. Cuando ésta esté implantada en el corazón, desalojará las malas pasiones que causan luchas y disensiones.—El Deseado de Todas las Gentes, 270.

Los rostros de los hombres y mujeres que andan y trabajan con Dios expresan la paz del cielo. Están rodeados por la atmósfera celestial. Para esas almas, el reino de Dios empezó ya.—Ibid. 279.

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

16. Sobre todo. La evidencia textual (cf. p. 10) establece el texto «en todo». «Siempre» (BJ); «en todas ocasiones» (BC); «en todo momento» (NC). Podría ser una indicación de que la fe está ligada esencialmente con todas las partes de la armadura, o de que la fe debe ejercerse en toda circunstancia.

El escudo. (tyreo) El escudo romano era grande, más largo que ancho, hecho de madera y cubierto de cuero. Sus medidas aproximadas eran 1, 20 m de largo y 0,60 m de ancho, suficiente para cubrir el cuerpo del soldado.

Los habí­a de dos clases: el pequeño, redondo o bien ovalado (“magen”: Pr. 6:11; 1 S. 17:7, 41; 1 R. 10:16; etc.), y el grande, alargado (“sinna”), que al hombre bien armado le serví­a para la lucha cuerpo a cuerpo.

La fe. (pistís)»Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe» (1 Juan 5: 4). Esta fe es activa como el escudo que se interpone para interceptar los dardos encendidos. También es pasiva, pues confía en la liberación que viene de Dios. Ante el impacto de la tentación, cualquiera que sea, la fe es la que nos restaura la confianza y nos capacita para continuar en la batalla. Además, debemos recordar que «sin fe es imposible agradar a Dios» (Heb. 11: 6).

Fe (heb. ‘emeth,’emûn y ‘emûnâh; gr. pí­stis). 1. Confianza del corazón y de la mente en Dios y sus caminos que nos conduce a actuar en armoní­a con su soberana voluntad (2Co 5:7; Heb 11:8). Esta fe no se basa en una aceptación ciega e irracional, sino en una suprema confianza en la capacidad y la integridad de Dios (Deu 7:9; 1Ki 8:56; 1Co 1:9; Heb 10:23; 2 Tit 1:12; etc.). Tal fe es un prerrequisito para acercarse a Dios (Heb 11:6) y por su medio una persona es justificada en Cristo (Rom 3:28; 5:1; Gá. 2:16; 3:8,25; etc.)

Maravillosa Gracia de Dios, página 33: Satanás aguarda su oportunidad para arrebatar las gracias preciosas cuando estamos desprevenidos, y tendremos que sostener un severo conflicto con las potestades de las tinieblas para retenerlas, o para recuperar una gracia celestial si por falta de vigilancia la perdemos. Pero… es privilegio de los creyentes obtener fuerza de Dios para retener todo don precioso. La oración ferviente y eficaz será tenida en cuenta en el cielo. Cuando los siervos de Cristo toman el escudo de la fe para defenderse, y la espada del Espíritu para la guerra, hay peligro en el campamento del enemigo.—Joyas de los Testimonios 1:158, 159.

En medio de las trampas a las cuales todos están expuestos, necesitan defensas fuertes y dignas de confianza en las cuales descansar. Muchos en esta era corrupta tienen tan poca provisión de la gracia de Dios, que en muchos casos sus defensas se quebrantan al primer asalto, y las fieras tentaciones los arrastran cautivos. El escudo de la gracia puede mantener a todos invictos frente a las tentaciones del enemigo, aunque estén rodeados de las más corruptas influencias. Gracias al firme apego a los principios y a la inconmovible confianza en Dios, su virtud y nobleza de carácter pueden resplandecer y, aunque se encuentren rodeados por el mal, ninguna mancha se depositará sobre su virtud y su integridad.—Spiritual Gifts 3:145, 146.

La obra de vencer el mal debe ser hecha por la fe. Los que salgan al campo de batalla encontrarán que deben revestirse de toda la armadura de Dios. El escudo de la fe será su defensa, y los habilitará a ser más que vencedores. Ninguna otra cosa tendrá valor sino la fe en Jehová de los ejércitos, y la obediencia a sus órdenes. Los vastos ejércitos pertrechados con todas las otras cosas no tendrán valor alguno en el último gran conflicto. Sin fe, una hueste angélica no podría ayudar. Solamente la fe viva los hará invencibles, y los habilitará para subsistir en el día malo, manteniéndose firmes, inconmovibles, y conservando firme hasta el fin el comienzo de su confianza.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 141.

Apagar. La fe detiene los dardos de la tentación antes de que lleguen a ser pecados en el alma. Las tentaciones y todos los ataques del enemigo deben contrarrestarse antes de que alcancen las partes vulnerables del cuerpo espiritual.

Dardos de fuego. En la antigüedad a veces se utilizaban flechas con materiales combustibles, como estopa y brea, a las cuales se prendía fuego en el extremo del dardo para que incendiaran cualquier punto en donde cayeren. Es una imagen apropiada para describir la fiereza de las tentaciones que sobrevienen al hijo de Dios, las cuales pueden asumir la forma de temor, desánimo, impaciencia, pensamientos impuros, envidia, enojo, o cualquier falta. Pero la fe en Dios, sostenida en alto como un escudo, los detiene, apaga su llama y hace que caigan inofensivos al suelo.

Flecha, lanza corta, jabalina (2 S. 18:14; 2 Cr. 32:5; Jb. 41:26, 29; Pr. 7:23). “Dardos encendidos” significa dardos con la punta recubierta de un material combustible que se enciende al ser lanzado. o por percusión, quemando además de hiriendo (Ef. 6:16; cp. Sal. 120:4). El cristiano necesita el escudo de la fe para apagar tales dardos del Maligno.

Del maligno. (poneros) Es decir, del diablo, el caudillo del ejército atacante.

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17. El yelmo. Perikephalaia.La cabeza, sede de la inteligencia y de la voluntad, es una parte sumamente vital que necesita especial protección.

Yelmo (heb. kôbâ, qôba; gr. perikeÆ’aláia). Protector de la cabeza usado principalmente para defender al soldado de las flechas u otros proyectiles dirigidos a ella; también serví­a para diferenciar a los amigos de los enemigos en medio de la batalla. 

Maravillosa Gracia de Dios, página 34: Dios manda que llenemos la mente con pensamientos grandes y puros. Desea que meditemos en su amor y misericordia, que estudiemos su obra maravillosa en el gran plan de la redención. Entonces podremos comprender la verdad con claridad cada vez mayor, nuestro deseo de pureza de corazón y claridad de pensamiento será más elevado y más santo. El alma que mora en la atmósfera pura de los pensamientos santos, será transformada por la comunión con Dios por medio del estudio de las Escrituras.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 43, 44.MGD 34.2

La mente debe ser educada y disciplinada para amar la pureza. El amor por las cosas espirituales debe ser alentado. Sí, debe ser estimulado, si se quiere crecer en gracia y en el conocimiento de la verdad… Los buenos propósitos son loables, pero no tendrán valor a menos que se lleven resueltamente a cabo. Muchos se perderán aunque esperaron y desearon ser cristianos, pero no hicieron esfuerzos fervientes; por lo tanto, serán pesados en la balanza y hallados faltos. La voluntad debe ejercerse en la debida dirección diciendo: Quiero ser un cristiano consagrado. Quiero conocer la longitud, la anchura, la altura y la profundidad del amor perfecto. Escuchad las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán hartos”. Mateo 5:6. Cristo ha hecho amplia provisión para satisfacer el alma que tiene hambre y sed de justicia.—Joyas de los Testimonios 1:241.

Salvación. El yelmo se denomina «esperanza de salvación» en 1 Tes. 5: 8. La salvación pertenece al pasado, al presente y al futuro (ver com. Rom. 8: 24).

La espada del Espíritu. (machairia) Las otras partes de la armadura son sólo defensivas, mientras que la espada del Espíritu es tanto defensiva como ofensiva.

La palabra. Gr. rema, término que indica algo que se pronuncia o se habla (ver com. cap. 5: 26). «Palabra de Dios» no debe entenderse como limitada a las Sagradas Escrituras que existían entonces. Cuando Pablo redactó esta epístola se estaba escribiendo el NT. El cristiano puede abrirse paso con la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, a través de todas las vicisitudes de la vida.

Espada (heb. jereb; gr. májaira, romfáia). Antiguamente, la principal arma para la lucha cuerpo a cuerpo (1Sa 17:51; 31:4; 2Sa 2:16; Mat 26:51). Se componí­a de una hoja de bronce y (más tarde) de hierro y una empuñadura (Jdg 3:22) que generalmente estaba unida a la hoja con remaches. Los egipcios distinguí­an entre la espada larga (sf.t) y la corta (1rp).

Maravillosa Gracia de Dios, página 35: Dios ha provisto abundantes medios para tener éxito en la guerra contra la maldad que hay en el mundo. La Biblia es el arsenal donde podemos equiparnos para la lucha. Nuestros lomos deben estar ceñidos con la verdad. Nuestra cota debe ser la justicia. El escudo de la fe debe estar en nuestra mano, el yelmo de la salvación sobre nuestra frente; y con la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, hemos de abrirnos camino a través de las obstrucciones y enredos del pecado.—Los Hechos de los Apóstoles, 400.El primer Adán cayó; el segundo Adán se aferró a Dios y a su Palabra bajo las circunstancias más tremendas, y su fe en la bondad, la misericordia y el amor de su Padre no vacilaron ni por un momento. “Escrito está” fue su arma defensiva, y es la espada del Espíritu que todo ser humano debe usar.—The S.D.A. Bible Commentary 5:1129.

En estos días de peligro y corrupción, los jóvenes están expuestos a muchas pruebas y tentaciones. Muchos están navegando en puerto peligroso. Necesitan un piloto; pero desdeñan reconocer que necesitan mucha ayuda, pensando que son competentes para guiar su propia barca, sin comprender que está a punto de estrellarse contra una roca oculta que puede causar el naufragio de su fe y su felicidad… Muchos tienen inclinación a ser impetuosos y obstinados. No han prestado atención al sabio consejo de la Palabra de Dios; no han luchado contra el yo, y obtenido preciosas victorias; y su voluntad orgullosa e inflexible los ha apartado de la senda del deber y de la obediencia.—Fundamentals of Christian Education, 100.

Se esperan grandes cosas de los hijos e hijas de Dios. Contemplo a los jóvenes de hoy, y mi corazón se estremece por ellos. ¡Qué posibilidades hay ante ellos! Si procuran sinceramente aprender de Cristo, él les concederá sabiduría, como se la dio a Daniel. Pueden obtener instrucción de Aquel que es poderoso en consejo. “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Salmos 111:10… “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Proverbios 3:6.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1888.

18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

18. Orando en todo tiempo. Proseuchomai en kayrós.Compárese con la orden de «orad sin cesar» (1 Tes. 5: 17). La oración no es un arma más, sino es el espíritu, la manera en la cual debe llevarse la armadura completa y librarse la batalla. Pablo insta a sus lectores a que la oración sea en ellos un estado mental continuo, una actitud de permanente comunión con Dios (ver Luc. 18: 1; Fil. 4: 6; Heb. 4: 16).

Toda oración y súplica. Proseuche kai deesi.Estas dos palabras aparecen juntas también en Fil. 4: 6; 1 Tim. 2: 1; 5: 5. «Oración y ruego, con acción de gracias» se agregan a la oración en Fil. 4: 6. La gratitud y la intercesión son dos elementos importantísimos en la oración eficaz.

En el Espíritu. Ver com. Rom. 8: 26-27. Aun cuando tengamos las mejores intenciones, nuestras oraciones revelan a menudo nuestro limitado entendimiento, nuestros prejuicios ocultos y nuestra completa ignorancia acerca de qué es mejor para nosotros. Son pocos los que pueden mirar hacia atrás y no agradecer a Dios porque el Espíritu Santo examinó sus oraciones, notó las intenciones, y las presentó a Dios en tal forma que él pudiera contestarlas. ¡Cuán a menudo el tiempo nos ira revelado la completa insensatez de algunas de nuestras oraciones, y cuán agradecidos estamos de no haber recibido nunca algunas de las cosas que pedimos!

Palabras de Vida del Gran Maestro, página 136: El Señor dice: “Invócame en el día de la angustia”.8Salmos 50:15. El nos invita a presentarle lo que nos tiene perplejos y lo que hemos menester, y nuestra necesidad de la ayuda divina. Nos aconseja ser constantes en la oración. Tan pronto como las dificultades surgen, debemos dirigirle nuestras sinceras y fervientes peticiones. Nuestras oraciones importunas evidencian nuestra vigorosa confianza en Dios. El sentimiento de nuestra necesidad nos induce a orar con fervor, y nuestro Padre celestial es movido por nuestras súplicas.

Palabras de Vida del Gran Maestro, página 137: Clamen a Dios todos los que son afligidos o tratados injustamente. Apartaos de aquellos cuyo corazón es como el acero, y haced vuestras peticiones a vuestro Hacedor. Nunca es rechazado nadie que acuda a él con corazón contrito. Ninguna oración sincera se pierde. En medio de las antífonas del coro celestial, Dios oye los clamores del más débil de los seres humanos. Derramamos los deseos de nuestro corazón en nuestra cámara secreta, expresamos una oración mientras andamos por el camino, y nuestras palabras llegan al trono del Monarca del universo. Pueden ser inaudibles para todo oído humano, pero no morirán en el silencio, ni serán olvidadas a causa de las actividades y ocupaciones que se efectúan. Nada puede ahogar el deseo del alma. Este se eleva por encima del ruido de la calle, por encima de la confusión de la multitud, y llega a las cortes del cielo. Es a Dios a quien hablamos, y nuestra oración es escuchada.

No hay peligro de que el Señor descuide las oraciones de sus hijos. El peligro es que, en la tentación y la prueba, se descorazonen, y dejen de perseverar en oración.

Velando. Ver com. Mat. 24: 42; cf. cap. 26: 41.

Perseverancia. Proskartéresis La perseverancia en la oración no tiene el propósito de cambiar la voluntad de Dios mediante nuestra tenaz insistencia, como el niño que a fuerza de persistentes ruegos obtiene lo que desea de un padre no dispuesto a ceder. Sin embargo, la perseverancia en la oración indica claramente que el suplicante se halla en un estado mental que da a Dios la oportunidad de hacer cosas que de otra manera no podría hacer sin peligro para el que ora.

Por todos los santos. O «respecto de todos los santos». Los santos deben sostenerse mutuamente mediante sus oraciones y su camaradería. Es imposible «estar en Cristo» (ver com. cap. 1: 1) sin compartir los sufrimientos comunes de los santos y sostenerlos con oraciones (1 Ped. 5: 9). El anciano apóstol, posiblemente preso en Roma, pensaba con mayor insistencia en la comunión de los santos en vista del pedido que estaba por hacerles (Efe. 6: 19).

Elena White

12 CE (1967) 159; CM 324, 415; CS 221, 564; DTG 318, 470; EC 101; ECFP 120; HAp 24, 178; 1JT 121; 2JT 27, 35; 3JT 193; MC 93; MeM 80, 317; MJ 53; OE 337; PP 775; PR 81, 105, 130, 359; SR 398; 3T 240; 9T 220; Te 98; TM 47, 160

12-13 FE 218

12-18 1JT 62

13 PE 60; 4T 556; TM 161, 333

13-14 MeM 32

14 HAp 62; 3JT 311; MeM 321; 1T 588

4T 12314-17 HAp 400 1047

15 CE (1967) 126; Ev 88, 131, 410, 463; 3JT 273, 310; MB 105; MeM 322; OE 320; ST 211

16 CM 141; 2JT 106; MeM 323; MJ 59; PE 60, 63, 73; 4T 213; 5T 281

16-17 HAp 248; 1JT 159

17 FE 125; 2JT 17, 136; MeM 62, 325; OE 171; 1T 469; Te 24518 CM 367; FE 490; 2T 321; 5T 190

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