La profetisa del tiempo del fin y los eventos finales

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E1 marco doctrinal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue adoptado principalmente durante una serie de reuniones de fin de semana, que generalmente se conocen como las "Conferencias sabáticas". Más de una docena de tales conferencias se celebraron en los años 1848 a 1850. Elena de White, al describir las creencias de los aproximadamente treinta y cinco asistentes, escri­bió que "apenas había dos de la misma opinión, porque algunos sus­tentaban graves errores, y cada cual defendía tenazmente su criterio peculiar diciendo que estaba de acuerdo con la Biblia". No obstante, invariablemente, cuando terminaba el fin de semana, ha­bía unidad de creencia. ¿Qué sucedió para producir esta unanimidad partiendo de tal diversidad?
Primero, hubo ferviente estudio de la Biblia y oración. Escri­biendo en 1904, más de medio siglo después de los eventos, Ele­na de White todavía tenía recuerdos vividos de las conferencias. "Con frecuencia, permanecíamos juntos hasta tarde en la noche, y a veces pasábamos toda la noche orando en procura de luz y estudiando la Palabra".
Pero el estudio de la Biblia y la oración solos no eran suficiente para convencer a los participantes. Además, las conferencias vie­ron la intervención directa del Espíritu Santo. Sin embargo, esta intervención no venía hasta que los participantes habían ido tan lejos como pudieron. "Cuando llegaban al punto en su estudio donde decían: ‘No podemos hacer nada más’, el Espíritu del Señor descendía sobre mí y era arrebatada en visión y se me daba una clara explicación de los pasajes que habíamos estado estudiando".
La función de las visiones dadas en las conferencias parece haber sido corregir a esos estudiantes de la Biblia cuando estaban en una senda equivocada y para confirmar y corroborar cuando estaban en el sendero correcto, pero nunca para iniciar una formulación doc­trinal. Las visiones no fueron dadas para ^mar el lugar de la fe, la iniciativa, el trabajo esforzado, y el estudio de la Biblia. Dios no usó al espíritu de profecía para hacer que las personas dependieran de las visiones.
Los escritos de Elena de White se refieren a diferentes temas. Un problema al que volvió en forma repetida fue la escatología, la doctrina de los eventos al final del tiempo.
La enseñanza de Elena de White acerca del tiempo del fin estaba edificada sobre el método historicista de la interpretación profética. Es decir, ella entendía que los cuatro imperios mundiales en Da­niel 2 y 7 eran Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma; que los 1.260 "años" de Daniel 7:25 señalaban el período de la su­premacía papal, de 538 a 1798; que la herida de muerte mencionada en Apocalipsis 13:3 se refería a que Napoleón I tomó al papa Pío VI como prisionero; que los 2.300 años de Daniel 8:14 comenzaron en 457 a. C. y terminaron en 1844, y que desde 1844 los seres humanos han estado viviendo en el tiempo del juicio investigador mencionado en Apocalipsis 14:7.
Elena de White bosquejó tres períodos precisos relacionados con el tiempo del fin: 1) el tiempo del juicio investigador o anterior al advenimiento, que concluye con el fin del tiempo de gracia; 2) el gran tiempo de angustia, que sigue al fin del tiempo de prueba o de gracia, y concluye con la segunda venida de Cristo; y 3) el milenio, que sigue a la Segunda Venida de Cristo y concluye con la resu­rrección de los impíos, su destrucción final en el lago de fuego, y la creación de una tierra nueva.
Eventos durante el juicio investigador
En sus visiones, se le mostró a Elena de White que los siguientes eventos ocurrirán durante el período anterior al fin del tiempo de gracia: En el cielo, el juicio investigador tratará con aquellos cuyos nombres se encuentran en el libro de la vida. Sobre la tierra, un tiempo corto anterior al fin del tiempo de gracia, los líderes religio­sos y políticos formarán una imagen de la bestia, y proclamarán una ley dominical universal que culminará en un decreto de muerte para los verdaderos seguidores de Dios y la recepción de la marca de la bestia sobre los que se oponen a Dios. Este periodo es designado el tiempo de angustia "temprano" o "previo". Durante ese tiempo, la iglesia de Dios dará el fuerte clamor y experimentará la lluvia tardía, el zarandeo, el sellamiento, y un reavivamiento y una reforma dentro de la iglesia como no se ha visto desde el tiempo de la iglesia primitiva, el Pentecostés original.
Muchos de estos eventos pueden ocurrir simultáneamente. Elena de White no proveyó una secuencia cronológica para su realización. Sin embargo, cuando el decreto de Apocalipsis 22:11 se proclame, todos estos eventos terminarán y comenzará el gran tiempo de angustia. Aunque la Sra. White no especificó cuánto durarán estos eventos, ella dijo que "los movimientos finales serán rápidos".

  1. Reavivamiento y reforma en la iglesia. El reavivamiento y la reforma en la iglesia remanente la preparan para los eventos fina­les y la proclamación del fuerte clamor. Habrá un reavivamien­to de la piedad primitiva "cual no se ha visto desde los tiempos apostólicos". Las características del reavivamiento y la reforma incluirán milagros de sanidad y conversiones genuinas.
  2. El sellamiento. A fin de preparar a sus hijos para el tiempo de angustia, Dios quiere sellarlos en sus frentes. "No se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles" cuando llegue el tiempo de angustia.
  3. La lluvia tardía. La "lluvia tardía" se promete en Joel 2:23,28, 29. Así como la iglesia apostólica recibió la lluvia temprana en Pen­tecostés, la iglesia remanente recibirá la lluvia tardía, que los capa­citará para terminar la obra. Esta promesa no es sólo para el futuro, también es para nosotros hoy. Sin embargo, tenemos que estar listos para recibirla. Para estar listos, debemos dejar todo pecado y buscar al Señor con humildad.
  4. El fuerte clamor. El mensaje de la caída de Babilonia (ver Apocalipsis 14:8) lo repite el ángel descrito en Apocalipsis 18:1 al 4. Este ángel se une en la gran obra del mensaje del tercer ángel mientras crece hasta hacerse un fuerte clamor.
  5. El zarandeo. Este término se refiere al zarandeo del pueblo de Dios. Será causado por el testimonio directo del Testigo Verdadero a Laodicea y por la introducción de falsas teorías. Muchos adventistas dejarán la iglesia porque no están completamente convertidos.
  6. El primer tiempo de angustia. El mundo y la iglesia experi­mentarán un tiempo de angustia antes del fin del tiempo de prue­ba. Los problemas políticos, financieros y sociales aumentarán (ver Lucas 21:25). Elena de White se refiere a este tiempo en Primeros escritos (p. 33). Ella dice: "Al empezar  el tiempo de angustia, fuimos henchidos del Espíritu Santo, cuando salimos a proclamar más ple­namente el sábado". Más tarde en el libro explica que "al empezar el tiempo de angustia" no se refiere al tiempo cuando las plagas co­miencen a ser derramadas, sino a un breve período mientras Cristo está todavía en el Santuario, precisamente antes de que comiencen las plagas. "En ese tiempo, cuando se esté terminando la obra de la salvación, vendrá aflicción sobre la tierra, y las naciones se airarán, aunque serán mantenidas en jaque para que no impidan la realiza­ción de la obra del tercer ángel".
  7. La imagen de la bestia. La imagen de la bestia se formará cuan­do las iglesias protestantes de Norteamérica se unan con el Estado y usen su poder para poner en práctica sus decretos y sostener las instituciones de la iglesia. "Entonces la Norteamérica protestan­te habrá formado una imagen del papado [la bestia], y habrá una apostasía nacional que terminará solo en ruina nacional".
  8. Leyes dominicales. Apocalipsis 13 predice que en el futuro, ha­brá leyes dominicales nacionales y aun internacionales, y que estas leyes incluirán observancias religiosas. Apocalipsis 13:3 también profetiza que "el mundo entero, fascinado, iba tras la bestia" (NVI). De acuerdo con Elena de White, esto significa que "cuando los Es­tados Unidos, el país de la libertad religiosa, se una con el papado para forzar la conciencia y obligar a los hombres a honrar el falso día de reposo, los habitantes de todo país del globo serán inducidos a seguir su ejemplo".
  9. El decreto de muerte. Los intérpretes adventistas del séptimo día no están todos de acuerdo con el momento del decreto de muerte. Apocalipsis 13:15 indica que en algún momento durante el con­flicto final se emitirá una ley religiosa que llevará consigo la pena de muerte. Apocalipsis 20:4 apoya esto por implicación. Indica que habrá mártires en la crisis final que no han adorado a la bestia o a su imagen. "Si ha de haber mártires por el problema de la marca de la bestia; obviamente la imposición de la marca de la bestia debe ser hecha antes de que estos martirios ocurran". Siendo que no habrá mártires después del final del tiempo de prueba, los mártires a que se refiere en Apocalipsis 20:4 deben sufrir su mar­tirio antes del fin del tiempo de gracia. En consecuencia, podemos llegar a la conclusión de que el decreto de muerte debe ser procla­mado antes del fin del tiempo de gracia.

Una cantidad de declaraciones en los escritos de Elena G. de White apoyan esta interpretación: "Cuando llegue ese tiempo de angustia, cada caso se habrá decidido, ya no habrá tiempo de gracia ni misericordia para el impenitente. El sello del Dios vivo estará sobre su pueblo. Este pequeño remanente, incapaz de de­fenderse en el mortífero conflicto con las potestades de la tierra mandadas por la hueste del dragón, hace de Dios su defensa. Ha sido promulgado por la más alta autoridad terrestre el decreto de que adoren a la bestia y reciban su marca bajo pena de persecución y muerte". Esto indica claramente que cuando llegue el tiempo de angustia, el tiempo de gracia está cerrado y el decreto de muerte "ha sido promulgado". En otro lu­gar, Elena de White describe a Satanás como diciendo: "Cuando la pena de muerte sea el castigo que se aplique por la violación de nuestro día de reposo, se pasarán a nuestro lado muchos de los que ahora se encuentran en las filas de los observadores de los manda­mientos". Siendo que no habrá cambio de lado después del fin del tiempo de gracia, la prueba que involucra la amenaza de muerte vendrá antes del fin del tiempo de prueba.

  1. La marca de la bestia. Desde el principio, los adventistas del séptimo día han conectado la marca de la bestia del Apocalipsis con la observancia del domingo impuesta por el estado como una señal de sumisión a Roma. Sin embargo, "nadie hasta ahora ha recibido la marca de la bestia".
  2. El fin del tiempo de gracia. El tiempo de gracia para los seres humanos se cerrará cuando Cristo termine su ministerio en el cielo. La obra de investigación y juicio será terminada, y la puerta de la misericordia se cerrará (ver CS 480). Cuando Cristo proclame: "El que es injusto, sea injusto todavía; […] y el que es santo, santifíquese todavía" (Apocalipsis 22:11), entonces "el sello del Dios vivo estará sobre su pueblo".

Eventos durante el gran tiempo de angustia
Elena de White vio el gran tiempo de angustia, el derramamien­to de las siete últimas plagas, y el tiempo de angustia de Jacob como que siguen al fin del tiempo de gracia. Este gran tiempo de an­gustia culmina en la batalla del Armagedón durante la sexta plaga. Inmediatamente antes de la aparición de Cristo en las nubes del cielo, ocurrirá una resurrección parcial (ver Daniel 12:2). Un poco más tarde, en la segunda venida de Cristo, ocurrirán la primera re­surrección y el traslado de los justos.

  1. El tiempo de angustia de Jacob. El tiempo de angustia de Jacob, mencionado en Jeremías 30:7, comienza con el decreto de muerte antes del fin del tiempo de prueba, pero ocupa la mayor parte del gran tiempo de angustia de Jacob. Así como Jacob luchó con Dios aun después de haber confesado sus pecados (ver Génesis 32), así el pueblo de Dios experimentará un tiempo de angustia y sentirá un profundo sentimiento de indignidad después del fin del tiempo de gracia. Sin embargo, "sus pecados han sido examinados y borrados en el juicio; y no pueden recordarlos".
  2. El gran tiempo de angustia (Daniel 12:1). El gran tiempo de an­gustia comienza con el fin del tiempo de gracia. Durante este tiem­po, las siete últimas plagas caerán sobre la tierra. La paciencia de Dios ha terminado. Los malvados han pasado más allá del límite de su gracia, y el Espíritu de Dios ha sido por fin retirado. "[Satanás] sumirá entonces a los habitantes de la tierra en una gran tribulación final".
  3. Armagedón (Apocalipsis 16:12-16). Los tres espíritus inmundos (es­píritus de demonios) saldrán de la boca del dragón (el espiritismo), de la bestia (el papado) y del falso profeta (el protestantismo após­tata). Ellos arman los poderes de este mundo para una batalla final contra Dios y su pueblo. Armagedón ocurre dondequiera el pueblo de Dios esté puesto en peligro por el enemigo. En el tiempo de su mayor peligro, sin embargo, aparece Jesús en las nubes del cielo para rescatarlos.
  4. La resurrección especial. Precisamente antes de la aparición de Cristo, habrá una resurrección especial (ver Daniel 12:2; Apocalipsis 1:7). Todos los que participaron en la crucifixión de Cristo, los enemigos más grandes de la verdad durante los siglos, y todos los que murie­ron creyendo en el mensaje del tercer ángel serán resucitados para ver a Jesús venir en las nubes del cielo.
  5. La segunda venida de Cristo. Cuando Cristo retorne, ocurrirá la primera resurrección general, la resurrección de los justos muertos, los vivos que aceptaron a Jesús como su Salvador serán trasladados, y los in­crédulos serán destruidos. En ese momento comenzará el milenio.

Eventos relacionados con el milenio
Elena de White describe el milenio como el período durante el cual los malvados serán juzgados. Durante ese tiempo, Satanás y sus ángeles están atados en la tierra, y la tierra está devastada y en rui­nas. Al final de este período, los impíos serán resucitados y Satanás los conducirá en un intento final para vencer el gobierno de Dios en la Santa Ciudad, pero él y sus seguidores serán destruidos por fuego del cielo. Estos eventos serán seguidos por la re-creación de la tierra como el hogar de los redimidos.

  1. El juicio de los impíos. Durante el milenio, entre la primera y la segunda resurrecciones, ocurre el juicio de los malvados. En este tiempo "los santos han de juzgar al mundo" (1 Corintios 6:2, 3). "Junto con Cristo juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y fallando cada caso en conformidad con los hechos realizados cuando estaban en su cuerpo".
  2. La tierra en ruinas y Satanás atado. Durante el milenio, la tierra está devastada y desolada. Juan la llama "el abismo" (Apocalipsis 20:3). Elena de White identifica esta descripción con "la tierra en estado de confusión y tinieblas" durante el milenio. Este plane­ta desolado ha de ser el hogar de Satanás y sus ángeles malvados durante mil años. Limitado a la tierra, no tendrá acceso a otros mundos para tentar a sus habitantes. "En este sentido es cómo está atado: no queda nadie en quien pueda ejercer su poder. Le es del todo imposible seguir en la obra de engaño y ruina que por tantos siglos fue su único deleite".
  3. La resurrección de los impíos. Al final del milenio, Jesús retorna a esta tierra otra vez. Elena de White describe su descenso sobre el mon­te de los Olivos. "Cuando sus pies tocan el monte", dice ella, "se parte en dos, y llega a ser una gran planicie, y está preparada para recibir a la santa ciudad en la cual está el paraíso de Dios, el jardín del Edén, que fue alzado arriba después de la transgresión del hombre". La Ciudad de Dios desciende y se ubica sobre la planicie preparada para ella. Entonces Jesús sale de la ciudad y llama a los impíos muertos. "Todos salen así como habían descendido a la tumba".
  4. La batalla final de Satanás contra Dios. Cuando los malvados salen de sus sepulcros, dice Elena de White, "reanudaban el cur­so de sus pensamientos donde lo había interrumpido la muerte. Conservaban el mismo afán de vencer que los había dominado al caer en el campo de batalla". Ellos "llevan las huellas de la enfermedad y de la muerte". Satanás los engaña para atacar a la Santa Ciudad, pero llueve fuego del cielo sobre ellos y los consume totalmente.
  5. La tierra nueva. El fuego que consume a los impíos purificará la tierra. Dios eliminará todo rastro de la maldición y hará una tierra nueva. La gran controversia ha terminado. El pecado y los pecadores ya no existen. El universo entero está limpio. Entonces, todas las cosas animadas e inanimadas declararán por siempre que Dios es amor.

La enseñanza inspirada de Elena de White acerca de los eventos del tiempo del fin deben ser vistos desde la perspectiva de la gran controversia, en la cual la salvación por la fe en Cristo es el foco central. El problema en la confrontación final entre el bien y el mal no es sencillamente el de guardar la ley de Dios. La ley revela la justificación de los santos; su obediencia es la señal externa de que la justicia de Cristo les ha sido imputada e impartida.


Elena G. de White, Notas biográficas, p. 121.

Mensajes selectos, tomo 1, p. 241.

Mensajes selectos, tomo 1, p. 241.

La educación, p. 177.

El conflicto de los siglos, p. 309.

El conflicto de los siglos, p. 309

El conflicto de los siglos, pp. 373-376.

El conflicto de los siglos, pp. 477, 478.

Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 280.

El conflicto de los siglos, p. 517.

Joyas de los testimonios, tomo 3, p. 345.

Comentario Bíblico Adventista, tomo 4, p. 1183.

Ver El conflicto de los siglos, p. 670.

Ver Testimonio para los ministros, p. 507.

Ver Primeros escritos, p. 277.

Ver Primeros escritos, p. 270.

Ver Testimonios para los ministros, p. 112.

Ver Joyas de los testimonios, tomo 1, p. 480.

Primeros escritos, p. 85.

Signs of the Times, 22 de marzo de 1910.

Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 373; la cursiva fue añadida.

L. P. Tolhurst, "The Death Decree in the Setting of the Final Crisis", manuscrito no publicado, p. 2.

Ver El conflicto de los siglos, p. 692.

Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 67; la cursiva fue añadida.

Testimonios para los ministros, p. 473.

En Primeros escritos, pp. 36, 37, Elena de White parece poner el decreto de muerte después del fin del tiempo de gracia. Sin embargo, este pasaje presenta un cuadro condensado de eventos finales que ne­cesita elaboración y explicación de otros pasajes y declaraciones posteriores. En Primeros escritos, ella está mirando todas las plagas antes y después del fin del tiempo de gracia, como si en un sentido fueran un solo evento. Ella condensa el cuadro en el cual caen tales castigos y sacuden a los impíos. (Otra posibilidad, que promueve L. P. Tolhurst, es que habrá dos decretos de muerte, uno antes del fin del tiempo de gracia y otro después de él [ver L. P. Tolhurst, "The Death Decree in the Setting of the Final Crisis", manuscrito no publicado, p. 10.])

Ver El conflicto de los siglos, p. 502.

El evangelismo, p. 174.

Joyas de los testimonios, tomo 2, p. 67.

El conflicto de los siglos, p. 678.

El conflicto de los siglos, p. 672.

Ver Primeros escritos, p. 284.

Ver El conflicto de los siglos, p. 695.

Ver apocalipsis 20:4, 5; El conflicto de los siglos, p. 702.

Ver 1 Tesalonicenses 4:17; El conflicto de los siglos, p. 703.

2 Tesalonicenses 2:8; El Deseado de todas las gentes, p. 83.

La fe por la cual vivo, p. 218.

El conflicto de los siglos, p. 717.

El conflicto de los siglos, p. 717.

Spiritual Gifts, tomo 3, pp. 84, 85.

Ibíd.

Primeros escritos, p. 293.

El conflicto de los siglos, p. 720.

Ver El conflicto de los siglos, p. 732.

Ver El conflicto de los siglos, p. 737.

 

 


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