Mitos de la homosexualidad 2
Mito # 8 – Jesús no dijo nada acerca de la homosexualidad en ninguno de los evangelios.
El argumento es que como seguidores de Cristo, los cristianos deben basar sus creencias en las enseñanzas de Cristo. Si Jesucristo, fundador del Cristianismo guardó silencio sobre el tema de la homosexualidad ¿por qué debemos ir más allá de nuestro Maestro condenando esa práctica?
Respuesta:
La falta de registros en los evangelios de una declaración de Cristo sobre la homosexualidad, no significa que nunca se dirigió a ella durante su ministerio terrenal. De acuerdo a Juan, si los escritores evangélicos hubiesen intentado registrar todas las obras de Cristo, el mundo no podría contener todos los libros. Juan 21:25.
Además, las enseñanzas de Cristo registradas en los evangelios no son la única fuente de autoridad del cristiano. Toda Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis constituye la autoridad normativa. El hecho de que una sección de la Biblia no diga nada explícito sobre el asunto, no quiere decir que las demás secciones guarden silencio. Además, es incorrecto decir que Jesús guardó silencio sobre la homosexualidad. Como ya hemos señalado, la declaración de Cristo en Mateo 19:3-8 y Marcos 10:2-9 revela que la intención de Dios en la creación con relación a la sexualidad humana es monógama; la relación heterosexual es el único contexto para la expresión de la sexualidad humana.
Mito #9 – Los escritores bíblicos no sabían sobre la homosexualidad como la conocemos hoy.
Algunos defienden que el tipo de homosexualidad que los escritores bíblicos condenaron era el que estaba conectado con la violación, la prostitución, o la idolatría. Exige que aún cuando los escritores de la Biblia condenaron la homosexualidad como la conocemos hoy, no es la primera vez que han estado equivocados. Dicen que se equivocaron en muchas cosas, incluyendo la práctica de la esclavitud, la poligamia, y la subyugación de las mujeres. Estas prácticas ¿fueron posteriormente corregidas por la dirección del Espíritu? Si los escritores de la Biblia estaban equivocados sobre estos temas, como ellos arguyen ¿por qué no pueden estar equivocados sobre la homosexualidad? Y si bajo la dirección del Espíritu la iglesia vino a abrazar la emancipación de los esclavos, la monogamia, y los derechos iguales de las mujeres, ¿por qué no debiera la iglesia guiada por el mismo Espíritu aceptar la homosexualidad?
Respuesta:
Primero, si creemos que la Biblia es la palabra inspirada de Dios y no simplemente las opiniones personales de los antiguos escritores, y si creemos que la Biblia es la guía todo suficiente en doctrina y práctica para todas las gentes en todos los tiempos, entonces, es impensable que Dios, que no hace acepción de personas fuera tan descuidado al no ofrecer una guía en su palabra revelada a los miles de homosexuales que él sabía que existirían a través del tiempo, si indudablemente, sus relaciones fuesen legítimas a su vista.
Segundo, es sin fundamento defender que los escritores bíblicos (Moisés y Pablo) eran ignorantes del punto de vista teológico y científico, iluminados actualmente sobre la homosexualidad. Estos hombres fueron eruditos en su entrenamiento intelectual y del discernimiento en su profesión como profetas de Dios. La razón de porqué nunca hicieron una clara distinción citadas por los defensores actuales de la homosexualidad, es porque no hay validez entre el acto homosexual, y la condición homosexual. Los escritores de la Biblia condenaron la homosexualidad en sí. También ofrecieron milagrosas transformaciones de Dios como la cura de este pecado (1 Corintios 6:9-11).
Tercero, la sugerencia de que los escritores bíblicos estaban equivocados en varios problemas surge de la alta crítica contemporánea (el llamado método histórico-crítico). En un trabajo anterior, he desafiado este método desacreditado de interpretación liberal como incompatible con los principios del Cristianismo. Es más, el reclamo de que los escritores bíblicos acomodaron o permitieron la esclavitud, la poligamia, y la subyugación de las mujeres, fueron prácticas que alegadamente fueron corregidas por la dirección del Espíritu. Es un mito de que los eruditos de la Biblia responsables han invalidado. Los escritores de la Biblia nunca recomendaron las prácticas de la esclavitud de la poligamia y de la subyugación de las mujeres, pero condenaron repetidamente la práctica de la homosexualidad. Véase, por ejemplo, Lev 18:22; 20:13; Rom. 1:26.
Mito # 10 – Sodoma fue destruida por el orgullo, la falta de hospitalidad, y la violación en pandilla y no por homosexualidad.
Cuando los hombres de Sodoma demandaron de Lot “¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos”; los defensores de la homosexualidad arguyen que los hombres de Sodoma estaban violando solamente las leyes antiguas de la hospitalidad. Algunos afirman que la palabra hebrea “yadá”, la cual significa “tener sexo con”, o “conocer”, aparece 943 veces en el Antiguo Testamento, y se refiere a sexo solamente 10 veces. De este modo defienden que los hombres de Sodoma no tenían intenciones sexuales con los visitantes de Lot; solamente querían enterarse de ellos para interrogarlos, temiendo que fueran espías agregados por Lot mismo, que también era extranjero. Además, aun si hubiesen tenido intenciones sexuales, la condenación de su acción sería la condenación a una banda de violadores homosexuales y no a una homosexualidad consensual como tal.
Respuesta:
Indudablemente, Sodoma fue destruida a causa de su orgullo y falta de hospitalidad
(Ez. 16:49-50; Jer 3:14; Lc 17:28-29),
Pero es una falsa distinción de separar la falta de hospitalidad del pecado sexual. Lo que los hombres de Sodoma buscaron hacer era otra forma de falta de hospitalidad. También, esta falta como el orgullo no fueron las únicas razones para la destrucción de Sodoma. La ciudad fue castigada por causa de sus abominaciones (Ez. 16:50), una referencia velada de sus desviaciones sexuales. La Biblia describe varias cosas como abominación, una palabra de fuerte desaprobación, que significa literalmente “algo detestable y odiado por Dios”. Ya que la palabra se usa en pasajes como Ezequiel 16:22,58 para describir el pecado sexual, y puesto que la palabra se refiere a los mismos actos sexuales de Levítico 18:22 y 20:13, las abominaciones de Sodoma no son exclusivas de las desviaciones sexuales.
Dos nuevos pasajes del Nuevo Testamento hacen este punto explícitamente, y el apóstol Pedro indica, entre otras cosas que Sodoma y Gomorra fueron destruidas a causa de vivir impíamente, por la nefanda conducta de los malvados, que siguiendo la carne andaban en concupiscencia e inmundicia, una referencia que incluye adulterio, fornicación y otras perversiones sexuales. Gal 5:19-21.
Dice 2 pedro 2:6-10
y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, 7y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8(porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), 9sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; 10y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,
Judas relacionó específicamente la destrucción de estas ciudades malvadas por sus desviaciones sexuales. Judas 7 dice:
Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno
Una clara referencia a las perversiones sexuales.
Los defensores de los homosexuales aseguran incorrectamente que la palabra hebrea “Yadá” de Gén 19: que significa “enterarse”, y no “tener sexo con”, pero la respuesta de Lot a los hombres de Sodoma fue Gén 19:7. Una expresión de que Lot entendía que la demanda de ellos era sexual. De hecho, en el mismo versículo, la palabra “yadá” es traducida como “nunca han conocido”. Lot, actuando con desesperación hizo esa propuesta pero sin esperanza. Definitivamente, no tenía razón de creer que los hombres de Sodoma simplemente querían interrogar o enterarse de las hijas de Lot. El hecho de que Lot se refiera a sus hijas como vírgenes indica que él entendía que era una demanda sexual. Es claro, entonces, de que en este pasaje la palabra “yadá” se refiere a las relaciones sexuales.
De esto mucho puede decirse: Los hombres de Sodoma no estaban interesados en la desesperada oferta de Lot de dar a sus hijas vírgenes. Estaban proponiendo una violación homosexual. Pero dicha violación involucraba a todos los hombres de la ciudad, desde el más joven hasta el más viejo, algo muy común en esa ciudad porque Judas registra que sus fornicaciones eran en pos de vicios contra-naturaleza. Como veremos otros pasajes bíblicos condenan toda actividad homosexual y no solamente la violación homosexual.
Mito # 11- Levítico 18:22 y 20:13 condenan la actividad homosexual como pecaminosa, pero no condena la homosexualidad como la conocemos hoy.
Según algunos en estos pasajes Dios prohíbe a un hombre acostarse con otro como si fuera mujer. Hacerlo así es una abominación. Los defensores de la teología gay, sin embargo, defienden que las prácticas condenadas como abominación en hebreo es “to’evah” en estos pasajes de Levítico tienen que ver con la clase de homosexualidad asociada con las practicas religiosas paganas. En el punto de vista de los escritores pro-gay, Dios no estaba prohibiendo la clase de homosexualidad practicada hoy por los cristianos, sino solamente la clase relacionada con la idolatría. Aún si los pasajes condenan la homosexualidad en general, defienden que estos pasajes de Levítico son partes del código sagrado ceremonial que no tiene ninguna obligación permanente en los cristianos.
Levítico 18:22
No te echarás con varón como con mujer; es abominación.
Levítico 20:13
Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
Respuesta:
Primeramente, si estos pasajes condenan la homosexualidad solo por su relación por la idolatría luego lógicamente seguiría las otras prácticas mencionadas en estos pasajes (incesto, adulterio, poligamia, bestialidad, sacrificio de niños) son también condenados como pecaminosos solo por su asociación con la idolatría. Recíprocamente, si el incesto, el adulterio, la poligamia, la bestialidad, etc. son moralmente inaceptables sin tener en cuenta su conexión con las prácticas paganas, entonces la homosexualidad también está moralmente equivocada sin tener en cuenta el contexto en la cual se practicaba.
Segundo, en el contexto tanto de Levítico 18 y 20 tratan primeramente con la moralidad, no con la adoración idolátrica. Cuando Dios quiere específicamente mencionar las prácticas de culto o prostitutas idólatras, él lo hace así como dice Deuteronomio 13:17:
Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que Jehová se aparte del ardor de su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres,
La falta de tal mención en Levítico 18:22 y 20:13 indican que Dios esta tratando con la homosexualidad per se, no con ninguna alegada forma especifica de las prácticas religiosas cananeas.
En cuanto a la disputa de que la Escritura siempre relaciona la palabra abominación (to’evah) con la idolatría o ceremonias paganas, un ejemplo bíblico desacreditaría tal defensa. Prov. 6:16-19 describe a Dios como odiando tales abominaciones, como mirada orgullosa, lengua mentirosa, asesinato, etc.
¿Son moralmente aceptables el orgullo, la mentira, el asesinato, con tal de que no se lleven a cabo en los contextos paganos idolatras? Claro que no.
Levítico 18:22 y 20:13 condenan la homosexualidad junto al incesto, el adulterio, la poligamia y la bestialidad en los términos más fuertes. Estas preocupaciones morales todavía son pertinentes hoy. También, puesto que el Nuevo Testamento denuncia estas desviaciones sexuales, podemos concluir que el volumen moral de estos pasajes de Levítico es permanentemente normativo, no parte del código ceremonial de provisiones temporales.
Mito # 12 – en Romanos 1:26-27, Pablo no condena los individuos que son homosexuales por naturaleza; mas bien se refiere a los heterosexuales idolatras que han cambiado su naturaleza por cometer actos homosexuales.
De acuerdo a este argumento, el pecado real condenado por Pablo es doble: primero el cambio de lo que es natural a una persona a lo que no es natural; y dos, la homosexualidad cometida por gentes que adoran imágenes y no a Dios.
Romanos 1:26-27
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Respuesta:
Los defensores de la teología Gay a menudo defienden que si una persona es homosexual, nunca pueden llegar a ser verdaderamente heterosexual. Y ellos a menudo citan el pasaje de Romanos 1 como un ejemplo de gente verdaderamente heterosexual cometiendo el pecado al llegar a ser verdaderamente homosexual. Podemos por tanto preguntar, si una persona que es heterosexual puede cambiarse a homosexual ¿Por qué no puede una persona que es homosexual ser cambiada a heterosexual? Parece que los defensores de este punto no ven la inconsistencia de su posición.
Por un número de razones parece inconcebible que Pablo pudiera estar describiendo gente predominantemente heterosexual que se complace en los actos homosexuales. Primero describe a los hombres y las mujeres cometiendo estos actos homosexuales como encendidos en sus deseos los unos a los otros ¿Podemos entender esto como heterosexuales que están simplemente experimentando con un estilo de vida alternativo? Además, si los versículos 26 y 27 sólo condenan las acciones homosexuales por gente a quienes no vinieron naturalmente (heterosexuales que están practicando los actos homosexuales), pero no se aplican a individuos a quienes esas mismas acciones vienen naturalmente, según se alega (los verdaderos homosexuales), entonces la consistencia y la integridad intelectual demandan que las prácticas pecaminosas mencionadas en los versículos 29 y 30 como fornicación, murmuración, engaños, etc. son permitidos con tal de que las personas que la cometen son personas a quienes ellos vienen naturalmente. El contexto de Romanos 1 sugiere que Pablo esta describiendo la conducta homosexual y otras prácticas pecaminosas como contra-natura. Son parte de las prácticas que resultan cuando un hombre cambia la verdad de Dios en mentira, adorando y sirviendo a las criaturas antes que al Creador. Está hablando de una condición objetiva de depravación experimentada por gente que rechaza la voluntad de Dios. En otras palabras, es la misma naturaleza de la conducta sexual que Pablo considera contra-natura. La homosexualidad es contra-natura al hombre como masculino, en griego arsen, y a la mujer como femenina, en griego gyne, no por lo que pueda o no ser natural a su personalidad, sino porque lo que es contra-natura según el plan divino cuando creó varón y hembra.
Finalmente, si aceptamos los argumentos pro-gay de que Romanos 1 condena solamente la homosexualidad cometida por gente que adoran ídolos, entonces la consistencia y la honestidad demandan que también podemos defender que los otros pecados relacionados en el capítulo de fornicación, maldad, codicia, malicia, envidia, asesinato, orgullo, etc. Vers. 28-32, son pecaminosos sólo porque son cometidos por los idólatras. No creo que aun los defensores más estridentes de la homosexualidad abrazaran esta lógica. El punto es obvio: la homosexualidad es contra-natura, ya sea cometida por los idólatras o por los que adoran al Dios verdadero.
1 Cor 6:9-10
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
1 Tim 1:9-10
conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
Conclusión,
A la luz de nuestra discusión en las páginas anteriores, decimos que la iglesia no puede aceptar la actividad homosexual sin traicionar su herencia bíblica histórica y espiritual. Su aceptación consciente de la autoridad e inspiración de la Escritura necesitaría sufrir un cambio liberador de las enseñanzas fundamentales de la iglesia que quedaría sin fundamento.
Las consecuencias de tal cambio con sus ramificaciones para la enseñanza moral ética y teológica podrían ser etiquetadas de algunos como progresiva, calculado para iluminar la iglesia y producir una laicidad más compasiva acomodada a la sociedad moderna en la cual vive. Pero en la realidad de tal cambio sería un paso gigante hacia la repaganización de la iglesia. La religión resultante no seria una religión de la Biblia o de profetas, o del Señor, o de los apóstoles, ni cristiana, excepto de nombre. El clima actual de sensibilidad ética iluminada pueden ser sensatas o sin compasión. Si es así, debemos hacerlo completamente claro que la gracia de Dios cubre cada pecado para cualquier creyente en Jesús que contritamente se vuelve hacia Dios y hace un compromiso firme de alejarse del pecado. Dios puede perdonar el pecado de la homosexualidad, así el pecado heterosexual, pecado que está socialmente aceptable como pecado. Pero, el primer paso en recibir el perdón es reconocer nuestros errores como pecado. Este punto de partida debiera ser el fundamento teológico no negociable para cualquier ministerio o grupo de apoyo cristiano que busca extender la mano redentoramente a los homosexuales y lesbianas.
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