Pastor
Pastor (heb. rôeh [del verbo râah, “pastar”, “alimentar”, “pastorear”]; nôqêd; gr. poimen). Alguien que se dedica a cuidar ovejas.
La tarea de los pastores es tan antigua como la especie humana. Abel era pastor (Gen 4:4), Abrahán, Isaac, Jacob y Job tenían o cuidaban ovejas (Gen 12:16; 20:12-14; 30:31-43; Job 1:3), y los hijos de Jacob (Gen 37:12), Moisés (Exo 3:1), David (1Crón. 17:7) y Amós (Amo 7:14) también eran pastores. Estaban equipados con un cayado* (Lev 27:32; 1Sam 17:40; Sal. 23:4; Miq.7:14), una honda,* un boIso para llevar alimentos y otro para las piedras de su honda (1Sam 17:40). También tenían una tienda para protegerse de las inclemencias del tiempo (Cant. 1:8; Isa 38:12).
A menudo los pastores eran nómadas o seminómades, porque era necesario trasladarse de un lugar a otro con el fin de encontrar agua y pastos adecuados para los rebaños (Gen 4:20; 13:2-6, 11, 18). Otros eran propietarios y vivían en las ciudades (Num 32:16, 24). En ese caso, se sacaba a las ovejas de día para que fueran a pastar, y se las traía “al redil” por la tarde (cf Jn 10:1-4). Además de buscar agua y pastos para sus rebaños (Sal. 23:2), y de proveerles un lugar de refugio, los pastores tenían que proteger a sus ovejas de los ladrones y de los animales salvajes, como ser lobos, leones y osos (Gen 31:39; 1Sa 17:34, 36; Jn 10:12). También debían cuidar a esos indefensos animales del peligro de apartarse del rebaño y perderse (Lc 15:4). Las ovejas llegaban a conocer de tal modo a su pastor, que sólo respondían a su llamado (Jn 10:3-5). Se consideraba que el pastor asalariado era responsable del bienestar de las ovejas, pero, de acuerdo con las antiguas leyes de la Mesopotamia, sólo se le pedía que rindiera cuenta de las que se le perdieran por negligencia (cf Gen 31:39). Podía no tener el valor ni la disposición para defenderlas en momentos de peligro, y no respondía por ello (Jn 10:12, 13).
El empleo figurado de la palabra “pastor” es común en la Biblia. Se comparaba a la gente que carecía de dirigentes adecuados con ovejas sin pastor (Num 27:16, 17; 1Rey 22:17; Eze 34:1-6; Mat 9:36; 26:31; Mar 6:34; etc.). Isaías profetizó que Ciro el Grande sería el “pastor” de Dios, encargado de liberar de su cautiverio a los judíos (ls. 44:28). Los profetas Isaías, Ezequiel y Zacarías reprendieron duramente a los dirigentes de Israel, y los compararon con falsos pastores, insensibles, codiciosos, que conducían a la perdición a los que estaban bajo su cuidado, y hasta se aprovechaban de ellos y les daban muerte (Isa 56:11; Eze 34:2-10; Zec 11:3-8). Los autores bíblicos se refieren al Señor como un Pastor que conduce y cuida de sus “ovejas” con bondad y fidelidad (Psa_23; 80:1; Isa 40:11; Eze 34:11, 12). Jesús se refería a sí mismo como el Buen Pastor, capaz de dar su vida por sus ovejas (Jn 10:11-15). En Heb 13:20 se lo llama “el gran pastor de las ovejas”. Pedro compara a sus lectores (1Ped 2:25) con ovejas descarriadas que habían vuelto a Cristo, el “Pastor”. También le da a Jesús el nombre de “el Príncipe de los pastores”, y como quien, cuando aparezca, recompensará a los subpastores con una inmarcesible corona de gloria (cp 5:1-4). En ocasión de su segunda venida, Cristo separará a los justos de los impíos así como un pastor separa a las ovejas de los cabritos (Mat 25:32).
Los cuidadores de ganado mayor aparecen en la Biblia con los nombres heb. rôê miqnêh o ‘anshê miqnêh (donde miqnêh es “ganado”). Se los menciona con menos frecuencia que a los pastores, porque en el Cercano Oriente ese ganado siempre ha sido menos numeroso que los rebaños de ovejas y cabritos. Abrahán, Lot e lsaac tenían servicios de pastores (Gen 13:7, 8-1 26:20), y José le presentó sus hermanos a Faraón diciéndole que eran “hombres ganaderos” (46:32). El v 34 dice que los egipcios consideraban a los ganaderos como una abominación. Este desprecio por ellos era particularmente virulento con respecto a los pastores de ovejas, que aparecen con frecuencia en las pinturas egipcias como seres miserables, sucios y barbudos, desnudos y medio muertos de hambre, y a menudo deformes y rengos. La Biblia también menciona a los pastores de los reyes Saúl y David (1Sa 21:7; 1Crón 27:29), y destaca que el profeta Amós era “boyero”, es decir, pastor de ovejas (Am 7:14). El NT menciona el gr. bóskon (del verbo bóskon “alimentar”, “pastorear”). En Mat 8:33 estos bóskon cuidaban de los cerdos que pertenecían a los gadarenos, y recalca el hecho de que el hijo pródigo tuvo que dedicarse por un tiempo a esa tarea (Luc 15:15, 16).
0 comentarios