Querubín

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(heb. kerûb, kerûbîm y kerubîm, gr. jeróub, jeroubéin).

Categoría especial de ángel. No se conoce alguna raíz hebrea de la que se pueda derivar este término, pero existe una posible conexión con el ac. karâbu, «bendecir» y «orar», de cuya raíz deriva karibi y karibâti. I.

Usos en la Biblia. 1. Dios puso querubines para proteger el camino hacia el árbol de la vida, para que el hombre, expulsado del jardín del Edén, no comiera de su fruto (Gn. 3:24).

2. Un par de querubines de oro hechos a martillo estaban sobre el propiciatorio del arca del testimonio en el tabernáculo, uno en cada extremo. Con el rostro frente al otro miraban hacia abajo (Ex. 25:18-20, 22; 37:8, 9) y sus alas cubrían el propiciatorio. Sobre éste y entre los querubines Dios expresaba su voluntad (Nm. 7:89). En el templo de Salomón, los 2 querubines hechos de madera de olivo y recubiertos de oro eran más grandes, pero quizá tenían la misma apariencia que los del tabernáculo (1 R. 6:23-28; 8:6-8; 2 Cr. 3:10-13), aunque sus rostros miraban hacia «la casa», es decir, el lugar santo (2 Cr. 3:13).

3. Figuras de querubines eran motivos de decoración de las cortinas del tabernáculo (Ex. 26:1, 31; 36:8, 35) y del templo (2 Cr. 3:14), y fueron tallados en los paneles de las paredes y las hojas de las puertas del templo de Salomón (1 R. 6:29, 32); también había querubines labrados en el templo de Ezequiel (Ez. 41:18).

4. En lenguaje poético y simbólico se habla de ellos como mensajeros de Dios (2 S. 22:11; Sal. 18:10), y sentado sobre ellos (1 S. 4:4, BJ; 2 Sam. 6:2, BJ; Sal. 99:1) o que mora entre ellos (2 R. 19:15; 1 Cr. 13:6; Isa. 37:16).

5. En la visión de Ezequiel se describen formas y grupos complicados de querubines (Ez. 1:4-25; 9:3; 10; 11:22). Tenían pies como de terneros, alas, manos humanas y 4 rostros diferentes: de un querub («buey», Ez. 1:10), un ser humano, un león y un águila. Los 4 seres de Ap. 4:6-8 probablemente tengan alguna relación con los querubines de Ezequiel.

6. No se los menciona en el NT, con excepción de Heb. 9:5, donde se analiza el antiguo santuario), sus departamentos y sus muebles. II. Paralelos orientales. En casi todos los países del antiguo Oriente se describen o ilustran seres sobrehumanos que en forma y funciones se parecen a los de los querubines bíblicos.

1. Asiria tenía el karibu o karâbu (plural karibi; intercesores masculinos), y la karibatu (plural karibâti; intercesoras femeninas), ante los dioses. En un texto cuneiforme se describe un karibu de pie a la derecha de la puerta del lugar santísimo del templo pagano, como una especie de guardián divino.

2. Las representaciones egipcias son las más parecidas a las de los querubines que cubrían el arca. En la tumba del rey Seti I se representan 2 seres alados con forma humana, que se miran entre sí y extienden sus alas para proteger al dios o al rey que está entre ellos. Representaciones similares se han encontrado esculpidas en los muros de templos o santuarios paganos. Un par de estos seres están representados en 2 lados de un altar fenicio encontrado en Sidón, ahora en el Museo de Estambul.

3. La mayoría de las representaciones de seres alados que aparecen en objetos encontrados en Palestina o Fenicia son de apariencia similar a una esfinge, como las de los marfiles del palacio de Acab, en Samaria , la del trono en un marfil de Meguido, y la esfinge del trono del rey Abiram de Biblos, esculpida en su sarcófago.

4. En las esculturas en piedra encontradas en las ruinas de las ciudades-estados hititas del norte de Siria se representan seres hibridos, con varias cabezas y alas, más semejantes a los querubines de Ezequiel que a los de la Mesopotamia. III. Interpretación de las evidencias. No puede haber duda de que los querubines bíblicos designan una clase de ángeles. En ninguna parte se los representa como objetos de adoración, y por tanto no pueden ser seres divinos. Aparecen siempre al servicio de Dios y, generalmente, en su presencia inmediata. En lenguaje poético y simbólico se los representa como llevando a Dio, o protegiendo o vigilando su trono. Su apariencia no se representa uniformemente y pudo haber variado, como las representaciones en el antiguo Oriente. Los querubines en el tabernáculo y el templo se habrían parecido a los representados en los relieves egipcios. Los querubines de la visión de Ezequiel, que son criaturas híbridas, tendrían sus paralelos más estrechos en los seres con varias cabezas del mundo siro-hitita

DBA


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