13. Todos los días son iguales Para mí todos los días son iguales y, por lo tanto, da lo mismo adorar a Dios en un día o en otro.
En un sentido todos los días parecen iguales, constan de 24 horas,
tienen día y noche, y uno sigue al otro. Y por supuesto que cada día
debemos manifestar una conducta cristiana, puesto que sería absurdo
adorar a Oios en un día y en los otros vivir incorrectamente.
Sin embargo, la Santa Biblia nos enseña que hay diferencia. Dios mismo la señaló al bendecir y santificar el séptimo día, cuando concluyó la creación (Gen. 2: 1-3). BENDECIR significa "alabar, celebrar, ensalzar, ser colmado de bienes por la Providencia, consagrar al culto". SANTIFICAR, significa "hacer santo, dedicar algo a Dios, apartar algo para un uso sagrado". Por lo tanto, cuando Dios bendijo y santificó el séptimo día, lo hizo definidamente diferente de los demás días del ciclo semanal. Quienes tenemos fe en Dios, ¿podemos desprecia!; la bendición y santificación dada a su día? ¿Puede ser lo mismo observar cualquier día y no el bendecido y santificado por Dios? Para los profetas y apóstoles existía esa diferencia, porque siempre llamaron al séptimo día shabbat que quiere decir día de reposo. El mandamiento comienza pidiendo que nos acordemos de santificarlo, o sea, apartarlo para un uso sagrado. Los otros seis días son para hacer todas nuestras tareas, "mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios. . . Porque en seis días hizo Jehová. . . todas las cosas. .. y reposó el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó (Exo. 20: 8-11). Nótense dos cosas definidas: el mandamiento se refiere a "el séptimo día", no a un séptimo día"; es decir, se refiere a un día definido. Además, señala la razón para recordarlo: "Porque Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó".
En el Nuevo Testamento se respetan estas indicaciones. Lucas escribió su evangelio unos 32 años después de la ascensión de Jesús. En el capítulo 23: 54-56 y 24: 1-3 nos refiere la secuencia de los días. Señala el día de preparación, o sea el viernes, luego afirma que fue guardado el día de reposo, el sábado, conforme al mandamiento, y que luego, en "el primer día de la semana", ocurrió la resurrección. Toda la cristiandad reconoce que Jesús resucitó el primer día de la semana, y por ello se desea justificar la observancia del domingo. Pero ya observamos que la bendición y santificación de Dios fue otorgada al séptimo día y no al primero.
El diccionario de la lengua española da el siguiente significado de estos dos días: domingo, primer día de la semana; sábado, séptimo día de la semana. Así pues, según la Santa Biblia, la historia y nuestro propio idioma, el sábado es el séptimo día, y el domingo, el primero. La bendición y santificación de Dios sobre el séptimo día, lo hacen claramente diferente de los demás.
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