25 de diciembre.
Prof. Ramón Romero y Ramón Romero hijo.
Las dudas sobre el 25 de Diciembre.
Fue San Cirilo, obispo de Jerusalén, quien instauró la fecha del 25 de Diciembre como la del nacimiento de Cristo, que hasta entonces no se había celebrado. Con ello se trataba de ocultar una de las fechas más celebradas en el paganismo: la «Natalia Invicta» o Fiesta del Sol, celebración pagana por excelencia y culminación de las Saturnales (fiestas en honor de Saturno, dios del fuego), que el pueblo romano celebraba con júbilo.
Con esta fiesta se conmemoraba la caída del astro en los últimos días del año y su resurgimiento en el solsticio de Diciembre. Los días se alargaban y este rito formaba parte de los dedicados a Mitra, dentro de la divinidad pagana oriental.
«Estaban velando aquellos contornos unos pastores y haciendo centinela de noche sobre su grey…» Así describe San Lucas la hora dulce y serena en que nació Jesús. El evangelista parece haber querido pintar, en este cuadro pastoril, una noche tranquila y sosegada; una de esas noches en que los rebaños, dispersos por las montañas, pacen al aire libre, bajo la vigilancia de los zagales.
Si realmente hubiera sido el día 25 de Diciembre la fecha del nacimiento de Jesús, el evangelista no hubiera podido situar a los pastores a cielo descubierto, ya que las colinas de Belén están heladas en esa época del año. En los últimos 2000 años, el clima de la región no ha cambiado sensiblemente y las noches del mes de diciembre alcanzan allí temperaturas inferiores a los dos grados bajo cero.
Las investigaciones realizadas al respecto señalan que el nacimiento de Jesús sucedió a comienzos de otoño, con lo que cobra verosimilitud el hecho de que los pastores pudieran velar durante la noche a campo descubierto.
Además, se sostiene que ocurrió de cuatro a siete años antes del año uno. Esta nueva cronología comienza a renovar el interés por algunos estudios y versiones que en otro tiempo se rechazaron, debido a que no coincidían con las fechas tradicionales.
La Conjunción de Dos Planetas.
Ejemplo de ello son los escritos del rabino español Isaac Abravanel -hermano de Abraham, uno de los personajes más influyentes en la España de los Reyes Católicos hasta el decreto de expulsión del pueblo hebreo, que se apoyan de la vieja tradición judía de que la llegada del Mesías debe acontecer, según predicciones astrológicas, en una conjunción entre Saturno y Júpiter, que tendrían lugar en la constelación de Piscis.
La tradición astrológica de Mesopotamia era muy fuerte, y los Magos del Evangelio, aquellos tres «reyes» que acudieron a adorar a Jesús, conocían seguramente el dato, pues se sabe que poseían entre otros, conocimientos de astrología.
Los arqueólogos han descubierto tablillas mesopotámicas donde aparece descrita esta conjunción astronómica: Saturno y Júpiter entraron en conjunción en la constelación de Piscis, siete años antes del nacimiento de Cristo.
Johannes Kepler, el famoso astrónomo nacido en Praga, estudió esta misma aproximación de los años del 1603. Saturno y Júpiter estuvieron visualmente tan próximos que pudieron confundirse con una estrella de gran magnitud.
Kepler, animado por tal descubrimiento, prosiguió sus cálculos incansablemente hasta determinar con toda precisión que, en el año 7 antes de Cristo, se produjo una conjunción de estos planetas por tres veces consecutivas en el mismo año.
Teniendo en cuenta la tradición judía transmitida por Abravanel, Kepler decidió fijar en el año 7 la fecha del nacimiento de Jesús; pero este adelanto de la cronología cristiana no convenció a nadie y la tesis cayó en el olvido.
«Nosotros vimos su estrella en el Oriente y hemos venido con el fin de adorarle», responden los Magos a Herodes en el Evangelio de San Mateo. Aquella estaba visible, en dirección sur. Así debía mostrarse la conjunción de Júpiter y Saturno durante el crepúsculo vespertino.
Siguiendo ese rumbo, de norte a sur, por el viejo camino que unía Jerusalén a Belén, los Magos debían llegar hasta la cuna de Jesús. «Y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que llegando sobre el sitio en el que estaba el niño, se paró», dice el texto evangélico.
¿Fueron Saturno y Júpiter los que en conjunción ayudaron a los Reyes a ir a la búsqueda del Mesías? La segunda conjunción de las tres que presentaron estos planetas en el mismo año 7, ocurrió el 3 de Octubre a los 18 grados de la constelación de Piscis.
En aquellos días de otoño, los pastores debían aún acompañar el sueño de su ganado en la montaña. Júpiter, la estrella que rige a la astrología, y Saturno, el planeta que gobernó a Israel, aparecían en el mismo grado de longitud celeste.
¿Verdad, Ficción? Todo puede ser relativizado, incluso estas festividades navideñas.
Periodico Dominicano «El Siglo», Sábado 25/ 12/ 1993, sección 2B.
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