¿Cómo entró la Música Pop a la Iglesia? Parte 2

Publicado por - en

Calvin M. Johansson 
Doctor en Artes Musicales 
Maestría en Música Sacra

Tendencia evangélica hacia un acomodo musical. Hay otra razón poderosa para la eventual aceptación del rock por los evangélicos. La iglesia evangélica del siglo 20 siempre ha usado formas musicales populares. La fácil familiaridad de los evangélicos con las formas populares hacen de la eventual aceptación del rock casi una conclusión inevitable. Lo extraño es que haya tomado tanto tiempo.

Mientras muchas iglesias hoy están comprometidas en incorporar la más reciente música religiosa popular en sus servicios de culto de adoración, tal fenómeno es relativamente reciente para denominaciones como los Presbiterianos, Metodistas, Luteranos y Episcopales. Pero las denominaciones evangelicas más agresivas, como los Bautistas, Pentecostales y Aliancistas (Alianza cristiana y misionera), adoptaron una aproximación pragmática desde el principio. Ellos utilizan cualquier cosa de la cultura que permita obtener un resultado deseado.

Consecuentemente, las denominaciones evangelicas modelaron su música luego de que las formas musicales en boga, seculares, se hicieron populares con la cultura de los tiempos. La canción gospel es un ejemplo selecto. Basándose en los cantos de Stephen Foster, melodías alrededor de la fogata, canciones de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) y otras parecidas, eventualmente incorporó muchos idiomas musicales populares y cualidades de Tin Pan Alley y Holywood. Esta música creció a la par del desarrollo de la industria musical popular.

Miles y miles de estas canciones religiosas se escribieron, estrictamente hablando, como la contraparte religiosa de las formas seculares populares del día. Con sus movimientos de pies, aire atractivo, la gente gozaba cantándolas. Los textos eran directos, experimentales (enfatizando la primera persona) y generalmente limitados a temas de la salvación. Esta forma fácilmente hizo un puente sobre el abismo entre la música ligera para pasarlo bien y los pesados temas textuales.
Si la canción gospel había sido reconocida tempranamente por lo que es y había sido manejada de acuerdo a ello, la iglesia evangélica podía ahora ser un poco más sabia con la presente irrupción del pop. Donald Hustad ha señalado "Me he sentido inclinado a sentir que la fuerte denuncia de mi amigo Calvin Johansson respecto de la canción gospel estaba excedida…. pero, en este punto, la denuncia de Calvin fue profética. El genio de deja vu (dejar hacer, no hacer problemas) salió de la botella – el genio de la comercial música religiosa pop propagada por las modernas formas de entretención y medios – se ha transformado en un dragón a quien San Jorge debiera desafiar. Es posible que la iglesia deba ahora finalmente romper sus lazos con la música secular pop, y especialmente con el imitador negocio religioso (radio , TV, conciertos, grabaciones, videos, publicaciones) por todas las razones dadas por Johansson – especialmente estas tres : 1) por la excedida naturaleza primitiva de la mayoría de la música popular moderna, que ha llegado a ser tan fuerte como icono cultural que no puede servir a otro señor (Dios); 2) debido a que la copia de los estilos siempre cambiantes del pop contemporáneo (desde el country al rock al rap al karioke al reggae) tanto sugieren como aseguran que la única identidad de la iglesia es la de un buscador de novedades; y 3) porque tal copia sólo puede continuar animando la fractura de la iglesia a lo largo de las líneas generacionales"(5)

El rock influencia el pop de la iglesia. Las denominaciones que adoptaron la filosofía pragmática popular del movimiento de la canción gospel fueron inducidos a aceptar las vueltas de la música de iglesia de la revolución de la música rock casi por osmosis. Sintonizados con los avances culturales del pop, virtualmente no se demoró nada en que alguien hiciera la inevitable pregunta : "¿Por qué no hablarles a los jóvenes acerca de Jesús en su propio lenguaje, y con el sonido de su propia música?"(6)

La pregunta que ha manejado la musica religiosa, popular y cristiana por 50 años nuevamente fue invocada. En cientos de iglesias por todas partes, la música que había captado la imaginación de los jóvenes fue utilizada para saltar desde el concierto rock, desde el bar y el club hacia el presbiterio.

A pesar de todo el tiempo, dinero y esfuerzos gastados en detenerla, la música rock echó a un lado todas las objeciones. Sin tener en cuenta lo que había sido dicho o hecho, predicado o fanatizado, o quemado los albums pudo efectivamente mantener este malvado adversario a raya. La inconsistente crítica evangélica, una por largo tiempo erosión continua de la facultad de decisión, y una filosofía evangélica pragmática contribuyeron todas a la aceptación del rock como una base para una nueva música de iglesia pop.

Interesantemente, aunque las denominaciones liberales no tiene problemas particulares de aceptar el pop en la vida secular diaria, ellas hacen todo esfuerzo posible para mantener los standards musicales históricos en el culto de adoración. Para la mayoría, las formas del pop, particularmente el rock, no son siquiera un tema a tratar. Pero cuando las tasas de membresía disminuyeron notoriamente y los adoradores más jóvenes que habían crecido con el rock llegaron a ser más influyentes, el pragmatismo de la supervivencia y del gusto aplacado sugirieron echar otra mirada.

Con una señal proveniente de las iglesias con mayor crecimiento, las iglesias liberales eventualmente empezaron a adoptar los estilos musicales utilizados por los evangélicos. Para los Católico romanos, la divisoria que permitió la admisión de la música popular en la liturgia fue el Concilio Vaticano II (1962-1965). Más de 1500 años de tradición musical fueron dejados de lado en tanto las guitarras aparecieron mágicamente para acompañar la versión pop católica de la música evangélica de Jesus.

La iglesia estaba mal preparada para tratar con esta incursión de música popular por dos razones. Primero, muchas iglesias no tienen una clara comprensión de lo que significa "estar en el mundo paro no ser del mundo", musicalmente hablando. Es más, la mentalidad peregrina necesaria para mantener tal postura está fuera de moda.

Pensando en la iglesia como el Cuerpo de Cristo que ministra en y para el mundo sin ser corrompida o indebidamente influenciada por éste, hay un concepto extranjero para quienes tienen la "acomodación" como su modus operandi – una posición tentadora en un mundo que está cambiando casi a un paso exponencial y en un mundo que ha llegado a tratar el cambio no solo como un hecho de la vida sino como una forma de vida. La tradición llega a ser una enemiga (excepto cuando la nostalgia es un factor)

La segunda razón por la que la iglesia no estaba preparada para tratar con la revolución del rock fue su incomprensión de la fuerza de la cultura.

La fuerza de la cultura. Los antropólogos definen la cultura como la suma total de todo lo que se debe saber respecto de un pueblo : sus creencias, prácticas, comprensión, y simbolos ; su alimento, traje de baño, educación, familias, religión, musica, peinados, costumbres funerarias, trabajo, guerra, tatuajes, moralidad, tenedores y lengua. La vida no se vive sólo en una cultura. La vida es cultura. La cultura es el medio ambiente en que un niño nace y crece, el estado agregado en el que la vida es vivida. Nadie escapa a la cultura pues cada uno es parte de ella.

El abrumador poder que la cultura ejercita sobre un individuo o una estructura social no es entendido generalmente, al menos en toda su extensión. En vez de que la gente tenga cultura, es la cultura la que los posee a ellos. No hay forma de escapar de ella. Nos imaginamos libres e independientes, sin embargo estamos atados por leyes, costumbres y demases.

Aún los Amish, que se han aislado a propósito de la cultura mayor, no pueden escapar de ella totalmente. Impuestos, herramientas fabricadas en modernas fabricas, carretones rodando en las últimas formulaciones de caucho sobre un camino hecho con el mas moderno equipo para mover tierra, escuelas públicas y negocios, todos atestiguan de la dificultad para escapar del medio que nos rodea. No es una distorsión decir que somos prisioneros de la cultura. No importa cuanto fantasiemos respecto de ser libres, ese sueño es mayoritariamente ilusorio.

Existen ciertas areas de la vida en que pueden hacerse decisiones que van en contra de la trama cultural prevaleciente. Algunas de estas decisiones son obvias. Los cristianos creen que ellos continuan teniendo una obligación de mantener en alto los Diez Mandamientos, por ejemplo, aunque la cultura mayor los ha rechazado . Aún aquí, sin embargo, la influencia de la cultura es tan fuerza que los cristianos no son inmunes a la habilidad de la cultura para redefinir sutilmente el centro moral del creyente promedio.

El poder abrumador de la cultura es difícil de discernir debido a su formidable dificultar de analizar la cultura desde dentro. Sin embargo, esto es exactamente a lo que los cristianos son llamados a hacer. Requiere esfuerzos hercúleos, visión especial y sensitividad. Tal tarea será exitosa sólo en la medida que uno descanse en la revelación divina.

¿Quien controla la cultura? La pregunta operativa es "¿quien controla la cultura?" ¿Es un esfuerzo puramente neutral, humano? ¿Es el terreno de juegos de Satanás? ¿O Dios controla la actividad humana? Sin perjuicio de cómo sean matizadas las respuestas, las Escrituras proveen amplia evidencia de que aunque Dios está en el control final, El permitió a los humanos escoger el bien o el mal en el Eden.

Al escoger el mal, nuestra ahora raza caída está claramente predispuesta hacia ese mal y permanece bajo la influencia de Satanás. El sanamiento de la herida causada por la caida ocurre cuando los hombres y mujeres aceptan la oferta de salvación de Dios. Sin embargo, aún entonces, el regenerado retiene vestigios de lo adamico. El pecado, el egoísmo, y la pereza aún operan. El dilema de San Pablo de hacer lo que él sabía que no debía hacer y no hacer lo que él sabía que debiera ser hecho es la cruz de cada cristiano. La perfección aún está lejana.

Las Escrituras están repletas con admoniciones de advertencia en contra del sistema del mundo. "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (7) "El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre" (8)

"Oh almas adúlteras!¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistado contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios"(9) Podríamos seguir y seguir. La Palabra dice que "Dios tanto amó al mundo" pero esa fue la motivación detrás del regalo de Su Hijo para redimir al mundo caído. La cultura necesita ser vista con gran cautela.


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *