Contestando tu Pregunta
PREGUNTA:
¿Debemos entender por lo que Ud. ha dicho en sus testimonios en favor
de la recreación, que Ud. aprueba diversiones baratas tales como las
damas, el ajedrez, las charadas, el chaquete, etc.?
En esta Asociación a menudo se afirma que Ud. ha manifestado interés
en las diversiones que se practican en el Instituto de Salud de Battle Creek,
que Ud. juega a las damas y lleva consigo un tablero de damas, al visitar a
los hermanos de lugar en lugar.
RESPUESTA
Desde que profesé ser una seguidora de Cristo a los 12 años de
edad, nunca he tenido nada que ver con los juegos y diversiones mencionados
arriba. Tampoco y en ningún momento he dicho cosa alguna en favor de
estos juegos. No sé como jugar a las damas, el ajedrez, el chaquete,
el zorro y el ganso, ni ninguna cosa parecida. He hablado en favor de la recreación,
pero siempre he tenido una gran duda acerca de los entretenimientos introducidos
en el Instituto de Salud de Battle Creek, y he presentado mis objeciones a médicos,
directores y otras personas, en conversación con ellos, y mediante numerosas
cartas.
En Testimonies, Vol. 1, pp. 514, 515, me he expresado acerca
de la "Recreación del Cristiano" en los siguientes términos:
“Me fue mostrado que los guardadores del sábado como pueblo, trabajan
demasiado duramente, sin permitirse a sí mismos un cambio o períodos
de descanso. La recreación es necesaria para aquellos que están
ocupados en trabajo físico, y es mucho más esencial aún
para aquellos cuyo trabajo es mayormente mental. No es esencial para nuestra
salvación, ni para la gloria de Dios, que mantengamos la mente trabajando
constante y excesivamente, aunque ello fuera sobre temas religiosos. Hay entretenimientos
tales como el baile, los naipes, el ajedrez, las damas, etc., que no podemos
aprobar puesto que el Cielo los condena. Estos entretenimientos abren la puerta
a un mal mayor. No sólo no son beneficiosos en su tendencia, sino que
tienen una influencia excitante, que en algunas mentes produce tal pasión
por esos juegos que finalmente lleva al juego y a la corrupción. Todos
estos juegos deber ser condenados por los cristianos, y se los debiera reemplazar
por algo perfectamente inocuo.
“Vi que nuestros feriados no debieran ocuparse en una forma semejante a la que tiene el mundo; a pesar de ello, no debieran pasar ignorados porque ello producirá insatisfacción en nuestros hijos. En estos días cuando existe el peligro de que nuestros hijos se vean expuestos a influencias malas y lleguen a contaminarse con los placeres y excitación del mundo, estudien los padres la forma de encontrar algo que sustituya esos entretenimientos más peligrosos. Haced que vuestros hijos comprendan que lo que estáis buscando es su bien y su felicidad.
“Unanse varias familias que viven en la misma ciudad o pueblo, dejen las ocupaciones que los han estado desgastando física y mentalmente, y hagan una excursión al campo, a la orilla de algún hermoso lago o un atractivo bosque, donde el paisaje de la naturaleza sea bello. Para una ocasión tal deberían proveerse de alimento simple y nutritivo, de las mejores frutas y cereales que sea posible obtener, y poner su mesa debajo de la sombra de algún árbol o bajo el abierto dosel del cielo. La caminata, el ejercicio y el paisaje avivarán el apetito, y gozarán juntos de un banquete que envidiarían los reyes.
“En tales ocasiones los padres y los niños debieran
sentirse libres de las preocupaciones, del trabajo y de la perplejidad. Los
padres deberían volverse como niños con sus niños, haciendo
que todos les resulte lo más placentero posible. Que todo el día
sea dedicado a la recreación. El ejercicio al aire libre para aquellos
cuyo empleo los mantiene de puertas adentro y en ocupaciones sedentarias, será
beneficioso para la salud. Todos los que puedan hacerlo deberían sentir
que es su deber hacer algo así. Nada se perderá y será
mucho lo que se ganará. Podrán así volver a sus ocupaciones
con nueva vida y nuevo ánimo para ocuparse de sus trabajos con energía,
y estarán mejor preparados para resistir la enfermedad.” Testimonies,
Vol. 1, pp. 514, 515.
“Los que están vinculados con el Instituto de Salud, ubicado ahora
en Battle Creek, debieran sentir que están comprometidos en una tarea
solemne e importante; y de ninguna manera debieran seguir el ejemplo de los
médicos de la institución de Dansville en cuestiones de religión
y diversiones. Vi que habría peligro en imitarlo aún en muchas
otras cosas, perdiendo así de vista el carácter exaltado de nuestro
gran trabajo. Que si los que están vinculados con esta empresa rebajan
los altos principios de la verdad presente, para imitar en teoría y práctica
a los que dirigen instituciones donde los enfermos son tratados solamente con
miras al restablecimiento de su salud, y que si dejan de considerar su trabajo
desde el punto de vista de las elevadas normas religiosas, la bendición
de Dios no será mayor sobre estas instituciones que sobre aquellas donde
se enseñan y practican teorías corruptas.
“Se me mostró que la posición del Dr. E. Jackson concerniente
a las diversiones está equivocada, y que sus puntos de vista sobre el
ejercicio físico no son totalmente correctos. Las diversiones que él
recomienda obstruyen la recuperación de la salud en muchos casos por
cada uno al que tratan de ayudar. El condena en gran medida el trabajo físico
para los enfermos y sus enseñanzas en muchos casos han demostrado ser
muy perjudiciales para ellos. Un ejercicio mental como el que se requiere para
jugar a las cartas, el ajedrez, o las damas excita y agota el cerebro y obstaculiza
la recuperación, mientras que una labor física liviana y placentera
ocupará el tiempo, mejorará la circulación sanguínea,
aliviará u restaurará el cerebro y demostrará ser un decidido
beneficio para la salud.
“Pero quítenle al inválido todas estas ocupaciones, y se
volverá inquieto, y, con una imaginación enfermiza, considerará
su caso mucho más desesperado de lo que en realidad es, todo lo cual
tiende a llevarlo a la imbecilidad.
“Por muchos años se me ha mostrado de tiempo en tiempo que a los
enfermos debiera enseñárseles que es un error suspender todo trabajo
físico para recuperar la salud. Al hacer esto la voluntad se adormece,
la circulación se hace perezosa, aumentan por tal causa las impurezas.
Si hay peligro de que los pacientes crean que su caso es más desesperado
de lo que en realidad es, la indolencia seguramente producirá resultados
de los más desgraciados. El trabajo bien regulado da al inválido
la idea de que no es totalmente inútil en el mundo y que él es,
por lo menos en parte, capaz de producir algún beneficio. Esto le acarreará
satisfacción, le dará ánimo y le impartirá un vigor
tal como los que nunca podrían proporcionarles las diversiones mentales
vanas. “Testimonies, Vol. 1, pp. 554, 555.
He contestado estas preguntas tan ampliamente como las circunstancias me lo
permiten. Si otros hermanos tienen preguntas similares para formular, estaré
contenta de contestarles también a ellos, en la medida que el tiempo
me lo permita.
Advent Review and Sabbath Herald,
8 de octubre de 1867
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