La Presencia de las Claves político-religiosas fruto de la influencia
de la Teología Solar en la Iglesia de Roma, como resultado de la Transferencia
y Pervivencia del Ideario Imperial Romano-Constantiniano en dicha Iglesia.
Se ha llegado con Constantino a un prototipo de Iglesia y de vivencia religiosa
en declive 169 y esencialmente transformada.
En una tesis magistralmente defendida y expuesta, Alister Kee 170 ya citado
en otros lugares, demuestra con un estudio profundo de las fuentes, el cambio
sufrido por un cierto Cristianismo, que se autoerige como representativo,
en ocasión de la subida al poder del Imperio Romano el llamado Constantino
el Grande. Cambio que supuso, según el autor una transformación
fundamental de la ideología cristiana. He aquí algunas citas
de dicha tesis:
«Algo ocurrió en el reinado del emperador Constantino
que transformó tanto la política como la religión de Europa,
y si queremos comprender por qué estamos donde estamos, ya sea por suerte
o por desgracia, entonces debemos analizar esta transformación. Europa
como entidad política cambió debido a ella, pero lo mismo le sucedió
al cristianismo»
«al recoger hilos del pensamiento que a menudo ya estaban presentes en
la Iglesia y desarrollarlos de cierto modo, se unieron para hacer algo que hasta
entonces jamás se había hecho: sustituir las normas de Cristo
y de la Iglesia primitiva por las normas de la ideología imperial. El
motivo de que anteriormente se haya creído que Constan tino era cristiano
no es que él creyera serlo, sino que las cosas en que él creía
acabaron llamándose "cristianas". Y esto representaba el "triunfo
de la ideología"»
«Una cosa sería que la historia de Europa fuera
guiada por los valores de Cosntantino en vez de por los de Cristo; y una cosa
muy distinta sería que fuese guiada por los de Constantino al mismo tiempo
tiempo que se suponía erróneamente que los dos eran lo mismos.
Y lo más trágico de todo sería que la propia Iglesia, siguiendo
el argumento de Eusebio, hiciera suyos los valores de Constantino y con ello
negara los de Cristo. Aunque esto pueda parecer inconcebible, es lo que realmente
ha sucedido desde el siglo IV (…) dedicaremos tiempo a contrastar los valores
de Constantino y los de Cristo ya que, fuera cual fuese su religión,
el emperador contradecía las enseñanzas fundamentales de Jesús
de Nazaret».
«Eusebio presenta a Constantino como el nuevo Mesías,
un proceso en el que de hecho Constantino sustituye a Cristo (…) se produjo
un fenómeno mucho más sutil e insidioso. Los valores de Constantino
sustituyeron a los valores de Cristo dentro del cristianismo»
«El imperio romano desapareció hace ya muchísimo tiempo,
y lo mismo el bizantino. Antes de que el siglo tocara a su fin, ya no fue posible
contener a los godos, por lo que el imperio quedó a su merced. Pero Constantino
consiguió una conquista cuyo efecto continua vivo en nuestros días,
su conquista más sorprendente y a la vez menos reconocida. Al convertirse,
Constantino abrazó su nueva religión pactada y personal, simbolizada
por el lábaro del propio emperador (…) (…) Conquistó la Iglesia
cristiana. La conquista fue total y abarcó la doctrina, la liturgia,
el arte, la arquitectura, la urbanidad, el eras y la ética (…) Sin
amenazas ni golpes (…) los cristianos fueron llevados al cautiverio a la vez
que su religión era transformada en un nuevo culto imperial (…)
(…) Pero esta hazaña (…) representa la mayor conquista
de Constantino, la única que ha perdurado de forma indiscutible a lo
largo de los siglos en Europa y dondequiera que el cristianismo europeo se haya
propagado»
«Era tanto lo que ofrecía el Emperador, ofrecía tantas cosas
que no podían ni soñar unos cristianos que poco antes se encontraban
bajo una amenaza constante. En efecto, les ofrecía, como mínimo,
participar en los reinos de este mundo. Cuando es Satanás quien ofrece
semejantes recompensas, se rechaza la tentación (…).
«No es que la traición tuviera lugar en un momento. Fue un proceso
gradual (…) (…) se llevó a cabo la transformación completa.
La Iglesia pasó a ser totalmente leal al emperador, al nuevo salvador
que había logrado desplazar al Jesús histórico» .
«Constantino siguió con gran eficacia una política que le
permitió conquistar a la Iglesia, que era la mayor de todas las presas,
una presa que se le había escapado a sus capacitados predecesores (…)
Lo que hizo de ello una victoria no fue el hecho de que Constan tino se granjeara
el apoyo de la Iglesia, sino que en el curso del proceso alteró por completo
la naturaleza y la base de la fe cristiana.
«(…) Constantino no sólo derrot6 a la Iglesia (…) sino que
logró que la Iglesia le ayudara a unificar el imperio. Y por si esto
fuera poco, cuando Constantino reconstruyó el culto imperial, en virtud
del cual la sabiduría del mundo y la ambición de un sólo
hombre recibieron el estatuto absoluto de ley divina, la Iglesia proclamó
de hecho, que este culto era el cristianismo!».
«(…) ¿Se convirtió el imperio en un Estado
Cristiano? No; el cristianismo vendió sus derechos de nacimiento por
una persona y se transformó en la religión del Estado. De hecho,
fue el comienzo de la historia del cristianismo tal como lo conocemos. Estableció
las nuevas normas para interpretar el cristianismo (…).
«La progresión era lógica e inevitable. La Iglesia comenzó
a imitar al Estado. Se aceptó el modelo imperial de autoridad, de manera
que los príncipes de la Iglesia vivían en palacios y ejercían
dominio sobre un distrito administrativo (…) Aceptaban estipendios del Estado
y adoptaban el tren de vida propio de quienes servían a Constantino.
Una vez quedó terminado este traspaso de valores, todo lo demás
vino automáticamente: cristianos que poseían esclavos y reclutaban
sus propios ejércitos y, finalmente la aparición de los Estados
pontificios».
«El reinado de Constantino es un momento crítico, fundamental en
la historia de Europa y no sólo de Europa. Desde aquel tiempo la ideología
imperial, con todo lo que significa para la acumulación de riqueza y
el ejercicio del poder sobre los débiles, recibió legitimación
religiosa de la Iglesia (…) A fin de legitimar los valores imperiales, era
necesario que el cristianismo, se transformase por completo desde dentro».
La historia nos confronta una vez más con la realidad,
y nos pone al descubierto una conducta que dará sus frutos para el futuro,
y que marcará unas pautas originando un sentido imparable e irreparable.
Constantino mantuvo las prácticas y costumbres del antiguo culto imperial,
lo barnizó con una terminología cristiana e hizo que una Iglesia
que se auto denominaba cristiana se convirtiera en una religión de un
Estado que imponía una apostasía en el seno de esa Iglesia, que
la asumirá y la proyectará en la historia.
Esta Iglesia tendrá el sello característico de
lo que Constantino con su Ideario Imperial Romano le imprime.
La historia nos demuestra que la idea de Constantino fue «la de neutralizar
la peligrosidad de la Iglesia para el Estado uniéndose con ella»
171.
Anthony Burgess nos dirá, que para Constantino, «Cristo era un
Dios útil, pero sólo uno entre muchos. Constantino fue el primer
gran cristiano pagano» 172.
La Iglesia de Roma como fruto de su propia evolución basada en la influencia
que le proyecta el Ideario Imperial Romano y que entronca con la teología
solar, confluyendo en última instancia con la Idea Imperial que Constantino
ofrece, basándose en la religión astral o teología solar,
aparece en un momento determinado de la historia como la heredera de Constantino
173 y de Roma:
«La caída del Imperio Romano en el siglo V llevó a los papas
a asumir progresivamente los poderes ejercidos hasta entonces por los emperadores
de Occidente» 174.
En efecto, todo el invento Constantiniano tiene una perfecta continuidad en
Iglesia de Roma.
Todo será calcado. Cuando se estudia lo que aquí
hemos indicado de Constantino en relación con su política, y con
la Iglesia, se descubre que eso mismo aparece en la Iglesia planeada y presidida
por él 175.
169 La religiosidad cristiana se mundanaliza a la par que el
grupo dirigente y representativo, especialmente en Roma, ha aceptado la apostasía
Imperial Romana. Veamos algunos trazos aportados por el historiador:
«(…) vio afluir a su seno en muchas partes del imperio grandes masas
de nuevos adeptos, no siempre movidos por el impulso de la fe interior, sino
en gran parte por motivos exteriores (…) iba visiblemente menguando la fuerza
moral regeneradora (…) mientras sus prohombres instruidos empleaban su inteligencia
y saber en controversias dogmáticas. I.A:>s cristianos (…) estaban
persuadidos con orgullo mundano de su fuerza moral y material. Este orgullo
despertó en ellos desde el primer instante el sentimiento de la intolerancia
(…»> (Oncken, vol. VllI, op. c., p. 418).
170 Constan tino contra Cristo, edic. Martinez Roca, Barcelona 1990, pp. 9,12,13,163,175,176,178,179,181,
182,187,190.
La tesis del autor aunque correcta en sus trazos más sobresalientes,
no tiene en cuenta el proceso evolutivo que experimenta la Iglesia de Roma desde
la segunda década del s. II en relación a la influencia de la
religión astral, y que ya hemos visto con suficiente documentación.
171 Historia Universal dirigida por Walter Goetz, Vol. n, op. c.. p. 594.
172 Citado en El País, 22-2-1987, p. 11.
173 Son muchos los que participan de la herencia Constantiniana (ver Historia
Universal de Walter Goetz, vol. n, °E. c., p. 596).
174 El Poder de los Papas, Sarpe, op. c., p. 20.
175 Sobre la creación de la Iglesia Itnperial o Iglesia Católica
por Constantino pueden verse numerosas Historias, la de Oncken, vol. Vill, op.
c., pp. 417-422; la de Walter Goetz, vol. n, op. c., pp. 593-618; El Poder de
los Papas, op. c., pp. 16-20,23-25,28-30.
El mensaje adventista ante la evolución Pueden los adventistas creer en la evolución teísta y al mismo tiempo proclamar el mensaje de Apocalipsis 14:6-12? “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis Leer más…
Pr. Angel Manuel Rodríguez La respuesta breve a su pregunta es «no». Quizá la siguiente pregunta sea: ¿Cómo era entonces el culto de los israelitas los sábados? Es una pregunta difícil de responder, y esto Leer más…
0 comentarios