LAS TABLAS ESCONDIDAS DE LA LEY (informe preparado por R. L. Odom, Editor del Index de Publicaciones E. G. White)

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(Posición de la Iglesia Adventista)


Al examinar las enseñanzas del Espíritu de Profecía para contestar algunas preguntas concernientes al arca del pacto y las tablas de la ley de Dios que fueron escondidas en una cueva poco antes de la destrucción del templo por los babilonios, durante el tiempo de Jeremías, es esencial que tengamos en mente el hecho de que existen dos diferentes arcas del pacto (una en el santuario terrenal y el otra en el santuario celestial) y que en cada uno de ellas se han guardado esas tablas de piedra en las cuales está escrito el decálogo. Estas dos arcas y estas dos tablas de la ley divina han sido escondidas de la vista de los hombres. De modo que, es necesario saber cual de estas dos tablas de los diez mandamientos será mostrada a los habitantes de la tierra en el futuro.

EL DECÁLOGO EN TABLAS DE PIEDRA EN EL SANTUARIO CELESTIAL

Los diez mandamientos han sido escritos en tablas de piedra y han sido guardados en el arca del pacto del santuario celestial así como fueron escritos en tablas de piedra y preservados en el arca del pacto del santuario terrenal. Así nos muestra el siguiente párrafo del Espíritu de Profecía:

"Se me ordenó entonces que observara los dos departamentos del santuario celestial … El velo estaba levantado y miré el interior del segundo departamento, donde vi un arca al parecer de oro finísimo. El borde que rodeaba la parte superior del arca era una hermosa labor en figuras de coronas. En el arca estaban las tablas de piedra con los diez mandamientos." (Primeros Escritos, 251).

"Pero el Señor me dio una visión del santuario celestial. El templo de Dios estaba abierto en el cielo, y se me mostró el arca de Dios cubierta del propiciatorio. Había dos ángeles, uno a cada lado del arca, con las alas extendidas sobre el propiciatorio y el rostro vuelto hacia él. Esto, según me dijo el ángel que me acompañaba, era una representación de cómo todas las cohortes del cielo miran reverente temor la ley divina que fue escrita con el dedo de Dios.

Jesús levantó la cubierta del arca, y vi las tablas de piedra donde se encontraban escritos los diez mandamientos." (Notas Biográficas, 104).

"Pero el Señor me permitió contemplar el Santuario Celestial. El templo de Dios fue abierto en el cielo, y se me mostró el arca de Dios … Jesús levantó la cubierta del arca y vi las tablas de piedra donde se encuentran escritos los diez mandamientos." (Testimonies, v.1, 76.)

Describiendo lo que se le mostró del santuario celestial y la obra final del ministerio de Cristo en el lugar santísimo, allí la Sra. de White dice:

"Se me mostró que el residuo siguió por la fe a Jesús en el lugar santísimo, y al contemplar el arca y el propiciatorio, fue cautivado por su esplendor. Jesús levantó entonces la tapa del arca, y he aquí que se vieron las tablas de piedra con los diez mandamientos grabados en ellas." (Primeros Escritos, 255).

"Y el arca que contenía la ley de Dios, y el altar del incienso, y otros instrumentos de servicio que se encontraban en el santuario terrenal, eran los mismos que los del lugar santísimo del santuario celestial. En santa visión, el ap6stol Juan se le permitió entrar al cielo, y allí contempló el candelabro, y el altar del incienso, y al abrirse el templo de Dios, vio también el arca del testamento. (Ap 11:19)" (The Spirit of Prophecy, v.4, 261).

"En el templo celestial, la morada de Dios, su trono está’ asentado en juicio y en justicia. En el lugar santísimo está su ley, la gran regla de justicia por la cual es probada toda la humanidad. El arca, que contiene las tablas de la ley, está cubierta con el propiciatorio ante el cual Cristo ofrece su sangre a favor del pecador…" (El Gran Conflicto, p. 467).

"En el templo celestial, la morada de Dios, su trono está asentado en juicio y en justicia. En el lugar santísimo está su ley, la gran regla de justicia, por la cual es probada toda la humanidad. El arca, que contiene las tablas de la ley, está cubierta con el propiciatorio, ante el cual Cristo ofrece su sangre a favor del pecador." (The Spirit of Prophecy, v.4, 262).

"El arca que estaba en el tabernáculo terrenal contenía las dos tablas de piedra, en que estaban inscritos los preceptos de la ley de Dios. El arca era un mero receptáculo de las tablas de la ley, y era esta ley divina la que le daba su valor y su carácter sagrado a aquella. Cuando fue abierto el templo de Dios en el cielo, se vio el arca de su pacto. En el lugar santísimo, en el santuario celestial, es donde se encuentra inviolablemente encerrada la ley divina–la ley promulgada por el mismo Dios entre los truenos del Sinaí y escrita con su propio dedo en las tablas de piedra." (El Gran Conflicto, 486).

LAS TABLAS ORIGINALES SE GUARDAN EN EL ARCA CELESTIAL

Las tablas de los diez mandamientos guardadas en el arca del pacto en el santuario celestial son las originales, mientras que las tablas guardadas en el arca del santuario terrenal es un trasunto o copia de las que se encuentran en el santuario celestial. Tal es la enseñanza de los siguientes párrafos del Espíritu de Profecía:

"Mentes y corazones sacrílegos han pensado que eran lo suficientemente grandiosos para cambiar los tiempos y la ley de Jehová; pero bien seguros en los archivos del cielo, en el arca de Dios, están los mandamientos originales, escritos en las dos tablas de piedra. Ningún soberano terrenal tiene el poder de extirpar esas tablas de su escondite sagrado debajo del propiciatorio." [7CBA, 983, comentario a Ap 11:19 (Señales de los Tiempos. Feb. 28, 1878)

"Habían [los adventistas] seguido por fe a su Sumo Sacerdote desde el lugar santo hasta el lugar santísimo lo vieron invocando su sangre para suplicar ante el arca de Dios. Dentro de esa arca sagrada está la ley, que fue promulgada por el Señor mismo entre los truenos del Sinaí, y fue escrita con su propio dedo en tablas de piedra. Ni un solo mandamiento ha sido anulado; ni una jota ni un tilde han sido cambiados. Cuando el Altísimo dio a Moisés la copia de su ley, conservó el gran original en el santuario de arriba." (The Spirit of Prophecy, v.4, 273, 274; La historia de la Redención, 398, 399).

"La ley de Dios que se encuentra en el santuario celestial es el gran original del que los preceptos grabados en las tablas de piedra y consignados por Moisés en el Pentateuco era copia exacta." (El Gran Conflicto, 486, 487).

"Nadie podía dejar de ver que si el santuario terrenal era una figura o modelo del celestial, la ley depositada en el arca en la tierra era un trasunto exacto de la ley encerrada en el arca del cielo; y que aceptar la verdad relativa al santuario celestial envolvía el reconocimiento de las exigencias de la ley de Dios y la obligación de guardar el sábado del cuarto mandamiento. En esto estribaba el secreto de la oposición violenta y resuelta que se le hizo a la exposición armoniosa de las Escrituras que revelaban el servicio desempeñado por Cristo en el santuario celestial." (El Gran Conflicto, 488. Véase también La historia de la Redención, 400).

 

LAS TABLAS GUARDADAS EN EL SANTUARIO TERRENAL HAN SIDO ESCONDIDAS CON EL ARCA EN UNA CUEVA

Las Tablas del decálogo que se guardaban en el santuario terrenal estaban en el arca cuando fue escondida en una cueva por hombres justos un poco antes de la destrucción del templo por los babilonios en el tiempo de Jeremías. Los siguientes párrafos del Espíritu de Profecía no menciona si Jeremías personalmente tuvo parte en esconder el arca:

"Antes de la destrucción del templo, Dios hizo saber a unos pocos de sus siervos fieles el destino del templo, el cual era el orgullo de Israel, y que idolatraban, pecando así en contra de Dios. También les reveló la cautividad de Israel. Estos hombres justos, un poco antes de la destrucción del templo, quitaron el arca sagrada la cual contiene las tablas de piedra y con tristeza y llanto, la escondieron en una cueva donde estaría apartada del pueblo de Israel a causa de sus pecados, y no sería nunca mas restaurada a ellos. Ese arca sagrada está escondido todavía. Nunca ha sido movido desde que fue escondido." (Spiritual Gifts, v.4, First Section, 114, 115) [1864].

"Antes de la destrucción del templo, Dios informó a unos pocos de sus fieles siervos el destino de ese edificio, que era el orgullo de Israel, y que ellos idolatraban mientras al mismo tiempo pecaban contra Dios. También les reveló el cautiverio de Israel. Estos hombres justos, inmediatamente antes de la destrucción del templo, sacaron el arca sagrada que contenía las tablas de piedra y con dolor y pesar, la ocultaron secretamente en una caverna donde estaría escondida del pueblo de Israel por causa de sus pecados, para no serles restituida nunca más. El arca sigue escondida. Nadie la ha perturbado jamás desde que se ha escondido." (The Spirit of Prophecy, v.1, 414 [1870]; La historia de la Redención, 195).

"Entre los justos que estaban todavía en Jerusalén, y para quienes había sido aclarado el propósito divino, se contaban algunos que estaban resueltos a poner fuera del alcance de manos brutales el arca sagrada que contenía las tablas de piedra sobre las cuales habían sido escritos los preceptos del Decálogo. Así lo hicieron. Con lamentos y pesadumbre, escondieron el arca en una cueva, donde había de quedar oculta del pueblo de Israel y de Judá por causa de sus pecados, para no serles ya devuelta. Esa arca sagrada está todavía escondida. No ha sido tocada desde que fue puesta en recaudo." (Profetas y Reyes, 333) [1917].

Nótese especialmente que la Sra. de White afirmó que el arca "nunca ha sido tocada desde que fue escondida".


"CUANDO PRINCIPIE EL JUICIO"

De acuerdo con el Espíritu de Profecía, el tiempo llegará cuando las tablas de la ley en las cuales los diez mandamientos están escritos serán descubiertas y estarán a la vista de los habitantes de toda la tierra. Se nos dice:

"Y dio [Cristo] a Moisés, cuando acabó de hablar con el en el Monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios." Nada escrito sobre estas tablas podía ser raído. El precioso registro de la ley fue colocado en el arca del testamento y está todavía allí, oculto y a salvo de la familia humana. Pero en el tiempo señalado por Dios, él sacará esas tablas de piedra para que sean un testimonio ante todo el mundo contra la desobediencia de sus mandamientos y contra el culto idolátrico de un día de reposo falsificado." (1CBA, 1123, comentario a Ex 31:18).

"Hay abundantes evidencias de la inmutabilidad de la ley de Dios. Fue escrita con el dedo de Dios, para no ser nunca borrada, para no ser nunca destruida. Las tablas de piedra están ocultas por Dios para ser presentadas en el gran día del juicio, tal como él las escribió". (1CBA, 1123, R&H 26.03.1908, comentario a Ex 31:18).

"Cuando el juez se siente y se abran los libros, y cada ser humano sea juzgado de acuerdo con las cosas escritas en ellos, entonces las tablas de piedra, ocultas por Dios hasta ese día, serán presentadas delante del mundo como la norma de justicia. Entonces los hombres y las mujeres verán que el requisito indispensable para su salvación es la obediencia a la perfecta ley de Dios. Nadie encontrará excusa para el pecado. Por los justos principios de esa ley, los hombres recibirán su sentencia de vida o de muerte." (1CBA, 1123, comentario a Ex 31:18; R&H 28.01.1909; 1MS, 225).

Varias cosas deben notarse en los cuatro párrafos anteriores, que en ninguna parte se dice que las tablas de la ley serían mostradas por hombres como resultado de encontrarlas escondidas en una cueva. De hecho, dicen claramente que el mismo Dios traerá las tablas de la ley a la vista de los hombres. Además, el tiempo cuando El hará esto se dice específicamente que será "el gran día del juicio," "en el día cuando la sentencia será pronunciada en contra de cada ciencia que induce a lo malvado," y cuando "el hombre recibirá su sentencia de vida o de muerte."

SERÁ EXHIBIDA JUSTAMENTE ANTES DE LA SEGUNDA VENIDA

Describiendo lo que toma lugar inmediatamente después de que las primeras seis de las siete últimas plagas caigan, y justamente antes de caer la séptima plaga y de la segunda venida de Cristo, la Sra. de White dice:

"Mientras estas palabras de santa confianza se elevan hacia Dios, las nubes se retiran y el cielo estrellado brilla de esplendor indescriptible formando contraste con el firmamento negro y se verán en ambos lados. La gloria del cielo brilla desde las puertas abiertas. Luego aparece en el cielo una mano con las dos tablas de piedra cerradas una contra la otra. La mano abre las tablas y se revelan los preceptos del decálogo, trazados como con pluma de fuego. Las palabras están tan claras que todos las pueden leer. Mi memoria se despierta, la obscuridad de la superstición y la herejía desvanecen de cada mente, y las diez palabras de Dios, breves, comprensivas, y autoritarias son presentadas a la vista de todos los habitantes de la tierra. ¡Código Maravilloso! ¡Ocasión Maravillosa!" (The Spirit of Prophecy, v. 4, 456, 457).

"Mientras estas palabras de santa confianza se elevan hacia Dios, las nubes se retiran, y el cielo estrellado brilla de esplendor indescriptible formando contraste con el firmamento negro y se verán en ambos lados. La magnificencia de la ciudad celestial rebosa por las puertas entreabiertas. Entonces aparece en el cielo una mano con dos tablas de piedra puestas una sobre otra. El profeta dice: "Y los cielos declaran su justicia, porque Dios es el juez." (Salmos 50:6) Esta ley santa, justicia de Dios, que entre truenos y llamas fue proclamada desde el Sinaí como guía de la vida, se revela entonces a los hombres como regla del juicio. La mano abre las tablas en las cuales se ven los preceptos del decálogo inscrito como con letras de fuego. Las palabras son tan distintas que todos pueden leerlas." (El Gran Conflicto, p. 697).

Aquí, de nuevo se nos hace claro que Dios, y no el hombre es el que traerá a la vista estas tablas. Esto será después que el tiempo de gracia se haya terminado para la humanidad. Las tablas de la ley serán exhibidas "como regla de juicio." Sin embargo, no se nos dice en estos párrafos cual de las dos tablas de la ley se exhibirá en el cielo en ese tiempo.

LA CORONACIÓN FINAL DE CRISTO

Describiendo la coronación final de Cristo y el juicio final del hombre al fin del milenio, la Sra. de White dice:

"Como en trance, los impíos fueron testigos de la coronación del hijo de dios. Vieron en sus manos las tablas de la ley divina, los estatutos que despreciaron y transgredieron. Fueron testigos de las explosiones de admiración, éxtasis y adoración de los salvados, y cuando la onda melodiosa se propagó hasta la multitud que estaba fuera de la ciudad todos exclamaron a una voz: "Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los Santos" (Ap 15:13), y cayeron postrados para adorar al Príncipe de la vida. (The Spirit of Prophecy, v.4, 484; La historia de la Redención, 446)

"Como fuera de sí, los impíos han contemplado la coronación del Hijo de Dios. Ven en las manos de El las tablas de la ley divina, los estatutos que despreciaron y transgredieron. Son testigos de la explosión de admiración y del arrobamiento y la adoración de los redimidos; y cuando las ondas de melodía inunda las multitudes que están afuera de la ciudad, todos exclaman a una voz: "Grandes y Maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los siglos!" (Ap 15:3) Y cayendo postrándose adoran al Príncipe de la vida." (El Gran Conflicto, 727)

Tampoco revelan ninguno de estos dos párrafos cual de las dos tablas de la ley estará en las manos de Cristo en ese tiempo.



Ellen G. White Publications

General Conference, Washington 12, D.C.

March, 1962.

 

Universidad de Montemorelos

Centro de Investigación

E. G. White

Diciembre, 1980.


Categorías: La Ley de Dios

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