Libros de las Crónicas
Libros de las Crónicas.
Estos son dos libros del AT que registran hechos de los reinados de David y sus sucesores. En las Biblias hebreas los 2 libros aparecen como una sola obra, con un título único: Dibrê hayyâmîm («Acontecimientos de los días»), un diario real de los sucesos que ocurrieron bajo los diferentes reyes (2 R. 14:18, 28; 1 Cr. 27:24; Neh. 12:23; etc.). En la LXX el título es ParaleipómenÇn («Omisiones»), e indica que el libro suministra y en parte duplica informaciones que quedaron fuera de Samuel y Reyes. El nombre español «Crónicas» proviene del lat. Chronicon, el término que usó Jerónimo como apropiado para transliterar el título hebreo a su propia traducción al latín, la Vulgata. En el canon hebreo del AT los libros de Crónicas constituyen el último libro. Su posición actual en las versiones modernas, después de Reyes, y su división en 2 libros se originó en la LXX, práctica que luego siguió la Vulgata.
¿Quién los escribe?
Un examen del texto hebreo de Crónicas, Esdras y Nehemías muestra que los 3 libros están estrechamente relacionados en lenguaje, estilo y punto de vista general. Por eso es razonable concluir que los 3 fueron obra de un mismo autor o compilador, o que fueron escritos en una misma época por varios hombres que colaboraron mutuamente. La tradición judía temprana atribuye las Crónicas a Esdras (la erudición actual generalmente le asigna, además, Esdras y Nehemías). La evidencia interna sugiere como autor a un sacerdote del período persa, y Esdras cumple ambos requisitos (Esd. 7:1-5). Que los versículos iniciales de Esdras repitan los versículos finales de Crónicas, casi al pie de la letra, también indica una íntima relación entre ambos libros. El uso que hace el autor de Crónicas del sistema monetario persa (1 Cr. 29:7) indica que los escribió en el período persa. Como la genealogía de la línea real de Judá es llevada varias generaciones más allá de Zorobabel, quien regresó a Judea por el 536 a.C., es posible que la fecha de escritura bien haya sido un siglo o más después del tiempo de Zorobabel (3:19-24). Estas y otras evidencias son base suficiente para asignar a Crónicas esta fecha: c 400 a.C. La frecuente referencia del autor a otros trabajos (1 Cr. 27:24; 29:29; 2 Cr. 9:29; 12:15; 13:22; 20:34; 24:27; 26:22; 32:32; 33:19), sugiere que tenía acceso a una excelente colección de fuentes y que las usó profusamente bajo la dirección de la Inspiración divina.
¿Sobre qué trata?
Esencialmente, Crónicas es un registro del reino unido bajo David y Salomón, y de sus sucesores sobre el trono de Judá hasta el cautiverio babilónico; es decir, un período mayor de 4 siglos. Considerablemente más de la mitad del contenido de las Crónicas es paralela a la información que se halla en otros libros del AT, especialmente Samuel y Reyes. Sin embargo, en estilo y énfasis es claramente una obra independiente, escrita desde un punto de vista propio y destinada a servir a un determinado propósito particular. Con las lecciones espirituales del cautiverio vívidamente fijadas en la memoria, el autor presenta la historia de Israel como nación antes de aquel trágico evento, y el porqué del cautiverio inevitable. Enfatiza los aspectos morales y espirituales de los eventos que registra, y vez tras vez procura señalar que la obediencia a la voluntad revelada de Dios trae paz y prosperidad, mientras que la desobediencia resulta en sufrimiento y calamidades. Destaca el hecho de que el Señor recompensa a los justos y castiga a los impíos (1 Cr. 10:13; 11:9; 21:7; 2 Cr. 13:18; etc.). Asegura a Israel que no tiene nada que temer del futuro excepto que olvide las lecciones que su historia pasada le enseñó.
Esbozo de los libros.
Crónicas se puede dividir lógicamente en 4 partes: 1. Introducción (1 Cr. 1-10). 2. Reinado de David (cps 11-29). 3. Reinado de Salomón (2 Cr. 1-9). 4. Reino de Judá hasta el cautiverio (cps 10-36). En la introducción el historiador repasa, en pocos trazos, la historia del mundo desde la creación hasta que David asciende al trono. Este breve esbozo es mayormente genealógico, con énfasis en la tribu real de Judá y la tribu sacerdotal de Leví. Estas tablas genealógicas incluyen, aquí y allá, breves bocetos biográficos y datos históricos (1 Cr. 4:9, 10, 38-43; 5:9, 10, 16-26; 6:31, 32, 48, 49, 54-81; etc.). Con miras a ser completas, las genealogía se continúan durante el tiempo del reino unido y del reino dividido, la cautividad y la restauración hasta el tiempo en que se estaba escribiendo la obra. Nada se dice del reinado de Saúl, excepto un breve informe de su muerte en batalla, y esto sólo como para explicar por qué Dios lo rechazó y preparar el escenario para el ascenso de David al trono.
Contenido de Crónicas
Diecinueve de los 65 capítulos
de las Crónicas -casi un tercio- están dedicados al glorioso reinado
de David. David y Salomón, cuyos reinados crearon la era de oro de la
historia de Israel, ocupan 28 capítulos, o casi la mitad del espacio.
A su vez, la 2ª sección, que cubre el reinado de David, se puede
dividir en 3 partes. La 1ª resume los eventos notables del período
(1 Cr. 11-21). También incluye las circunstancias de su coronación
como rey de todo Israel, la captura de Jerusalén y el traspaso de la
capital de Hebrón a Jerusalén, la enumeración de sus valientes
y ejércitos, su traslado del arca a Jerusalén, la construcción
de su palacio, sus guerras y el censo del pueblo. La 2ª parte trata en
detalle los preparativos de David para la construcción del templo, con
la organización que hizo del servicio de los sacerdotes y de los levitas,
y sus instrucciones a Salomón acerca del templo (22:1-29:21). La 3ª
parte se ocupa, brevemente, de las transferencia de la autoridad de David a
Salomón, y de la muerte de David (23:1; 29:22-30).
La 3ª sección, sobre
Salomón (2 Cr. 1-9), se dedica principalmente a la construcción
y dedicación del templo, con breves menciones de las otras obras públicas
y empresas de Salomón, su devoción a la sabiduría y el
esplendor de su reinado.
La 4ª sección cubre el período del reino dividido (cps 10-36),
con especial énfasis en el reino de Judá. La historia de este
período se ocupa de los reinados sucesivos de todos los reyes de Judá,
desde Roboam hasta Sedecías. Se considera ampliamente la revuelta de
las 10 tribus, y de allí en adelante se registran los esfuerzos para
volver a la nación a Dios que hicieron los reyes reformadores Asa, Josafat,
Joás, Ezequías y Josías. La sección concluye con
la 3ª deportación a Babilonia y un breve epílogo acerca del
edicto de Ciro para el regreso.
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